Elecciones

"Cuando la derecha gana, el triunfo se lo dan los abstencionistas de izquierda"

  • El ex vicepresidente del Gobierno repite su candidatura al Congreso, donde se estrenó con el consenso constitucional

Alfonso Guerra (Sevilla, 1940) es diputado desde 1977, participó activamente en el consenso que alumbró la Constitución, y es el único diputado que queda en la Cámara desde aquellos inicios. A pesar del tono mitinero de sus intervenciones o de sus declaraciones polémicas, en la entrevista es sosegado, mesurado y extraordinariamente amable.

-Usted participó en el renacimiento del PSOE de después de la Guerra. ¿En estas elecciones se está jugando, también, el futuro de una izquierda donde el Partido Socialista ha sido plenamente hegemónico? Es decir, ¿puede la izquierda española italianizarse, dividirse en grupos minoritarios frente a un partido conservador fuerte?

-No lo creo. El espacio político que ocupan es muy escaso. Son minoritarios. Lo que sí hay es un problema de la izquierda mundial, sobre todo la europea, porque el desarrollo que está teniendo el capitalismo, apoyado por las grandes agencias de información, que son casi todas norteamericanas, impiden la difusión de estas ideas.

-Pero no teme un derrumbe en la izquierda...

-¿Por qué? ¿Por qué tiene que haber un derrumbe?

-Bueno, por los sondeos...

-Son sondeos, son encuestas, no tienen por qué ser verdad. Hay muestras hechas con sólo 700 personas, incluso de 500, y se permiten adjudicar hasta escaños por provincias. Las encuestas son sólo una orientación.

-Rubalcaba lleva desde el mes de julio explicando sus propuestas, y el PP ha optado por no bajarse de la ola de pulsión del cambio, sin entrar en la arena de los detalles. A escasos días de las elecciones, y a la vista de las encuestas, ¿cree necesario un giro en la campaña del candidato?

-Hombre, yo no tengo que fijar la campaña que hace el candidato Rubalcaba, yo hago la mía.

-¿Y es diferente la suya?

-Bueno todo el mundo hace su campaña, yo he dirigido muchos años las del PSOE, y tenía mi concepción y otros, una distinta. Ahora bien, el conjunto de la campaña es similar. Yo soy hombre de partido, del Partido Socialista, pero siempre he tenido libertad. Si digo algo que no coincide con mi partido, no pasa nada, siempre he tenido mis ideas.

-¿Qué ideas? ¿Diferencias con el candidato?

-No, con el candidato, no. En algún momento se defendía que era bueno bajar impuestos y yo sostuve que no. Afortunadamente, esta campaña está en la posición que yo mantuve. Fui discrepante, y ahora han venido a mi posición.

-¿Le parece bien esta campaña muy centrada en el Estado del bienestar, con un formato explicativo, pero quizás poco emocional?

-Se pueden hacer las dos cosas a la vez.

-¿Y Rubalcaba lo hace?

-Me parece que sí.

-No me puedo creer eso.

-Sí, es que, entre otras cosas, no tengo un minuto. Tengo mi propia agenda, y no puedo seguir, directamente, la campaña de Rubalcaba. De aquí me voy a la Universidad a un coloquio con estudiantes, después un mitin por la tarde... No veo la tele, no puedo. Pero la campaña es la que ha diseñado el partido, es correcta, y después cada uno le introduce sus aportaciones. Unos tienen más recursos para levantar el espíritu emocional de la gente, y otros menos.

-El mitin de Dos Hermanas fue criticado desde fuera, pero levantó a la gente dentro.

-Basta con hablar con claridad, no dar bandazos. Yo tengo pocas ideas, pero firmes, y eso se transmite en el lenguaje corporal. La gente se da cuenta si lo que uno dice se lo cree o no, y eso en política es fundamental. En Dos Hermanas hubo entusiasmo.

-El PSOE alude estos días a los cabreados, a los descontentos. ¿Allí se encuentra la clave del PSOE en estas elecciones?

-Sin duda. El sistema de conducta electoral de los españoles desde 1977 es muy peculiar, y lo es porque habíamos estado 42 años sin democracia y eso fija la manera de la gente de acercarse a la política. ¿Y cómo se acercan? Se acercan por identificación personal, analizan menos los programas, de tal manera que la conducta, en general, funciona de la siguiente manera: la derecha tiene un bloque que le vota habitualmente, y el bloque es muy sólido, fiel, de tal manera que, con los mismos votos, gana o pierde elecciones; la izquierda, por el contrario, tiene un electorado mucho más crítico, a veces va votar y a veces no. Por eso, la conclusión final es que, cuando la derecha gana en España, el triunfo se lo dan los abstencionistas de izquierdas. Son los que hacen ganar a la derecha, no los votantes de derecha, que son más o menos los mismos.

-Pero hay trasvase de votos...

-En España no hay trasvase de votos, hay alguno, claro, pero es irrelevante. Las personas que no quieren ir a votar deben ser conscientes de dos cosas. Si ellos no desean ir porque no le satisface suficientemente la política que se hace desde la izquierda, deben saber que benefician a la derecha, a la que aún quieren menos. Por tanto, por querer ser más de izquierdas dejan gobernar a la derecha.

-Eso es el voto útil del que se habla tanto estos días.

-Sí, voto útil, al que parece que se criminaliza. Se habla como de un pecado, y a mí no me lo parece en absoluto. Y la segunda consideración es que la papeleta de voto es un arma cargada de futuro, porque es en el único instante de la vida social en que el más poderoso, el poderoso económico, cultural, social; ése y el más humilde, el hombre que está casi en la indigencia, tienen lo mismo, su voto. Claro, desaprovechar esa posibilidad de igualación democrática...

-Volviendo a Dos Hermanas, usted elogió este movimiento del 15-M, no lo citó, pero sí comparó a los jóvenes que derribaron el Muro de Berlín con los que se alzan "contra el muro del dinero".

-Sí, los jóvenes han entendido con una brutalidad tremenda que la evolución del capitalismo, con la financiarización y globalización de la economía, está impidiendo el desarrollo de sus vidas. Ellos se llaman indignados, y es que tienen muchas razones. El problema es si aciertan cuando dicen que todos son iguales. Entonces, favorecen, sin querer, a los que le ponen la vida difícil, a la derecha conservadora. Ellos deben encontrar un vehículo para sus reivindicaciones.

-Le hago una pregunta: si el PP sube en Castilla y León y en Madrid, donde los recortes han sido mayores, ¿no se estaría refrendando la política del PP en contra de lo que el PSOE intenta denunciar?

-No sé. La derecha tiene sus votos contados. Yo lo he dicho alguna vez, en broma, ponen una cabra, y le votan. ¿O es que en la derecha no saben que este hombre es poco competente y poco trabajador?

-Pero también es un traje que el PSOE le está haciendo a Rajoy, lo de poco trabajador....

-Ah, ¿pero no se ve? Yo creía que todo el mundo lo había visto. Al fin me encuentro con alguien que no lo ve.

-Pregunto.

-La derecha y su grupo saben que Rajoy es una persona a la que le falta dedicación. Lo más importante que se le conoce a ese hombre es el Prestige y esos "hililllos de plastilina". Se vio en el debate con Rubalcaba: leía, echaba mano de un papel, volvía a mirarlo.... Cada uno organiza su vida como quiere, pero parece que una persona indocumentada, con falta de documentación, no debería gobernar un país. Creo yo.

-Rubalcaba quiere eliminar las diputaciones porque, en su opinión, las comunidades tienen o pueden tener sus competencias. ¿Qué opina usted del Senado?

-En la Constitución hay una frase que dice que el Senado es la Cámara de representación territorial. Esa frase se me ocurrió en casa de José Pedro Pérez Llorca, redactando artículos de la Constitución, y entonces propusimos esto con objeto de que el Senado fuera la Cámara de discusión de los asuntos autonómicos. Después, no ha tomado ese camino, yo estoy arrepentido de haber propuesto esto porque nadie ha querido seguirlo.

-¿No convendría pensar en una eliminación del Senado?

-Se puede, sí. Cuando hicimos la Constitución, mi tesis anterior fue la supresión del Senado, pero el centro derecha, que era UCD, me dio una argumentación que hoy puede ser brutal, casi obscena, pero que yo comprendí: para hacer una evolución desde el franquismo hacia la democracia, ellos habían tenido que contar con una serie de personalidades que tuvieron influencia en la dictadura y apoyaron la evolución hacia la democracia. Lo del harakiri de los procuradores en Cortes, por ejemplo. Claro, suprimir más de 200 puestos, la mitad más o menos para este tipo de personas, podría haber alimentado a los grupos más nostálgicos que no querían la llegada de la democracia. A cambio, introdujimos aquello de que el presidente se elige por mayoría absoluta en el Congreso y, si no, a las 48 horas puede ser elegido por mayoría simple. Esto eran cesiones mutuas, pero mi tesis inicial fue la de una sola cámara.

-Vicesecretario general desde 1979 a 1997 y vicepresidente del Gobierno desde 1982 a 1991. ¿Qué aportará usted en esta legislatura en el Congreso?

-Quiero aportar la fuerza que tenga para luchar contra las desigualdades y las injusticias. Eso es lo que hace que me ataquen tanto. Por ejemplo: a las personas les envían una factura eléctrica donde se dice "lectura estimada de su contador". ¿Pero cómo se atreven? Quiero luchar contra esto y, claro, a los del sector eléctrico no les caigo simpático. Otra: antes, cuando se sacaban 300 pesetas de una cartilla bancaria, había un señor que te hablaba, te escuchaba; ahora, hay una tarjetita, un cajero automático, el banco se ha ahorrado un trabajador, pero es que, encima, te cobran una comisión. Es un abuso. A mí me gusta luchar contra ese tipo de cosas, que afectan a tanta gente y que son las que hacen esas grandes fortunas, cuyos beneficiarios después quieren imponer los recortes.

-El PP se ha marcado como reto ganarle en Sevilla. ¿Se iría, entonces, a Honolulu como dijo Felipe González en Dos Hermanas?

-La verdad es que lo más lejos que yo voy es a Cádiz, que me gustan mucho sus playas, las que van de Cádiz a Tarifa son las mejores del mundo. Yo no me iría tan lejos. Pero, vamos, este señor que han traído aquí, el señor Cristóbal Montoro, va a los pueblos, pero no habla, sólo saluda al final, porque le han prohibido que hable. Él cree que todo es un derroche, me recuerda a una frase que le oí al cardenal Segura que decía de los trabajadores: más de una peseta al día, pa vicio. Este señor, Montoro, dijo que le hacía mucha ilusión ganar a Alfonso Guerra, y es que esto no funciona así: yo no le gano a él, son los ciudadanos quienes votan a un partido o a otro, esto no es un combate de boxeo.

-Usted ha presumido, si me permite la expresión, de saber mucho de sondeos, ¿me puede hacer un pronóstico en Sevilla?

-En Sevilla ganará el PSOE.

-Rubalcaba no quería sacar el asunto de ETA en campaña, a pesar de que ha sido uno de los ministros del Interior determinante en el final de la banda. Usted rompió el guión en Dos Hermanas. ¿Cree que Rubalcaba se equivoca?

-Si es que me parece tan injusto. Yo, como tantos españoles, llevo 43 años esperando esa noticia, y la noticia ha desaparecido de los medios de comunicación, no se habla de ello.

-Se escribe y se habla.

-Muy poco, se ha hablado poquísimo del fin de ETA. Si hubiera ocurrido en la etapa de Gobierno del PP, la que hubieran armado, se habrían puesto todas las medallas del mundo. Rubalcaba ha decidido que no quiere protagonismo, y me parece muy noble su gesto, pero los demás tenemos la obligación de decirlo. Esto se ha conseguido por mucha gente, pero unos han hecho más que otros, porque el PP ha estado poniendo palos en las ruedas.

-La ley de partidos ha sido determinante en el fin de ETA, y es de Aznar.

-Sí, pero el PP le ha llamado al presidente del Gobierno traidor a los muertos, y ahora dice que todo es estupendo porque ha sido sin concesiones. ¿Cómo hace usted compatibles sus frases? Excúsese al menos. Es que el PP ha sacado a la gente a la calle para decir que el PSOE era cómplice del terrorismo, a la calle, con obispos delante. Eso no quita que yo tenga aprecio, por ejemplo, por el PP del País Vasco, porque han tomado una decisión muy importante que se refrendará en las elecciones.

-Después vino lo de la juez Alaya y Zoido, ¿se equivocó usted?

-No, yo no me he equivocado. Yo dije una frase neutra y limpia, y tres señores del Consejo General del Poder Judicial han sacado una conclusión que no entiendo, no sé qué tienen en la mente esas personas. Debe estar contaminada su mente. Que lean lo que dije.

-Yo lo he leído.

-¿En qué están pensando? ¿Qué mente tienen? Porque yo no soy retorcido, dije lo que dije, que son compañeros de profesión y que han compartido un expediente. No me parece digno que alguna prensa dé vueltas sobre algo que han dicho dos señores y una señora. A uno y otra los conozco. Además, lo han hecho sin atenerse a la ley porque ésta dice que el Consejo puede dar amparo cuando un juez lo solicita, lo que no ha ocurrido en este caso; de hecho, al conjunto del Poder Judicial no le ha gustado.

-A Carlos Dívar, su presidente, uno de ellos, lo eligió Zapatero.

-Yo no.

-Los sondeos indican que buena parte de la caída del PSOE se debe a Andalucía, también a Cataluña, pero en las elecciones municipales ya se vio la primera victoria general del PP en esta comunidad. ¿Qué cree que está ocurriendo en Andalucía?

-Vamos a ver, yo no sé por qué han decidido algunos que ya se han celebrado las elecciones autonómicas andaluzas. Las olas siempre llegan un poco tarde, pero la gente va a comprender qué se está haciendo en Madrid, en Valencia, en Castilla-La Mancha y en Cataluña, donde gobierna la derecha nacionalista en competencia con el PP. Creo que en Andalucía ganará el PSOE. Ahora, por otra parte, imaginemos que el PSOE esta vez no gana, son 30 años de gobierno, no es ninguna tragedia, la alternancia forma parte de la democracia. Lo raro es que en el PP lo hayan hecho tan rematadamente mal para que, en 30 años, no sean capaces de ganar nunca. Pero creo que ganará el PSOE.

-¿Son tan buenas las relaciones con la nueva Ejecutiva andaluza de José Antonio Griñán como dicen?

-Sí, es mi partido, con Griñán, con la secretaria de Organización, Susana Díaz.

-¿Qué consejo le daría, porque parece que Arenas tiene más cerca que nunca la Junta?

-Pero vamos a ver, es que hay gente que ya ha sacado la botella de champán. Andan que si vuelve a perder, qué cara se le puede quedar al señor Arenas. Es que Arenas se ha presentado tres o cuatro veces a diputado, no ha ganado nunca; tres veces a la Junta, y no ha ganado nunca.

-Gobernó durante dos legislaturas en Madrid con gobiernos del PP.

-Pero no ganó las elecciones en la provincia de Sevilla.

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