Farruquito. Bailaor

"Proyecto vivir una temporada en Nueva York y abrir allí una academia de baile"

  • El sevillano presenta en el Alcázar de Jerez 'Improvisao', un espectáculo en el que da rienda suelta a la creatividad. En septiembre estrenará 'Pinacendá' en la Bienal de Flamenco.

Juan Manuel Fernández Montoya Farruquito acaba de regresar de un mes de intenso trabajo en Estados Unidos. Allí ha sentado las bases de su siguiente desembarco, que será en unos meses, aunque ya valora la posibilidad de instalarse durante un largo periodo de tiempo en Nueva York para emprender diversos proyectos que tiene "muchas ganas de llevar a cabo".

-¿Cómo ha sido su experiencia en Norteamérica?

-Tengo mucho que agradecer a los Estados Unidos porque cada vez que voy me dan allí un abrazo gigantesco. He estado haciendo muchas cosas buenas, por ejemplo, promocionar mi temporada de septiembre y de marzo cuando volveré a Nueva York, Miami, San Francisco, Chicago, Alburquerque; he estado haciendo entrevistas con The New York Times y reportajes fotográficos con artistas importantes. Nueva York es una tierra que siempre me regala muchísimas cosas, por lo tanto estoy muy agradecido.

-Es decir, que volverá pronto...

-Sí. Tengo la intención de irme a vivir una temporada allí porque quiero abrir una academia de baile en Nueva York y, además, me han propuesto colaborar con compañías de otras danzas que quieren incorporar el flamenco a sus espectáculos. También tengo el proyecto de hacer una película sobre la vida de mi abuelo Farruco y ya hay varios productores y cineastas de allí interesados.

-Entonces tiene un intenso verano de trabajo por delante...

-Sí, afortunadamente tengo cosas, lo más inmediato es presentar hoy a las 22:00 en el Alcázar de Jerez Improvisao, donde contaré además como invitados con un par de artistas de esta tierra. Y también estoy muy liado con el espectáculo que estoy montando para la Bienal de Flamenco de Sevilla.

-Cuando viene a Jerez, ¿importa más todo?

-Jerez es siempre diferente porque el público salvaguarda bien los espacios abiertos para el flamenco. A mí me gusta venir aquí de vez en cuando porque con alguna fiestecita me regenero.

-¿Qué busca con Improvisao?

-Es como el origen, como empezó el flamenco. Tú no podrías decirle a un flamenco de antes que montase una letra exactamente en el mismo sitio para bailar siempre el mismo paso con la misma falseta. Ese reto me lo he propuesto para seguir aprendiendo y ver cómo me desenvuelvo en ese mundo, que es en el que me desenvolvía en mi niñez con mi abuelo y esos artistas tan grandes con los que tuve la suerte de encontrarme y aprender su filosofía del baile. Es decir, ¿cómo estoy hoy? Pónmela (la cejilla) al tres por medio, no me la pongas al cuatro que estoy rozado. Por el hecho de cambiar una cejilla no tenía que cambiar una música entera, simplemente se la ponía a ese tono ese día. A lo mejor el bailaor le decía al guitarrista hoy no saques la soleá tan rápida que estoy cansao, la hacemos más tranquilitos y a ver qué sacamos por ahí. Eso es lo que yo busco con este espectáculo, simplemente por seguir aprendiendo, no por otra cosa.

-¿Y por qué un espectáculo así?

-Mira, te voy a contar la historia. Estaba montando un espectáculo nuevo con mi manager, Óscar Martos. Era de un sueño que tuve una vez y sobre eso iba la historia. Un día me levanté un poco agobiado por todo eso, llamé a Óscar y le dije que lo frenara todo porque no me apetecía hacerlo. Quería hacer cosas a mi aire y así nació Improvisao. Eso fue hace un año, ya hoy día me ha picado el gusanillo y por eso estoy liado con lo de la Bienal.

-Abolengo, Alma vieja, Sonerías, Puro... ¿Necesitaba esto para sentirse libre?

-La verdad es que eso es algo necesario, pero también tengo que decir que siempre he tenido mucha libertad en mis espectáculos. A mí me ha gustado montar estructuras y dejar mucho espacio a la improvisación, lo que pasa es que nunca lo había hecho al cien por cien como lo hago en este trabajo.

-Y después a meterse de lleno con la Bienal. ¿Qué puede avanzar de ese estreno absoluto?

-Será un recorrido por los bailes, los cantes y los toques de Andalucía que he titulado Pinacendá y se representará el 15 de septiembre en el Teatro de la Maestranza. Menciono a algunos de los artistas que han influido en mi personalidad y en mi manera de expresar el flamenco. Monto una estructura, y luego dejo también hueco para el espacio, como en todos mis proyectos.

-Cuando uno lleva tanto tiempo bailando y sabe que tiene su propio público, ¿se toma las cosas de otra manera?

-No, no pienso nunca en eso porque las mejores selecciones y los mejores equipos, cuando se confían, se quedan fuera de juego a las primeras de cambio. Eso lo tengo claro y hago todo lo contrario. Cuanto más éxito artístico y suerte tengo, más me conciencio de que hay que estar preparado y trabajar duro, porque el público cada vez espera de ti un poco más y nosotros somos del público. El día que no me sienta en condiciones de seguir aportando algo me sentiré frustrado y no me motivaré con mi profesión.

-Hoy día los artistas casi van a nuevo espectáculo por año, ¿es necesaria tanta creación?

-A mí no me gusta tener que montar un espectáculo cada año porque soy de los que piensa que de un año para otro no se aprende tanto como para montar un espectáculo nuevo. En tan poco tiempo uno no tiene cosas que contarle al público. De hecho, a la Bienal le he dicho varias veces que no porque te exige un espectáculo nuevo, entonces, cuando no he estado para hacerlo, le he dicho muchas gracias pero no voy. Y quien dice la Bienal dice otros festivales que me han exigido lo mismo.

-Ahora que ha llegado el verano, ¿aumentan los cursos y clases magistrales que imparte?

-El compromiso con las clases lo asumo todo el año, cuando me lo permite el trabajo, claro. ¿Sabe lo que yo aprendo dando clases? Vas viendo cuáles son las cosas que entiende mejor la gente, cuáles son las cosas que faltan...La gente muchas veces viene y me dice 'Juan, me ha gustado la clase no sólo por lo que has montado, sino porque has explicado cómo salir cuando hay una fiestecita y hay un cante'. Eso nadie lo explica y eso a la gente le hace mucha ilusión, por eso intento hacer mis clases diferentes.

-He leído que imparte sus clases en inglés cuando la situación lo requiere. ¿Cómo se lleva Farruquito con el inglés?

-I speak english very well pero lo hago mejor en español (risas). Doy las clases en inglés con la intención de comunicarme mejor con los alumnos, de acercarme más a ellos. Lo que pasa es que al final me dicen habla en español porque hay palabras del flamenco que queremos saber cómo son. Y es cierto porque al tacón hay que llamarle tacón, a remangarse una falda hay que decirle remangarse, todo eso es parte del flamenco y ahí hay un argot que a la gente le gusta conocer. Es como si dices Vamos allá, no se le puede decir Let's go o Come on (risas) hay que decirlo en español. Mi inglés no es que sea muy fluido pero, como decimos por aquí, me apaño.

-¿Tiene entonces más alumnos extranjeros que españoles?

-Los alumnos que tengo son casi todos extranjeros, al menos cuando doy las clases en Sevilla los martes y los jueves. Tengo a lo mejor a uno de Jerez, otro de Málaga y el resto es de Japón, de Francia, de Brasil, de Cuba, de Israel...Me he encontrado con brasileños y cubanos que bailan muchísimo mejor que gente de Sevilla. Pienso que al tener el flamenco tan cerca aquí no le echamos cuenta y no sabemos el valor y la riqueza cultural y musical que tiene.

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