Desde que fue detenido ha bajado la estadística de robos en vivienda en Sevilla casi a cero. El responsable del repunte de este tipo de delitos era un hombre de 44 años, identificado como Francisco Javier A. L. y con 52 detenciones en su historial. Comenzó a robar a finales de marzo, posiblemente después de salir de prisión, y en menos de un mes y medio desvalijó al menos catorce viviendas, la mayoría de ellas de los distritos Triana, Centro y Macarena.

Este delincuente es un especialista en los robos con escalo, es decir, subiendo por las fachadas del edificio y colarse en las viviendas en las que había alguna ventana o balcón abiertos. Todos los robos fueron cometidos de madrugada, mientras los inquilinos dormían en el interior del domicilio. El ladrón, de 1,90 de altura, es experto en trepar por las fachadas agarrándose a cornisas, rejas y salientes, como se muestra en el vídeo, grabado por una cámara de seguridad.

El delincuente tenía 52 detenciones y 25 reclamaciones en su historial

En uno de los robos cometidos, el autor fue sorprendido por una de las víctimas, que se despertó al escuchar ruido y pensó que era su hijo el que había entrado en el piso. Rápidamente se dio cuenta de que era una persona desconocida y comenzó a gritar, lo que hizo que el ladrón huyera del domicilio.La Policía puso en marcha un dispositivo para localizar al autor del robo. En primer lugar se estableció un plan de prevención en las zonas en las que solía operar y en las horas en las que cometía los robos. Al mismo tiempo se inició la investigación para tratar de identificarlo y detenerlo. Después de las primeras pesquisas, y tras analizar la información aportada por las víctimas y las imágenes de las cámaras de videovigilancia, los investigadores lograron identificar a un individuo como sospechoso de haber cometido los robos. Fue localizado, y detenido, en Castilleja de la Cuesta.

El sospechoso tiene 52 detenciones anteriores, la mayoría de ellas por robos con fuerza, y ha llegado a tener hasta 25 reclamaciones judiciales. Solía robar principalmente teléfonos móviles, tabletas y artículos electrónicos, que pudiera revender fácilmente y obtener dinero para costearse su adicción a las drogas. En una ocasión llegó a forzar una de las ventanas.