El desgarro de María Jiménez en la voz y la dulzura y la alegría de vivir de Pasión Vega en la mirada. Ésa sería una de las muchas definiciones de esa fusión de ritmos y cadencias que es la Chocolata, una suerte de flamenco-jazz latino que refresca estas noches tropicales que se viven actualmente en Sevilla.

Sus miembros habituales son Carmela La Chocolata, Francisco Gómez (guitarra), Cuni Mantilla (contrabajo), Jesús Santiago (percusión), y Fernando Maya y Ángel Martín (palmeros). Los habitantes de Almensilla podrán gozar de su música mañana, en el barrio El Cuco, a partir de las 22:00, en una actuación programada dentro del Programa de Fomento y Cooperación Cultural del área de Cultura de la Diputación Provincial de Sevilla.

La cantante y bailaora jerezana valora muy positivamente este plan de la institución para llegar a todos los rincones, a los pueblos más pequeños de la geografía sevillana, y recuerda cómo fueron sus comienzos: "Aprender a bailar bailando: así aprendí, hace ya algún tiempo, en un rinconcito de La Plazuela. Rodeada de soniquete, solera y muchísimo amor al trabajo y al arte, aprendí y aprendo a bailar bailando. Desde el momento en que crucé aquella pequeña puerta de la antigua Peña de la Bulería, me hicieron bailar y amar el baile de esta manera, además de descubrir las ganas de compartirlo y de cierta magia a la hora de comunicarlo, que hace que la enseñanza se haya convertido en otra de mis pasiones, así como una de las principales actividades en mi día a día".

En ese sentido, Carmela la Chocolata imparte clases de bulerías desde hace 10 años, "un alimento para mi expresividad, mi música y mi comunicación artística".

En las clases y cursillos que ofrece, se trabaja desde la libertad, la expresividad, la personalidad… "Se trata de aprender a bailar por bulerías, de una forma fácil y muy divertida", apostilló Carmela.