Aquí la Provincia

Estrategias militares reales para recrear batallas míticas

  • Cerca de 2.000 personas practican esta actividad lúdico-deportiva, que promueve el trabajo en equipo y el esfuerzo físico y mental para liberar estrés representando la Guerra de Iraq, la de Vietnam o escenas de la Segunda Guerra Mundial.

Revivir Vietnam en Alcalá de Guadaíra, la Guerra de Iraq en una fábrica de harina abandonada en Tocina o la batalla de Bélgica de la Segunda Guerra Mundial en Mairena del Alcor es posible de la mano de los más de 50 clubes de airsoft de la provincia de Sevilla.

Esta actividad se basa en la simulación de combates usando réplicas de armas de fuego o marcadoras, las cuales disparan pequeñas bolas de PVC biodegradables de seis u ocho milímetros de diámetro, en escenarios de juego similares a los de una guerra real, con equipamiento similar al militar y estrategias bélicas reales. Aunque no existe una indumentaria concreta, cada equipo prefiere equiparse según el tipo de batalla recreada en cada momento.

Según sus reglas, está prohibido que las marcadoras tengan una fuerza superior a un julio, y todos los participantes están obligados a llevar unas gafas especiales, resistentes a los impactos.

Cerca de 2.000 personas practican en la provincia esta actividad, que va camino de establecerse oficialmente como deporte a través de la Federación Española de Airsoft (FEA) y sus 11 departamentos autonómicos. La procedencia de los airsofters abarca todo el territorio, desde Gines hasta Alcalá de Guadaíra, pasando por Santiponce, Camas, Mairena del Aljarafe, Bollullos de la Mitación, La Rinconada y algunos pueblos de Huelva.

La transformación de los participantes es total en los eventos que recrean batallas. Panaderos, carniceros, joyeros, mayoristas, zapateros, electricistas y conductores de ambulancia se convierten en marines americanos o soldados del Tercer Reich para vivir una jornada de estrategia militar con un realismo que es directamente proporcional al presupuesto de cada uno. "Hay gente que se gasta 150 euros, precio actual de la marcadora más barata, pero hay otros que invierten más de 2.000 euros en accesorios de airsoft. Uno incluso se compró un jeep de la Segunda Guerra Mundial", comenta Raúl Sánchez, de 36 años, miembro del club Verracos. Los nombres de otras asociaciones sevillanas acuden al imaginario bélico: Black Scorpions, Octubre Rojo, Omega...

Esta práctica comenzó hace 15 años en Sevilla con pistolas de spring, que contrastan con las marcadoras con sensores electrónicos que se usan en la actualidad. Las más comunes en el mercado son las americanas (M-4 y SAW) y las rusas (AK-47 y AK-74).

La imagen de Rambo pegando gritos y tiros entre los charlies de la selva está muy lejos de la realidad de esta actividad lúdico-deportiva. "Vas buscando algo más que el simple disparo. Hay partidas que se preparan durante meses y requieren conocimientos de historia militar para recrear una unidad en concreto", admite Sánchez. Partiendo de un guión militar establecido, los clubes juegan siempre en terrenos públicos alejados del casco urbano tras obtener la autorización pertinente, o bien en naves alquiladas ad hoc.

Según las normas de la FEA, es necesario realizar una serie de acciones para jugar en regla: registrar el grupo como entidad jurídica ante la administración pública; obtener permiso expreso y por escrito del titular del terreno, incluyendo su cartografía; delimitar el terreno con cartelería informando de la actividad y las protecciones necesarias (protección ocular); disponer de un seguro de responsabilidad civil (incluido en la licencia federativa); contratar para cada actividad la póliza de accidentes para todo participante no federado; informar por escrito al ayuntamiento o autoridad local competente; poner en conocimiento del desarrollo de actividades en ese terreno a la Intervención de Armas, a la Comandancia de la Guardia Civil de la zona, o a los cuerpos policiales competentes para la correspondiente demarcación; informar de la actividad a la Consejería de Medio Ambiente si el terreno fuese de índole forestal o montañoso; e informar a la Subdelegación del Gobierno de la provincia. Y, por fin, a disfrutar.

Asimismo, Andalucía cuenta con sólo 70 jugadores afiliados a la Federación Española de Airsoft (un 9% del total de jugadores nacionales) a través de cinco asociaciones: una almeriense, otra granadina y tres jiennenses. Hay una asociación más en trámite de ingreso y cerca de una decena solicitando información para su valoración. No obstante, el director del departamento autonómico de Andalucía de la Federación, Ramón Abad, pone de relieve que "el número de licencias no supone una cifra representativa de los jugadores no federados, que son muchos más, pero cada vez hay mas interesados que escriben solicitando información y muchos otros interesados en participar en esta actividad lúdico-deportiva".

Los tres métodos principales son la simulación militar (MilSim), la táctica (TacSim), en la que se despliegan escaramuzas estilo SWAT, y la guerrilla versus anti guerrilla. Dentro de los tipos de partida y al margen de la recreación de batallas, destaca Last Man Standing, una de las más clásicas en la que gana el último jugador que quede vivo en el campo; y la incursión por equipos, en la que se realizan emboscadas y se prima el trabajo colectivo. "La base del airsoft es la convivencia. Durante el juego, descargas una cantidad de adrenalina brutal debido a la tensión y a la refriega, lo cual te proporciona una enorme relajación al final. Esto es más intenso que jugar un partido de fútbol", afirma Alfonso Bruna, un informático y monitor deportivo de 34 años de edad.

Según el director de la empresa Odysa Pro y uno de los principales responsables del airsoft pro, Iban Salvador, "ya son muchos los cuerpos de seguridad del Estado, militares y escuelas reglamentadas los que emplean el airsoft para su formación". Este último aspecto es imperceptible al público, pero explica el volumen de negocio que mueve el sector. Según datos actuales que maneja Salvador, entre 2009 y 2010 se importaron legalmente en España más de 6.000 marcadoras bajo la etiqueta Imitación Airsoft expedida por la Guardia Civil. Hoy se practica de forma perfectamente legal. Existen decenas de asociaciones específicas en España que poseen campos de juego, y las federaciones legalmente constituidas trabajan por acabar de adecuar el marco legal con la colaboración de las autoridades.

Actualmente, existen diversos contactos entre la Guardia Civil y las federaciones que prometen perfilar temas pendientes: el transporte de una marcadora desde casa al campo de juego; la obtención de una tarjeta de arma de airsoft;o la creación de un censo de jugadores.

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