Sinfónica de Sevilla. XXIII Temporada de conciertos de abono. Programa: 'Requiem', de G. Verdi. Solistas: Luba Orgonásová, Daniela Barcellona, Jorge de León y Egilis Silins. Coro de Ópera de Málaga. Director: Francisco Heredia. Coro de la A. A. Maestranza. Director: Íñigo Sampil. Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Director: Pedro Halffter. Lugar: Teatro de la Maestranza. Fecha: Jueves, 20 de setiembre. Aforo: Lleno.

En la mañana del 23 de mayo de 1877, el gobernador civil de Sevilla recibe un oficio del administrador apostólico del arzobispado hispalense en el que le informa que esa misma noche, en el Teatro San Fernando, estaba previsto celebrar una misa de difuntos. Ante tamaña profanación, se requería la inminente prohibición del acto. Tras hablar con el empresario del teatro, el gobernador le aclara al atribulado e ignorante clérigo que lo que se iba a interpretar era el Requiem de Giuseppe Verdi y no una celebración litúrgica.

La anécdota puede servir para ilustrar la discusión que desde su estreno ha concitado esta impresionante composición: ¿música religiosa o música operística? Las dos cosas, en realidad, porque sobre el lenguaje teatral más depurado vuelca Verdi su deseo de erigir un monumento de espritualidad, laica y ciudadana, en honor de Alesasandro Manzoni, considerado por Verdi como un verdadero santo laico modelo de patriotismo italiano.

Como preludio de las celebraciones verdianas del año venidero, la temporada de la ROSS volvía a poner en sus atriles esta monumental composición. Halffter ha profundizado bastante en la partitura desde su anterior interpretación sevillana, refinando el fraseo, consiguiendo una enorme claridad en los pianissimi iniciales, marcando con eficacia expresiva los ritmos acuciantes de los contrabajos y huyendo de los excesos en que tan fácil es caer en pasajes como el Dies irae, ahora dotados de su necesario dramatismo pero sin exagerar las dinámicas. Al disponer las trompetas supletorias entre cajas y no en la sala se perdió el efecto de espacialidad que el Tuba mirum necesita. La orquesta respondió con un gran empaste y con un sonido muy matizado en todas las secciones, aunque cabe señalar la brillantez de los metales. Igualmente excelentes estuvieron los dos coros, de sonido homogéneo y bien definido en los complicados pasajes soto voce del inicio.

Jorge de León es un caso notable entre los tenores actuales por su color oscuro, su timbre claro y squillante y su potencia vocal, a lo que sumó anoche la nobleza de su fraseo y el lirismo del Inter oves, nada fácil para una voz grande. Más barítono que bajo, Silins cantó con fuerza dramática. Es siempre una maravilla oír a Barcellona, con esa bellísima voz y esa línea de canto tan depurada. En cambio, Orgonásová tuvo serios problemas de articulación, abusó de portamentos y apenas se oyó.