Cuando apenas han transcurrido diez días de las últimas reyertas de las que se tiene constancia en Huelva, las que acontecieron el lunes y el martes de la semana pasada en las barriadas de Marismas del Odiel y El Torrejón, otro enfrentamiento entre familias dejó en la noche del pasado jueves un reguero de vecinos con el corazón encogido tras el intercambio de tiros que se registró en Pérez Cubillas. La Policía Nacional descarta la relación entre aquellos dos sucesos y éste, como también desecha la hipótesis de que la última trifulca tenga algún tipo de vínculo con el narcotráfico, tal y como indicaron las fuentes policiales consultadas por este periódico.

El suceso de la barriada Pérez Cubillas se produjo hace dos días y tuvo su germen en una pelea entre miembros de dos conocidas familias de la barriada onubense que sucedió por la tarde y que ya precisó de la intervención de la Brigada de Seguridad Ciudadana. Los agentes que acudieron al lugar trataron de mediar para calmar los ánimos de los protagonistas de la riña, pero estos hicieron caso omiso y, cuando cayó la noche, se enfrentaron de nuevo.

Las llamadas de los vecinos alertando de un tiroteo se registraron en torno a las 23:30. En un vídeo grabado por un ciudadano anónimo que circuló ayer por las redes sociales se escuchan con claridad las detonaciones. En las imágenes se perciben, al menos, los sonidos de seis disparos de escopeta y varias ráfagas.

Unos minutos después, cuando el Cuerpo Nacional de Policía llegó a la barriada, localizó el foco de la reyerta en la plaza Juan XXIII. Según las fuentes consultadas, los cuatro detenidos arremetieron con las armas contra la vivienda en la que se hallaba otro hombre -perteneciente a la otra familia-, que resultó herido leve en el abdomen cuando uno de los perdigones atravesó la ventana de la casa. "No está claro todavía si la herida es por el perdigón o por los cristales que saltaron".

Los cuatro arrestados tienen entre 40 y 50 años y pertenecen, al igual que el herido, "a dos conocidas familias que tienen un comportamiento asocial", precisan las fuentes de este rotativo. Han dormido en el calabozo de la comisaría y pasarán en las próximas horas a disposición de la autoridad judicial. El motivo de la reyerta está en "desavenencias familiares, chiquilladas". La operación policial se ha saldado, además, con la incautación de varias armas de fuego que, presuntamente, fueron las utilizadas en el tiroteo.

Durante todo el día de ayer la Policía Nacional mantuvo la vigilancia con un amplio dispositivo en la plaza Juan XXIII de la barriada para garantizar que no se repitieran los enfrentamientos entre las dos familias.