El proceso de terciarización de las economías desarrolladas ha provocado que el comercio tenga un importante protagonismo, no solo desde el punto de vista de la generación de riqueza, sino también territorial, cultural e incluso como elemento de comunicación ciudadana. De hecho, desde la Unión Europea se están promoviendo distintas medidas para reforzar la competitividad de una actividad que forma parte de los segmentos productivos que pueden impulsar la transición hacia unos modelos de consumo más sostenibles y que está llamada a desempeñar un papel esencial en el fomento del crecimiento y de la creación de empleo a medio plazo en el ámbito comunitario.

El Plan de Acción Europeo para el Comercio Minorista, aprobado recientemente por la Unión Europea como estrategia marco en la materia, ha constado que esta actividad representa el 11% del Producto Interior Bruto (PIB) comunitario y casi el 15% de su empleo total, con importantes sinergias, además, con otros segmentos como la agricultura, la industria manufacturera, los servicios informáticos, el turismo, la energía, la logística y el transporte. Más de seis millones de empresas, es decir, el 29% de todas las que existen en la UE se engloban en esta actividad, destacando en el ámbito minorista la gran proporción de pymes y microempresas (más del 95%).

En el caso de Andalucía, la importancia del sector se aprecia tanto en la contribución al Valor Añadido Bruto (VAB) como en el empleo. La comunidad es, tras Cataluña y Madrid, la tercera en contribución al VAB del comercio del conjunto de España. En este sentido, entre 2006 y 2014, aumentó su participación del 12,9% al 13,2%, lo que supone 0,3 puntos porcentuales más y un incremento relativo del 2%. Por su parte, otras regiones con un fuerte peso en este segmento, o bien experimentaron una disminución, como Cataluña (-0,9%) y la Comunidad Valenciana (-2,5%); o crecieron por debajo de Andalucía, como es el caso de Madrid.

Otro dato fundamental para comprobar la importancia del sector es su contribución al empleo. La población ocupada en el comercio en Andalucía durante 2014 superó las 473.000 personas -el 18% del total-, de las que 51.000 corresponden a la venta y reparación de vehículos de motor, 102.400 a establecimientos al por mayor y otros 319.700 al por menor. En esta materia, la comunidad andaluza fue la que registró mayor crecimiento de la ocupación en la actividad al por menor en 2014 a nivel nacional, con 19.300 ocupados más (+6,3%).

Además, el sector comercial aglutina el 30% de las empresas existentes en la región y continúa siendo una de la actividades que mayor importancia tienen en cuanto a creación de nuevas sociedades. A este respecto, tiene un papel destacado el nacimiento de firmas especializadas en la venta de equipos para las TIC, así como de artículos culturales y recreativos.

Actualmente, la crisis y las innovaciones tecnológicas están propiciando cambios muy profundos en este segmento productivo tanto desde el lado de la demanda como de la oferta: aplicación de las nuevas tecnologías y las redes sociales; consumidores más autónomos, más informados y con más experiencia; aumento de la estacionalidad estructural; aparición de nuevos formatos; o modificación de los hábitos de compra.

Por ello, la planificación que realiza el Gobierno autonómico sobre el comercio interior tiene como objetivo adaptar la actuación pública a la realidad específica de Andalucía, teniendo en cuenta que es uno de los sectores claves de la economía, y junto al turismo, tiene la capacidad de revitalizar, impulsar y dinamizar la vida de los  municipios.

El Registro de Comerciantes y Actividades Comerciales de Andalucía es un instrumento fundamental en el desarrollo de estas políticas de planificación, ya que permite obtener información sobre la situación del sector y facilita el ejercicio de las funciones de control y tutela de los intereses públicos, sin que, en ningún caso, suponga una carga económica y burocrática para la ciudadanía.

Según la normativa que regula esta herramienta, las personas que ejerzan una actividad comercial deben comunicar al Registro el comienzo y la finalización de la misma, así como sus modificaciones, en un plazo de tres meses. Estos trámites se pueden realizar telemáticamente, a través de la página web de la Consejería de Turismo y Comercio.

La importante actividad de este Registro se observa en el número total de comunicaciones presentadas durante el año 2014, que fue de 7.714 altas y 971 bajas. Según las distintas provincias, Sevilla se situó a la cabeza, con 1.381 altas y 191 bajas, seguida de Córdoba, con 1.161 y 121, y de Granada, con 1.054 y 85, respectivamente. Por su parte, en Jaén se inscribieron 1.052 altas y 117 bajas, en Cádiz, 989 y 121; en Málaga, 937 altas y 79 bajas; en Almería, 755 y 106; y en Huelva se registraron 385 altas y 133 bajas.

Recientemente, la Consejería, con el fin de mejorar la obtención de la información, ha actualizado los modelos normalizados que los comerciantes deben utilizar en sus trámites registrales. Estos nuevos modelos permitirán una mayor precisión para establecer la planificación de las políticas públicas en función del análisis de los datos recogidos.

El consejero de Turismo y Comercio en funciones, Luciano Alonso, ha incidido en que esta actividad económica afronta en estos momentos "una etapa de cambios como consecuencia de la relevancia adquirida por las ciudades, las transformaciones en los hábitos de vida y consumo o la irrupción de nuevos formatos comerciales", por lo que ha apostado "por analizar las claves de futuro y diseñar estrategias que permitan reforzar su competitividad".

Asimismo, Luciano Alonso ha valorado el "esfuerzo" de los comerciantes en la actual coyuntura económica, lo que, a su juicio, ha permitido "evitar la pérdida de empleos", al tiempo que ha recordado que el Gobierno andaluz lleva a cabo una política activa para "favorecer la adaptación del sector a las nuevas condiciones competitivas del mercado y la articulación de esta actividad con el tejido productivo de nuestra comunidad".

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