Toros

El impacto de Curro Romero en la tauromaquia sevillana

Curro Romero en la plaza de toros de La Maestranza en Sevilla

Curro Romero en la plaza de toros de La Maestranza en Sevilla / Archivo

El mito de Curro Romero en la tauromaquia es muy grande y es que a pesar de que el torero ha cumplido 90 años este primero de diciembre de 2023, muchos aficionados taurinos siguen recordando aquellas faenas del joven sevillano procedente de Camas. Su presentación en los ruedos fue el 25 de julio de 1954 en el desaparecido coso de La Pañoleta, aquí demostró que tenía una concepción diferente de la tauromaquia y dejó encandilado a los presentes. 

Tuvieron que pasar cinco años hasta el Faraón de Camas tomara la alternativa en Valencia, lo hizo el 18 de marzo de 1959 con un toro llamado Vito y como padrino tuvo al toledano, Gregorio Sánchez y de testigo el ecijano Jaime Ostos. Uno de los grandes mantras que Romero se repetía a la hora de torear era que no había que imitar a nadie y con esa singularidad comenzó a convertirse en la leyenda que es hoy. 

Su manera de torear ha tenido tantos admiradores como detractores a lo largo de su carrera profesional, pero sí que ha contado siempre con el cariño de sus partidarios, que han se han mantenido fiel a su figura y su manera de torear a pesar de vivir algunas de las peores faenas del torero. Siempre ha toreado en plazas de primera y ha ido dejando un legado en el que los números lo abalan. Hasta que se retiró el 22 de octubre de 2000 en la recoleta plaza de La Algaba sumó siete Puertas Grandes en Las Ventas y cinco Puertas del Príncipe en La Maestranza en su dilatadísima carrera. Una trayectoria para la que, además de arte, hace falta una capacidad de sacrificio fuera de lo común sustentada en una afición infinita.

Curro Romero siempre quiso que su toreo transmitiese armonía, en la que se vieran reflejados los leves movimientos, la despaciosidad y que el aficionado saborease cada lance como algo único. 

La impronta de Curro Romero en la escuela taurina de Sevilla

Los toreros que lo han sucedido han bebido inevitablemente del toreo que el Faraón de Camas ha ido dejando plasmado en tantas imágenes que quedan para el recuerdo. Daniel Luque, Morante de la Puebla, Manuel Escribano, Pepe Moral, Pablo Aguado o Rafael Serna son algunos de los nombres que destacan en el escalafón de matadores de toros en la actualidad. Cada uno tiene su estilo, su impronta y un sello personal que los hacen brillar. 

Todos buscan dejar su huella en la tauromaquia y sus nombres pasen a la posteridad por haber sabido transmitir sus valores a la hora de realizar una faena en el ruedo, pero todos ellos se han criado y han aprendido de los maestros anteriores a su generación y Curro Romero ha sido objeto de inspiración de muchos toreros que actualmente pisan las plazas más importantes del mundo.

Los toreros sevillanos quieren seguir transmitiendo esa armonía que transmitía el Faraón de Camas cuando lidiaba una res brava, quieren que el público aprecie la sensibilidad de cada lance y muletazo y puedan seguir con su carrera con la inmensa trayectoria que ha tenido Curro Romero a lo largo de su vida profesional. Sin duda, el legado de Romero está a salvo con los toreros sevillanos que lo han sucedido.

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