67 partidos consecutivos sin perder. No importa la categoría, ni el nivel de tus rivales -en este caso, el máximo en España-. Esta cifra continúa siendo casi inalcanzable. Un récord en toda regla. Ese ha sido el número de encuentros que ha sumado sin perder el Sevilla de Lolo Rosano, el mejor juvenil de su grupo y que certificó el campeonato ante el Málaga el pasado domingo.

El técnico gaditano es, sin duda, la piedra angular de un proyecto llamado a soñar con la Copa de Campeones, la cual disputan los mejores juveniles de toda España, mediante una eliminatoria a doble partido para lograr clasificarse a una semifinal y final a partido único en una especie de 'final four'.

Tan meticuloso como respetado

El mundo del entrenador es verdaderamente complicado. Son los primeros señalados por el gran público, los profesionales de la comunicación o periodismo... y por los propios clubes. Un buen técnico debe tener una idea clara de juego y saber transmitírsela a un grupo de jugadores que, por naturaleza, van a ser, en mayor o menor medida, egoístas. Además de todo eso, necesitarán gestionar el vestuario como si de un psicólogo se tratase.

Todas esos requisitos cumple Lolo Rosano. El técnico gaditano, tras dejar el Sevilla C por la promoción de Alejandro Acejo al primer filial, se ha ido asentando, temporada a temporada, en el segundo equipo más importante de la cantera nervionense: el Juvenil División de Honor.

En numerosas ocasiones, criticado por su estilo de juego, quizá más sobrio que el de otros entrenadores, pero su efectividad ha sido máxima. Ante el Málaga, el pasado domingo, logró vencer (4-2), alzarse como campeón de forma matemática a falta de dos jornadas y sumar su partido número 67 sin conocer la derrota. Un título que no se iba para las vitrinas de la entidad hispalense desde la temporada 2018/19.

"Todos los jugadores lo respetan. Todos", comentan voces autorizadas del juvenil a Diario de Sevilla. "Con él saben cuándo sí y cuándo no hacer bromas, hay una conexión especial", asegura otra persona. Un entrenador pragmático, tan meticuloso como respetado, que ha logrado culminar una temporada que roza la perfección.

La oportunidad del filial

Octubre de 2023. Una llamada del Huesca a Antonio Hidalgo precipita un obligado movimiento en el banquillo del Sevilla Atlético. El técnico de Granollers no deja pasar el tren de la Segunda División y se embarca en él, por lo que un nuevo entrenador deberá llegar al primer filial de la entidad hispalense.

Muchas reuniones en la carretera de Utrera en apenas dos mañanas, con un candidato que parece el favorito sobre la mesa: Lolo Rosano. Su buen hacer en el juvenil y en anteriores retos en el Sevilla, además de la gran relación que le une a la mayoría de jugadores del filial, lo colocan en un escalón preferencial. La otra opción, Abel Segovia, que acababa de llevar al Antequera a la categoría de bronce del fútbol español en una inmaculada temporada, aunque la opción de casa siempre fue la favorita.

Todo parece decidido hasta que la entrada de Víctor Orta cambia por completo la situación. Jesús Galván, otro de los hombres fuertes de la carretera de Utrera, es su elegido. El tiempo le ha dado la razón -con pie y medio en Primera Federación-, pero de necios sería negar la decepción que se llevó Lolo Rosano, un técnico que estaba preparado para asumir el reto, aunque asumió la decisión con normalidad.

Fue duro para él, pero se levantó y logró firmar una temporada histórica. Sin duda, aunque no se hable de ello, hay entrenador(es) en la carretera de Utrera.