Sevilla vivió ayer su noche de glamour con la reinauguración del Hotel Gran Meliá Colón, un acontecimiento que ha congregado a toreros, mises, futbolistas, cantantes, políticos, empresarios y algún que otro aristócrata como Fernando Martínez de Irujo, hijo de la duquesa de Alba. Tras año y medio de obras, este hotel, conocido popularmente como "el de los toreros", pretende en palabras de Sebastián Escarrer, uno de sus propietarios, "devolver a Sevilla el esplendor y la grandeza de este establecimiento que representa el espíritu de los sevillanos: señorial, elegante, tradicional y divertido".

La reforma, que ha supuesto una inversión de 40 millones de euros, convierte el Hotel Colón en uno de los 15 establecimientos que conforman el exclusivo grupo Gran Sol Meliá en todo el mundo. A juicio de Escarrer, posee "un lujo atemporal que fusiona elementos vangardistas y clásicos". Según Juan José Pascual, copropietario del hotel, éste "refleja la sabiduría de los mayores y la frescura de los jóvenes, y es un emblema de lujo clásico renovado".