Zahra Ramdan, Pta. de las mujeres saharauis en España

"Fui a examinarme a las Canarias y llevo 35 años sin pisar El Aaiún"

  • Esta mujer nació hace 50 años en El Aaiún, cuando el Sahara Occidental era lo que ella llama "la provincia número 53 del Estado español", y desde la adolescencia ha vivido en el exilio.

-Explique el significado de su nombre.

-Mi nombre, en árabe, significa flor. Mi apellido, Ramdan, es el nombre de mi padre y quiere decir Ramadán: sagrado mes del ayuno musulmán. Pero en España mi apellido es Ahmed, el de mi padre.

-¿Cómo obtuvo el pasaporte español?

-Porque mi padre era enfermero y funcionario español desde los años 40 en El Aaiún, la ciudad en la que nací y crecí.

-¿Con qué edad se exilió?

-Tenía 16 años cuando Marruecos nos invadió. Salí en 1976, diez meses después de la invasión. Terminé el bachillerato y tuve que ir a las Canarias a pasar la reválida. La comisión examinadora española no vino a El Aaiún, por la ocupación.

-¿Y nunca regresó?

-Mi familia me avisó de que me buscaba la Policía. Yo era militante de las juventudes del Frente Polisario, nacido tres años antes. Viajé a los campamentos de refugiados vía Madrid, Argel y Tinduf.

-¿Militaba en la clandestinidad?

-Claro. Hasta que estalló el conflicto con Marruecos, mi país era una provincia más del Estado español. Por eso domino más el castellano que cualquier otra lengua. ¡Crecí estudiando los ríos españoles!

-¿Volvió a ver a su familia?

-Llevo 35 años sin pisar El Aaiún. Pude ver a mis padres 20 años después, ya septuagenarios. Éramos diez hermanos, dos de ellos han muerto en la guerra.

-¿Cómo fue la llegada a los campamentos?

-Nunca olvidaré las tiendas levantadas en condiciones infrahumanas, en pleno desierto, con los refugiados huyendo…

-¿Hubo mucha violencia?

-Había continuos bombardeos de napalm y fósforo blanco. Recuerdo mujeres con sus cuerpos medio quemados… Recuerdo una niña de 7 años, Suenana, con el brazo mutilado, que perdió a toda su familia. Hoy está casada y vive en Madrid.

-¿Cuántos eran entonces?

-Millares, no sé la cifra con exactitud. Sólo estuve allí unos siete meses, porque conseguí una ayuda para irme a estudiar Filología a Cuba. ¡En España no nos dieron ni una beca!

-¿Cuál es la situación actual?

-Ahora viven 200.000 personas en los campos. Estamos muy preocupados, porque la legalidad internacional no se respeta. Desde hace casi veinte años esperamos un referéndum libre y transparente, como acordó al ONU.

-¿No ven mejoría alguna?

-La Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental es la única misión de la ONU que no vela por el respeto a los derechos humanos. Eso debe cambiar. Hay noticias de más de quinientos desaparecidos, según datos de Amnistía Internacional.

-¿Soporta bien la vida itinerante?

-Es muy duro estar tan lejos de tu tierra. ¡Y se agrava con la edad! Pero me enorgullece, como dirigente femenina saharaui, haber recorrido muchas partes del mundo para llevar el mensaje de paz y justicia de mi pueblo.

-¿Por qué se estableció en España?

-Decidí seguir luchando por la causa saharaui desde aquí. Estaba en la ejecutiva de la Unión de Mujeres Saharauis y me nombraron delegada. Mis hijas estudiaban aquí, una en un internado y otra acogida en una familia.

-¿El exilio y el desierto han marcado a las mujeres saharauis?

-Creo que sí. La sociedad saharaui se caracteriza por respetar a las mujeres. Nunca he oído que existan malos tratos, como aquí.

-¿Cuáles son sus logros?

-La idiosincrasia de la sociedad beduina y nómada saharaui favorece el respeto a las mujeres, cuya independencia ha crecido, además, en la lucha por la libertad. Ahora hay más mujeres con educación y no vamos a renunciar a eso.

-¿Cree que han roto estereotipos?

-Totalmente. Lo cual no quiere decir que no cumplamos los pilares del islam: la oración, el ayuno, la peregrinación a la Meca, la fe en Alá…

-¿Hay algo que las identifique?

-Nos distinguimos por nuestro atuendo, la melhfa saharaui, que es como un sari pero con la cabeza cubierta. Se compone de cinco metros de tela muy agradable, más gruesa en invierno y de algodón en verano. Protege del siroco.

-¿La cabeza cubierta no es signo de sumisión?

-Para mí, no, siempre que sea voluntad expresa de una mujer. Yo lo veo como una seña de identidad que debe ser respetada. No soy europea, pertenezco a otro mundo y creo que es hora de que en España se comprenda.

-¿Rechaza la prohibición del velo en los colegios?

-Se debe dejar a la alumna que decida voluntariamente.

-¿Y si va contra el reglamento?

-Se tiene que hablar y negociar.

-¿Si en vez de velo es burka?

-No creo que te debas cubrir la cara para aparecer en público, aunque si una mujer quiere usarlo…

-¡Nadie puede querer usar algo así!

-Yo, desde luego, no.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios