L Informe de la Inspección Educativa

Sólo tres de cada diez institutos se salvan del fracaso educativo

  • Los inspectores achacan los malos resultados al bajo nivel que arrastran los alumnos desde Primaria · Menos del 30% de los centros educativos sevillanos destacan por un elevado número de aprobados

La situación de las enseñanzas medias en Sevilla es alarmante. Así se desprende de un informe elaborado por el Servicio de Inspección de la Delegación Provincial de Educación que constata que sólo tres de cada diez institutos sevillanos se salva del fracaso educativo, o lo que es lo mismo, en más del 70% de los centros donde se imparte la ESO y el Bachillerato sus alumnos obtienen malos resultados. Los motivos que los inspectores apuntan para explicar que este balance sea tan negativo son varios, aunque entre ellos destaca el bajo nivel que arrastran los estudiantes en los últimos cursos de Primaria y que se evidencia cuando llegan a Secundaria. Sindicatos como Piensa-Volens (de reciente creación) critican que dicho estudio se haya ocultado y consideran que los datos que refleja justifican el malestar de los profesores con la política educativa de la Junta y, por ende, su rechazo al recién reformado Plan de Calidad.

La evaluación realizada por los inspectores del departamento que dirige Jaime Mougan pone en entredicho el modelo de enseñanza que se imparte en los institutos. Para elaborar este informe -al que ha tenido acceso este periódico- se han pedido datos a 665 centros educativos sostenidos con fondos públicos (casi el 84% de los que existen en la provincia), de los que 381 son colegios, 179 institutos y 105 centros concertados. De ellos, 59 no aportaron ninguna información, siendo la mayoría concertados (33), que alegaron como motivo la existencia de un decreto que regula la grabación de estos datos en el sistema informático Séneca o la exigencia de un requerimiento para la obtención de la información. La muestra en total es de 606 centros.

Los criterios establecidos por la Inspección Educativa para clasificar a los centros que destacan por tener buenos resultados es que consigan un 80% o más de aprobados en todas las áreas o materias en al menos el 50% de los niveles que imparten, es decir, si se trata de un colegio, diferenciar entre Infantil y Primaria y dentro de esta etapa los tres ciclos de los que consta, y si es un instituto, entre ESO o Bachillerato. Por contra, si registran un 30% o menos de aprobados en las asignaturas los centros serán catalogados con malos resultados. Tras recabar la información solicitada los inspectores han detectado que 148 colegios, 27 centros concertados y únicamente un instituto destacan por tener un elevado número de aprobados, mientras que en el apartado de malos resultados hay 13 colegios, 12 concertados y 132 institutos. El resto (273) se mantiene en una amplia horquilla entre los porcentajes indicados.

Estas cifras demuestran la realidad de la enseñanza sevillana. Los 148 colegios con buenos resultados suponen el 40,4% de los centros de Infantil y Primaria consultados, en los concertados más del 37,5% y en los centros de Secundaria, un pírrico 0,5% (en total, un 29%). El panorama es más catastrófico en el caso de los que no han superado el 30% de aprobados, ya que esta situación atañe sólo al 3,5% de los colegios que han colaborado en la encuesta, en los concertados al 16,6% y en los institutos la cifra se eleva al 73,74%, es decir, que sólo tres de cada diez centros que imparten enseñanzas medias se salva del fracaso educativo, resultado que admite poco error de margen si se tiene en cuenta que el número de institutos consultados se acerca al que existe en la provincia, que ronda los 200.

En cuanto a las razones que el análisis señala sobre los malos resultados, hay que destacar que es el alumnado el que acumula más causas para dicho fracaso. En este sentido, los inspectores subrayan como primer problema el "déficit curricular arrastrado desde Primaria", situación en la que coinciden también algunos sindicatos de enseñanza, a lo que se añade el cambio metodológico entre el colegio y el instituto ("el alumnado no se adapta al nuevo sistema de evaluación"). El informe hace hincapié en que el fracaso del estudiante comienza en el tercer ciclo de Primaria y que se acentúa en el primer curso de la ESO. Otras cuestiones que atañen al alumnado es su heterogeneidad, la falta de trabajo en casa, el absentismo y el excesivo número de estudiantes por aula.

Los inspectores no sólo hacen responsables a los alumnos de este fracaso. También aparece como segundo factor las familias por su falta de implicación (aspecto que ahora se quiere solucionar con un nuevo decreto), el escaso valor concedido al esfuerzo de sus hijos o el absentismo "consentido". El último causante de la escasez de aprobados -según el informe- es el profesorado por actuar con "excesivo rigor", su dificultad para adaptarse a las nuevas tecnologías, la falta de experiencia y por "autofelicitarse" de los resultados. Por contra, en los centros con más de un 80% de aprobados, es el profesorado el principal artífice, debido, entre otras razones, a la estabilidad de las plantillas y al equipo directivo.

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