Un montaje espectacular como culminación a un año inolvidable. La Virgen de la Esperanza luce en su tradicional besamanos bajo el palio de plata roulz, realizado en el siglo XIX por la fundición barcelonesa de Isaura, y con el que procesionó hasta que se estrenó el palio negro bordado por Juan Manuel Rodríguez Ojeda, hoy propiedad de la Hermandad de la Estrella. La singular estampa ha sido ya contemplada por miles de sevillanos que este jueves, festividad de la Esperanza y primer día del besamanos de la Dolorosa, visitaron la basílica formando unas colas que se extendían por momentos hasta la calle Feria. 

El montaje, como explica la hermandad en su página de internet, "simula el descendimiento de la Santísima Virgen desde su camarín, a través de una recién remozada escalera con decoración de candelieris dorados, hasta un baldaquín -recreado para la ocasión- con el primitivo palio de plata de Isaura, una joya de la orfebrería decimonónica realizada para Nuestra Señora en 1855. Las cascadas florales ayudan a potenciar esta visión ascendente, permitiendo así integrar en la escenografía las pinturas de la bóveda de la basílica". Los priostes también han querido recrear, entre otros muchos detalles, el interior del camarín en el presbiterio "mediante una reproducción de las marmóreas sebkas de Marmolejo Camargo, tamizadas por el dinamismo que generan los volúmenes de las bambalinas áureas". La Virgen luce el manto de tisú y la saya de los volantes, dos de sus prendas más emblemáticas. 

El prioste de la Esperanza, Fernando Marmolejo, explicó a este periódico cuál era el sentido del montaje: "Hemos querido hacer un guiño a la culminación del Año Jubilar trayendo el palio que fue nuestro. Gracias al IAPH, que lo restauró en 2008, y a la Hermandad de la Virgen del Mayor Dolor de Aracena que lo ha conservado durante tanto tiempo. Es la primera vez que se ve en la basílica y hemos querido presentar a la Virgen bajo ese palio tan bonito". 

La historia del palio de plata es un poco difusa. Antes de llegar a la Hermandad de la Vera Cruz de Aracena, en 1916, fue propiedad de la Hermandad de los Gitanos de Sevilla. Incluso hay quien sostiene que parece ser que también lo usó durante unos años, y antes de pertenecer a los Gitanos, la Virgen de los Dolores en su Soledad de Alcalá del Río. También hay algunos historiadores que cuestionan que el palio que está en Aracena sea el que en su día perteneció a la Macarena, puesto que podrían haber existido varios palios, sino idénticos, muy parecidos en la provincia. 

Una de las personas que mantienen esta teoría es Enrique Guevara en su libro Los tesoros perdidos de la Semana Santa de Sevilla. La historia dice que el palio llegó a Aracena después de ser utilizado por los Gitanos, que lo tuvo hasta 1919: "La Hermandad de la Vera Cruz dicta que el palio lo estrenó en 1916, lo que hace que resulte imposible la sucesión, tanto en cuanto por esa fecha aún lo utilizaba la de los Gitanos". 

Al mismo tiempo, Guevara sostiene que mientras el palio fue propiedad de la Hermandad de los Gitanos, el paso de la Virgen de las Angustias aparece con unos respiraderos que cuyo dibujo invertido coincidiría plenamente con el palio de plata, "por lo que no resultaría descabellado pensar que fuera transformado en unos respiraderos". Guevara es claro en su conclusión: "Podemos decir que el palio que cobijó a la Macarena a finales del siglo XIX quedó destruido con casi toda seguridad en el incendio de San Román de 1936 y que el palio existente en Aracena es, sin menosprecio alguno de la obra, una pieza distinta salida de la misma factoría barcelonesa de Francisco de Paula Isaura".