Francisco Sánchez Múgica

Ni esa crisis global que ha llevado a la ciudad al borde de la barrera psicológica de los 30.000 parados, ni la caída brutal del consumo, ni siquiera la espiral de conflictos sociolaborales que se han desatado en el último año a diestro y siniestro. Nada de eso impidió en 2010 que Jerez inaugurase el mayor parque comercial de Andalucía, ‘Luz Shopping’, con una superficie de 58 hectáreas y que ha convertido a la capital del vino de golpe y porrazo en una de las diez mayores cabeceras comerciales del país, a tenor de los datos que publica el Anuario Económico de La Caixa. A la sombra del gigante Ikea, que abrió en abril pasado las puertas de su tercera tienda en Andalucía -tras la paralización del proyecto de Granada-, el ‘macroparque’ comercial ha sido promovido, precisamente, por la filial de centros comerciales de la multinacional sueca, Inter Ikea Centre Group, en el que ha sido su primer proyecto en España y el de mayor envergadura que a nivel global se venía desarrollando en todo el territorio nacional durante los últimos dos años. De momento, a expensas de una segunda fase por venir y la construcción aledaña del mayor espacio ‘outlet’ de la región, ‘Luz Shopping’ aglutina a más de una veintena de operadores y distribuidores nacionales e internacionales con el objetivo en su primer año de existencia de alcanzar y superar los 6 millones de visitantes dentro de un área de atracción de más de 1,3 millones de habitantes. De hecho, esta ingente superficie destinada a las compras ha terminado por diluir las fronteras del área metropolitana Jerez-Bahía de Cádiz. Esto es, lo que no han logrado los políticos en décadas, lo han conseguido las catedrales del consumo, la ‘religión’ con más fieles y devotos de nuestra civilización.

Otra cosa bien distinta, por ejemplo, es en qué situación ha quedado el comercio tradicional jerezano y cómo las ‘majors’ comerciales han terminado por estrangular a los pequeños comerciantes. O, no menos baladí, de dónde va a salir el dinero y los consumidores, con la gran depresión económica en todo su apogeo, para acudir a gastar a tanta gran superficie. Poco o nada se ha analizado acerca de este tipo de cuestiones, más allá de los estudios de impacto elaborados por la propia promotora, pues los políticos y la realidad, una vez más, han ido por caminos separados. Las cifras grandilocuentes y el afán por escribir con letras de oro macizo que Jerez ya es la meca del ‘macroconsumo’ al Sur de Andalucía no han podido vencer a la aplastante realidad de la crisis. Ni hay dinero ni hay trabajo para tanto derroche.