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Cultura

Entre la armonía y el ruido

Encuentros Sonoros - Festival de Ensembles 2012. Componentes: Jesús Sánchez, flauta; Camilo Irizo y Gustavo Adolfo Domínguez, clarinetes; Ignacio Torner, piano; María del Carmen Coronado, violonchelo; Javier Campaña, electrónica. Programa: 'Kafka is dead' de Nuria Núñez; 'Un instante congelado en el tiempo' de Edith Alonso; 'Andante sospeso' de Héctor Parra; 'Formantes' de Arturo Fuentes y 'Threnody for Dimitri Christoulas' de José López-Montes. Lugar: Sala Joaquín Turina del Centro Cultural Cajasol. Fecha: Martes 11 de diciembre. Aforo: Un tercio de entrada.

Taller Sonoro cerró su propio festival con la propuesta más arriesgada de cuantas se han visto en él. El conjunto sevillano ha cultivado siempre repertorios muy cercanos a la experimentación, y ese terreno en el que el arte convencional se aproxima al llamado arte sonoro, cuando no se cruza con él, es el que pisaron ayer.

En programa se incluían tres encargos para este ciclo además de otro estreno absoluto y una obra, un dúo para flauta y piano, posiblemente la más clásica de todas, que el barcelonés Héctor Parra escribió en 2003, a sus 27 años, mostrando ya el gusto de su música por el espectralismo francés.

La jerezana Nuria Núñez (1980) presentó una pieza singular, en la que los instrumentos (flauta, clarinete, piano, cello) acaban convertidos en objetos sonoros, que comparten espacio con un par de megáfonos y apenas son usados de manera ortodoxa. El ruido y un apenas insinuado componente coreográfico se convierten en columnas de su propuesta. En la madrileña Edith Alonso (1974), la interacción entre el componente electrónico y la flauta y el clarinete tiene perfiles más convencionales, aunque los instrumentos también son llevados a sus extremos. Formantes es un trío para flauta, clarinete y piano escrito por el mexicano Arturo Fuentes (1975) en 2008, pero se presentaba como estreno. Pieza de poderosa impronta rítmica y un trabajo sobre el timbre que juega con las columnas de aire, convertidas en el pulmón por el que respira y se diluye la música.

Para el final quedó la, en mi opinión, más ambiciosa obra del programa. Originales del granadino José López-Montes (Guadix, 1977), esos Threnody están concebidos como un virtuoso diálogo instrumental, con un trabajo refinadísimo sobre las texturas y un empleo muy sutil de la electrónica.

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