Real Betis

A saldar una gravosa deuda

  • La fidelidad del bético a su club no tiene cláusula de rescisión, pero convendría ya que el equipo gane más que pierda ante su gente

  • Desde que se fue Serra, 48 victorias y 55 derrotas

El pasado martes, las gradas de la ciudad deportiva del Betis volvieron a ofrecer un inmejorable aspecto en la sesión a puerta abierta de la primera plantilla.

El pasado martes, las gradas de la ciudad deportiva del Betis volvieron a ofrecer un inmejorable aspecto en la sesión a puerta abierta de la primera plantilla. / víctor rodríguez

Mañana es el día. El bético vuelve a dar la bienvenida a su equipo para echar a andar juntos, contra viento y marea si los hubiere, en otra temporada más entre los mejores. Pero no será un estreno cualquiera. Tres factores hacen que la espera haya sido eterna y que la expectación sea febril: Lopera por fin es historia, las bridas de esa libertad las comparte con Haro y Catalán un tal Lorenzo Serra, casi nada, y por si fuera poco el Benito Villamarín luce modernísimo, con el Gol Sur por fin acorde a los tiempos y tres anillos de un verde radiante. Un bello coliseo presto a que los béticos lo disfruten.

Mañana, sí, es el día. El aficionado entrará y se solazará con la magnificencia del decorado. Mientras calienten su equipo y el Celta, los béticos repararán en los detalles del vanguardista escenario. Pero cuando la pelota eche a rodar, empezará la Liga 2017-18 y, a su vez, una competición paralela: la que el equipo afronta para saldar una deuda onerosa con su hinchada, su indigno desempeño como anfitrión en las últimas temporadas.

Ya que la figura de Lorenzo Serra ha disparado la ilusión y ha revitalizado el orgullo bético con su vuelta y su trabajo de despacho, es pertinente fijar como referencias las últimas dos temporadas que el balear dirigió a los heliopolitanos en el banquillo.

Los datos son rotundos. Aquel gran Betis, el de Prats, Juanito, Assunçao, Joaquín, Capi, Edu y Oliveira, entre otros, era un equipo poderoso al abrigo de los suyos. Allí, junto a la Palmera, forjó su inmarcesible Liga 2004-05: 12 victorias, 5 empates y sólo 2 derrotas en casa. Nada menos que 36 goles a favor y 22 en contra. Sumó una media de 2,16 puntos por partido. En la siguiente campaña hubo decepción, pero si la cosa no fue a más, fue de nuevo por su respuesta en Sevilla: 8 victorias, 5 empates, 6 derrotas.

Los números de la última campaña de Serra en el entonces estadio Manuel Ruiz de Lopera parecerían vulgares si no se cotejaran con lo que vino después. Ocho temporadas más ha jugado el Betis en Primera desde entonces. Excepciones, los cursos 2009-10, 2010-11 y 2014-15. Y el rendimiento global en esas ocho Ligas como anfitrión señala lo que ha sido el Betis, un equipo varios estratos por debajo de su afición y de su historia, que incluso ha ganado menos partidos de los que ha perdido en esta horquilla, abierta en 2006 y cerrada en 2017.

El Betis ha disputado en este tramo 152 encuentros en Heliópolis (el resultado de multiplicar 19 por ocho). Ganó 48, empató 49 y perdió nada menos que 55. Sumó una media de 1,27 puntos de los 3 que otorga cada partido.

Sólo se impuso la formación bética en el 31,6% de los partidos de Liga que convocó a su gente. Ni un tercio. Y encajó más goles de los que cantó: 194 por 182. Guarismos indignos del décimo club en la clasificación histórica de Primera.

Sólo en el bienio con Pepe Mel al mando tras su primer ascenso, el Betis dio más alegrías que disgustos como local: 7 victorias, 7 empates y 5 derrotas en la campaña 2011-12 y 9 victorias, cinco empates y cinco derrotas en la siguiente, la del séptimo puesto que dio billete para Europa. Fue éste el último campeonato -desde el 2005-06 en que Serra se fue- en que el Betis superó la media de 1,5 puntos por partido (1,68).

En cinco de las otras seis campañas analizadas de la contemporaneidad, los béticos acabaron con más partidos perdidos que ganados actuando como locales: 06-07 (4 triunfos y 6 derrotas), 07-08 (7 y 8), 08-09 (4 y 7), 13-14 (5 y 11) y 15-16 (6 y 7).

La pasada Liga, el balance fue de 6 victorias y 6 derrotas, con 7 empates. Con 22 goles a favor y 24 en contra. Y una media de 1,32 puntos por partido.

Es toda una prueba de fidelidad que el equipo de tu corazón necesite tres partidos para darte una alegría después de que hagas el esfuerzo de pagar un carné, coger un coche o autobús y, en muchos casos, hacerlo en horarios desapacibles. Pues ahí está el bético. Batiendo récords. Con una cifra de socios acorde a esos 60.000 asientos que lucirán desde mañana. Ahora le toca al Betis de Setién corresponder a esa enésima muestra de amor sin cláusula de rescisión que valga. La deuda es muy gravosa ya. Empieza esa Liga paralela.

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