La violencia de género sumó ayer una nueva víctima con la muerte de una mujer de 80 años, presuntamente a manos de su marido, en el número 1 de la calle Francisco Pacheco de Málaga. El marido de la víctima confesó el crimen y dijo que lo hizo para que su esposa no sufriera más, ya que se encontraba impedida y gravemente enferma. La mujer, cuya identidad responde a las siglas C.M.G., presentaba dos heridas por arma blanca cuando fue encontrada en su domicilio a las 11:30 por una de sus cuidadoras, que avisó a la Policía. Junto a la víctima se encontraba su marido, S.M.C., de 82 años e italiano, con varias heridas por arma blanca, aunque ninguna de gravedad y que podría haberse provocado él mismo.

El grupo de homicidios de la Unidad Especializada y violenta y el Servicio de Ayuda a la Familia de la Comisaría Provincial se hicieron cargo de la investigación. Desde un primer momento se consideró que se trataba de un caso de violencia de género y que el marido es el presunto autor de la muerte de la mujer, a la espera de que concluyan todas las investigaciones. No obstante, no existían denuncias previas por malos tratos en la pareja ni medidas de protección.

El matrimonio tenía previsto ingresar en una residencia de ancianos en Fuengirola el próximo miércoles, algo con lo que el agresor no estaba de acuerdo, según relata una de sus cuidadoras, María Cristina Salvatierra, "él se resistía a ir a la residencia, siempre decía que esa era su casa y que ahí se quería quedar". María Cristina asegura que los ancianos nunca se quedaban solos, pero el marido encargó a la asistenta que en ese momento se hacía cargo de ellos que fuera a comprar fruta, momento en el que aprovechó para matar a su mujer.

Nada podía hacer pensar a sus cuidadoras que algo así pudiera suceder, ya que él se preocupaba de ella en todo momento, "él siempre me pedía que le prestará mis mejores atenciones y que le diera de comer primero a ella, no entiendo qué le ha podido pasar por la cabeza", comentaba María Cristina. "Precisamente anoche me contó que llevaban 57 años casados y que la seguía amando como el primer día".

La noticia conmocionó al barrio de Huelin. "Era un matrimonio muy normal y el se veía un hombre muy bueno", comentaba Charo Benítez, vecina del matrimonio, al tiempo que aseguraba que no se trataba de un caso de malos tratos continuados, "Yo creo que ha sido por dejar de ser una carga para sus hijos". En este mismo sentido se expresaba otra vecina que no se podía explicar lo ocurrido, "él ha cuidado de ella durante mucho tiempo, lo que pasa es que ya estaba muy mal también", explicaba Paqui Jiménez, que sólo podía atribuir este hecho a un momento de desesperación del agresor por encontrarse en una mala situación de salud, "se le han tenido que cruzar los cables para que haga algo así, porque nunca lo hubiéramos imaginado".