Economía

La carga fiscal de los carburantes amortigua el descenso

Las petroleras defienden que la caída del crudo se refleja menos en los precios del carburante porque apenas supone un tercio del coste final que abona el consumidor. "Los carburantes que se utilizan en los vehículos no son petróleo", según recuerda el presidente de la patronal petrolera (AOP), Álvaro Mazarrasa, sino productos refinados y adecuados para este uso.

El coste de la materia prima no va vinculado a la cotización del crudo, sino al precio de venta de la gasolina y el gasóleo -es decir, los productos ya refinados- en los mercados internacionales. Éste puede distar bastante del del crudo e incluso entre los distintos mercados regionales. En cualquier caso, la materia prima solo constituye alrededor de un 31% del precio de la gasolina y del 37% del precio de venta del gasóleo.

El principal elemento en el precio de los carburantes es, sin ninguna duda, la carga fiscal, que supone más de la mitad del precio final. Los carburantes de automoción pagan dos tipos de impuestos, el especial de hidrocarburos y el IVA.

El impuesto de hidrocarburos es una tasa por volumen de carburante, por lo tanto, independiente del precio. Se compone de un tramo estatal general -400,69 euros por cada 1.000 litros para la gasolina y 307 euros por cada 1.000 litros para el gasóleo-; un tipo estatal especial, de 24 euros por cada 1.000 litros para ambos carburantes, y un tipo autonómico, que varía entre cero y 48 euros por cada 1.000 litros. El IVA de los carburantes es del 21% y, como para el resto de productos, varía en función de+l precio de venta.

El último elemento del precio de los carburantes es el polémico margen de distribución, que supone alrededor de un 12% del total y que, según recuerda reiteradamente el sector petrolero, no se corresponde con el beneficio de las empresas. De hecho, según señala Mazarrasa, el 90% de este margen bruto de distribución son costes asociados al propio suministro -logísticos, transporte, punto de venta- lo que implica que el importe de este margen también sea fijo y no se vea afectado por la cotización de los productos. Según Mazarrasa, el margen de beneficio real que cobra el mayorista es de aproximadamente un 1,5% del precio de venta, es decir, entre uno y dos céntimos.

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