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Madrugada de 1966, un regreso al futuro

  • La famosa pescadilla fue causada por el retraso del Calvario, agravado por el de la Esperanza de Triana. Las similitudes entre lo debatido entonces y ahora es absoluta.

Una noche convulsa. La Madrugada de 1966 significó un antes y un después no sólo para las seis cofradía que hacen estación de penitencia en esa jornada, sino para toda la Semana Santa. Fue un año de injustificables retrasos, de excesos, que tuvo al año siguiente dos importantes consecuencias: el cambio de itinerario del Gran Poder y las nuevas normas para la disciplina de los cortejos procesionales sancionadas por el cardenal Bueno Monreal. La actual configuración de la Madrugada se pergeñó tras aquella caótica noche. El Gran Poder celebró un cabildo extraordinario el 9 de mayo en el que aprobó cambiar su itinerario, discurriendo a partir de entonces por el Postigo, en "beneficio del orden y penitencia de la cofradía", como narran las crónicas de la época. Los problemas de hoy son prácticamente los mismos que entonces. ¿Cómo se llegó hasta este extremo?

Aquel 8 de abril el Gran Poder salía por primera vez desde su nueva capilla. La primera levantá de la Macarena la dio la princesa Paola de Bélgica, y fue la última vez que la Hermandad de los Estudiantes recibió a la Esperanza Macarena a las puertas de la Anunciación. La crónica del diario Abc habla de una ciudad literalmente echada a la calle: "No se podía dar un paso". Pero advierte de que la noche estaba "quizá demasiado bullanguera". Al llegar la cruz de guía del Gran Poder a la calle Cuna no pudo seguir avanzando, como tampoco podía hacerlo la del Silencio, estando parada más de una hora. Esto provocó que un centenar de hermanos dirigieran un escrito al hermano mayor para convocar un cabildo extraordinario para buscar soluciones: entre las que se planteaban estaban el cambio de día (salir en la madrugada del Jueves Santo) o el cambio del palquillo a la Plaza de Villasís. Los hermanos remitieron un escrito a Bueno Monreal en el que detallaban el calvario sufrido y cómo el público, de un modo irrespetuoso, "asaltó materialmente los pasos arrebatando con violencia las flores".

Durante el cabildo extraordinario del Gran Poder se produjo un gran debate sobre cuál era la mejor solución para la hermandad. Un hermano expuso que "lo normal" sería que el Silencio regresara por el Postigo, a lo que el hermano mayor, el vizconde de Dos Fuentes, respondió "que el problema deben resolverlo los hermanos del Gran Poder sin tener en cuenta la actuación de los demás", como señala la crónica.

Un hermano, Javier Mencos, intervino para decir que un par de años antes con otros miembros de la junta se estudió el recorrido por el Postigo. "Se midió y lo he vuelto a medir hace un par de noches. Es de algo más de 500 metros que el actual. Supone, en circunstancias normales, un retraso de diez a doce minutos, pero hay que tener en cuenta que se evita una serie de entorpecimientos". El relato de Abc se cierra afirmando que el cabildo se desarrolló "sin apasionamiento alguno, si bien en el tono ágil y vivo de los que intentan solucionar un problema importante en su vida futura y buscan celosamente una mayor penitencia y recogimiento en su desfile procesional".

Unos días después del cabildo del Gran Poder, se celebró un pleno extraordinario de penitencia para adoptar medidas por las "anormalidades" de la pasada Semana Santa. En el debate celebrado en la parroquia del Sagrario se habla de muchos asuntos que hoy son plena actualidad: se pone en duda la autoridad del Consejo, se denuncia que algunas marchas incitan al público a aplaudir y a los costaleros a realizar movimientos "grotescos". Se señalan abusos y desacatos del público, reacciones casi deportivas ante algunos pasos, acciones tumultuosas de grupos de personas irrespetuosas que produce un contagio en masa difícil de atajar, marchas no tradicionales, horarios fuera de lógica y falta de colaboración de las hermandades, tensas relaciones entre algunas de ellas...

Las cofradías conocen el porqué de lo sucedido en la Madrugada: "El retraso del Calvario desajusta un horario cronometrado; así como el de la Esperanza de Triana, con un retraso en la Campana de 20 minutos, que fue aumentando al paso por los sucesivos tribunales, dejando una considerable separación con el Calvario, y negándose en la Catedral a avanzar con su cruz de guía alegando que los pasos estaban muy retrasados motivado por la forma poco correcta -según el escrito- en que eran conducidos". Las consecuencias de estos retrasos lo fueron en cadena para el Silencio, Gran Poder, Macarena y Gitanos, inmovilizadas al completo. Además de las medidas disciplinarias y las amonestaciones a la Esperanza de Triana, se propone el reajuste de los itinerarios y horarios de la Madrugada de común acuerdo, o, en caso contrario, impuesto por la Autoridad Eclesiástica, de forma que se evite cualquier coincidencia de recorridos.

El 12 de marzo de 1973, un nuevo cabildo del Gran Poder aprueba por tres votos volver a su recorrido tradicional. Tras este intento, en 1974 volvió a discurrir por el Postigo.

1967: las Ordenanzas de Gobierno sancionadas por Bueno Monreal

Los excesos de la Madrugada de 1966 tuvieron respuesta en las Ordenanzas de Gobierno para las Hermandades de Penitencia elaboradas por el Consejo y sancionadas por el cardenal Bueno Monreal. En las normas se regula la música, los acompañamientos o la disciplina. En cuanto a la música, se establece que las hermandades deberán comunicar a las bandas que contraten, o a los directores, el repertorio. Se recuerda que la música acompaña a los pasos. También se regulan los acompañamientos en los cortejos para que se reduzcan al mínimo para no alargar innecesariamente las cofradías en perjuicio del horario de la que vaya detrás. En cuanto a la disciplina, se alude a la piedad, a evitar la separación de los nazarenos, a llevar los pasos de forma tradicional, a no guardar separación entre una hermandad y otra, a limitar el número de niños. Se crea el delegado de día que permanecerá en el palquillo de la Campana y se le asigna la función de regular el buen orden y el cumplimiento de los horarios de cada una de las cofradías. También se designan otros representantes del Consejo que deberán estar en el resto de los controles. Se fija, igualmente, que los fiscales de paso tienen la responsabilidad de la conducción de los pasos y habrá que comunicar sus nombres al menos con 20 días de antelación al Cabildo de Toma de Horas. El Consejo asume toda la plena autoridad por delegación durante las estaciones de penitencia. 

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