Subida del IVA

"Volveremos al teatro de trincheras, sin ayudas"

  • El malagueño no cree que pueda sobrevivir el actual modelo cultural, porque "la asfixia es total".

Inquieto, comprometido y crítico con el horizonte que se le desdibuja a su gremio, Eduardo Velasco al frente de Avanti Teatro ha dado rienda suelta a su pasión por las tablas. Hace unos años pudo producir junto a otros compañeros Después de Ricardo, versión libre de Ricardo III,dirigida por Julio Fraga. Hoy forma parte del elenco actoral de la exitosa De ratones y hombres, dirigida por Miguel del Arco. El malagueño afronta también su primera producción como director, Noches de acero, y estos días viaja a El Hierro para la presentación oficial de la película La última isla, dirigida por Dácil Pérez de Guzmán. El pasado año se convirtió en el perverso coronel Abdelkader Chaib para la teleserie La Reina del Sur. Paga su cuota en la Unión de Actores y figura en "el listado" de AISGE (Artistas Intérpretes Sociedad de Gestión) aunque confiesa no ser "muy de afiliaciones".

¿Cómo afecta a su sector la subida del IVA cultural decretada por el Gobierno, que pasará el 1 de septiembre a ser del 21% para el cine, el arte y los espectáculos en vivo?

Afecta directamente a la asistencia del público a las salas de cine, a los teatros y salas de conciertos. Como industria nos vemos gravados por una subida bestial que determinará el final de la profesión. Si ya era difícil mantenerse en la debacle económica que sufrimos en este país, aumentar el IVA de la cultura será la puntilla. Es surrealista que se proteste desde las administraciones por la subida del IVA en los campos de golf -como en Andalucía, por ejemplo, y no se diga nada con respecto a la cultura, más bien al contrario. No olvidemos que sumamos un porcentaje importante en el PIB de este país. Se están suspendiendo circuitos como el andaluz de teatro o el de Castilla la Mancha, todo esto supone un suma y sigue en el aniquilamiento de la cultura en todos sus ámbitos.

¿Qué medidas puede llevar a cabo para amortiguar su impacto en el consumo, con tendencia al retroceso por la crisis económica?

Las administraciones están haciendo lo contrario de lo que deberían hacer al cortar drásticamente las alas al desarrollo económico y la sostenibilidad del sector, no solo del cultural sino en todos los ámbitos profesionales de este país. Los recortes solo traen paro y recesión, y a la vista están los resultados. No saldremos de la crisis si no generamos empleo, y no podemos generarlo si se nos ponen tantas trabas en el camino. A nivel personal, artística y profesionalmente hablando, las medidas que podemos tomar pasan por el minimalismo en cuanto a las propuestas, hacerlas económicas y sin contar con ayudas públicas, volver al teatro de trincheras y seguir comunicando con un solo leit motiv: llegar al máximo de público con el mínimo de recursos. Volvemos a los tiempos en los que se decía "la escasez agudiza el ingenio".

¿Qué acciones están desarrollando para pedir al Gobierno central que la actividad cultural continúe gravada con el tipo de IVA reducido?

Existe un movimiento o corriente de análisis ahora mismo en la profesión desde los distintos organismos que nos representan, con sindicatos como la unión de actores y el TACE, organismos como AISGE o la SGAE... Todo esto nos pilla en verano y con poco margen de reacción pero una batería de medidas se está preparando para septiembre, al igual que en muchos otros sectores. Será entonces cuando nos veamos las caras en la calle con un solo grito, con una sola consigna: esta no es nuestra deuda.

¿Cómo puede subsistir el modelo cultural vigente en este escenario de recortes y subidas de precios e impuestos?

No es posible la subsistencia en este escenario. No hay margen posible. La asfixia es total.

¿Qué papel debe jugar el periodismo cultural en este retador contexto?

Difusión y apoyo, sobre todo. Este país necesita de un periodismo comprometido con la verdad y la conciencia de clases que se está estableciendo, donde los ricos son más ricos y los pobres más pobres. La defensa de ese tipo de periodismo está teniendo sus primeras víctimas, véase el caso de Televisión Española, por ejemplo. Ahora más que nunca es necesario ese compromiso social, ideológico y político del que siempre hablamos por el bien de los intereses generales de nuestro país y sus ciudadanos.

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