Los países de la Eurozona limitarán por ley el déficit máximo en que pueden incurrir y ajustarán los salarios a la productividad. Éstos son algunos de los puntos del Pacto por el Euro que acordaron ayer los jefes de Estado y de Gobierno de la Eurozona, que también incluye retrasar la edad de jubilación, flexibilizar el mercado laboral, medidas que España ya ha tomado, y liberalizar los servicios profesionales. Los países de la moneda única han aceptado, así, los ajustes económicos exigidos por la canciller alemana, Ángela Merkel, a cambio de reforzar el fondo de rescate para los países con problemas de deuda. En concreto, Zapatero tuvo que aceptar ligar los salarios a la productividad.

El presidente permanente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, anunció en su cuenta de Twitter la noticia: "Tenemos un acuerdo sobre el Pacto por el Euro". Los líderes deberán ahora anunciar en la próxima cumbre del 24 y 25 de marzo, o como muy tarde en junio, qué medidas concretas contenidas en el acuerdo aplicarán en sus países y deberán comprometerse a aplicar esas reformas en un plazo máximo de 12 meses.

El Pacto incluye, además, medidas para mejorar los sistema educativos, suprimir restricciones injustificadas en el comercio o los servicios profesionales, o reducir las cotizaciones sociales y compensar la reducción de ingresos aumentando el IVA. Otras iniciativas que se han aprobado a propuesta de Merkel deberán adoptarse a escala comunitaria, como la armonización de la base imponible del Impuesto de Sociedades, para lo que Bruselas presentará una propuesta legislativa el 16 de marzo, y la creación de un sistema europeo de quiebra ordenada de bancos.

La aprobación del Pacto por el Euro ha obligado a José Luis Rodríguez Zapatero a ceder ante Alemania y aceptar ajustar los salarios a la productividad. El presidente del Gobierno cambiaba de opinión y se unía así a las tesis de Angela Merkel con ocasión de la cumbre de la Eurozona que se celebró ayer en Bruselas. Para anunciar su decisión, escribió una carta al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en la que afirmaba que hay que "alinear salarios y productividad". La misiva recibió inmediatamente la crítica de los sindicatos UGT y CCOO, que temen que el Gobierno busque fijar los salarios y que recordaron a Zapatero que los sueldos los fijan los agentes sociales.

En la carta, el presidente del Gobierno afirma: "Debemos centrarnos principalmente en eliminar las rigideces de las economías domésticas. Esto implica prestar atención al mercado laboral, alineando salarios y productividad, e incrementando la empleabilidad y la formación de nuestra fuerza laboral". Señala además que "la apertura de los sectores protegidos es de vital importancia" y aboga por una "mayor liberalización de sectores como los servicios profesionales, la energía o la economía digital".