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Cultura

Un "grito de auxilio" desde la UCI

  • El colectivo que organiza Zemos98, que celebrará su decimoséptima y última edición la semana que viene, vuelve a reclamar una "profunda reflexión sobre las políticas culturales".

Era una rueda de prensa "difícil", como dijo Felipe Gil, de Zemos98, el colectivo que desde hace 17 años, contando el presente, organiza el festival de reflexión sobre cultura audiovisual y pensamiento crítico del mismo nombre. Difícil para todos, también para los representantes de las instituciones, criticadas sin titubeos en el comunicado donde los responsables de la cita anunciaron que esta inminente edición, del miércoles al sábado de la semana próxima, sería la última, y que tiraban la toalla del festival, "endeudados personalmente y agotados de tanto sobreesfuerzo para poder sacar adelante las cosas y de tanta precariedad", añadió ayer Gil, que añadió: "El problema fundamental es que la cultura independiente en este momento, como dice Silvia Nanclares, está sostenida sobre cuerpos exhaustos".

De modo inevitable, este adiós "triste" eclipsó ayer cualquier otra cuestión, incluida la programación de esta última edición cuyo lema, Caring for the City: Reclaim the Commons (Cuidar la ciudad: Recuperar los bienes comunes), tiene mucho -o todo- que ver con la reflexión de fondo que ponía sobre la mesa aquel comunicado. "Porque no se trata sólo de dinero", recordó Gil, encargado ayer de representar a Zemos98, un colectivo "peculiar", que defiende que "la cultura no debe ser sólo entretenimiento, entre otros motivos porque ya existen muchos espacios para eso", sino sobre todo "un elemento de transformación social"; una manera de estar y de hacer ciudad, no un mero plan para el fin de semana. "Siempre hemos insistido en que no queríamos operar una vez al año durante una semana, sino trabajar todo el año y de manera transversal", ratificó Gil.

"Podría decirse que nuestra relación con quienes han apoyado al festival hasta ahora está en crisis. Pero esta crisis va más allá de Zemos98, no estamos solos en esto. Todos tenemos que reflexionar profundamente sobre las políticas culturales", continuó el portavoz del colectivo, que hizo autocrítica -"quizá no fuimos lo bastante críticos en su momento, cuando hace algunos años parecía que se vivía cierto auge de este modelo y no vimos venir que se trataba de una burbuja"; "no hay sólo un culpable y no queremos sólo señalar a las administraciones: nosotros también, en algún momento, hemos participado de ese sistema que no pensó nunca en la sostenibilidad"- antes de lamentar otros aspectos que sí pertenecen ya al ámbito de la gestión de los recursos públicos, de la política, a la que reclaman "otro tipo de gobernanza", un planteamiento que no se limite tan sólo al reparto de subvenciones, sino que propicie un diálogo permanente con colectivos y proyectos ciudadanos que conduzca a un uso más maduro y activo de los bienes comunes, como por ejemplo "los equipamientos".

"En este sentido nos hemos sentido solos en la interlocución", dijo Gil, que usó el ejemplo, muy reciente, y motivo ya de controversia, del antiguo Pabellón del Siglo XV durante la Expo 92, que otro colectivo, La Carpa, pretende rehabilitar y usar como espacio para actividades culturales de diversa naturaleza. "Es un caso muy representativo de todo esto que decimos. Que Álvarez Reyes [el director del CAAC] haya salido ahora diciendo que ese espacio es necesario para su centro, cuando el pabellón lleva años en desuso, es bastante ilustrativo de su falta de imaginación política". "Y a eso nos referimos cuando hablamos de cuidar la ciudad y los bienes comunes", añadió Gil antes de señalar otros problemas endémicos, de Zemos98 y de otros festivales, estos ya de índole administrativa, como por ejemplo la extrema dificultad de poder trabajar con cierta capacidad de planificación debido a la incertidumbre sobre las ayudas qué recibirá (o no) el festival, y cuándo: "No podemos traer a artistas potentes que además vienen de fuera, en muchos casos del extranjero, y que tienen agendas complicadas, si les avisamos con dos meses de antelación".

Zemos98 "está ahora mismo en la Unidad de Cuidados Intensivos", pero este "grito de auxilio", continuó Gil, no impide que tengan "mucha ilusión de poder seguir trabajando". El propósito del colectivo es seguir desarrollando actividades en su línea habitual -talleres, cursos, conciertos, etcétera, siempre en torno a la cultura audiovisual y al análisis de las nuevas formas del activismo político- en una sede estable o, al menos, en una serie de espacios cómplices. Gil desveló, además, que Zemos98 se presentó como colectivo al concurso para asumir la asesoría artística del Centro de Cultura Contemporánea de Córdoba, conocido como C4, y que se declaró desierto por "falta de calidad" -eso adujo la Junta, responsable de la gestión de ese espacio-, a pesar de que el colectivo sevillano, como quiso recordar Gil, orgulloso del "capital simbólico" acumulado durante estos casi 20 años, contaba con avales como los del Reina Sofía, el CCCB barcelonés, el centro gijonés LABoral o el artista Antoni Muntadas.

Entre las instituciones presentes en el acto de ayer, todo fueron buenas palabras, mejores deseos y escasa o nula concreción de los mismos, con la única excepción de Raúl Perales, director del Instituto Andaluz de la Juventud (IAJ), que barajó como posible alternativa la "recuperación" de "magníficos espacios públicos como las Casas de la Juventud" de muchos municipios, aunque tan sólo como opción que "podría estudiarse". La delegada de Cultura, María del Mar Sánchez Estrella, se apresuró a recordar que el Ayuntamiento ha aumentado este año su aportación, de 19.000 a 26.000 euros, y expresó su deseo de "seguir manteniendo este diálogo en el futuro". En representación de la Junta como Perales, pero en este caso del Área de Audiovisual de la Consejería de Cultura, Benito Herrera se declaró "totalmente abierto a sentarse" a hablar con los responsables del festival para analizar la utilización de "ciertos espacios", que no quiso concretar. Bastante más crítica y explícita fue Rosa María Díaz, de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA): "Nos acusan [a los sevillanos] de catetos y chovinistas, pero aquí hay ciudadanos que se organizan para proponer iniciativas de vanguardia. En Sevilla hay muchos hilos como éste, pero están muy silenciados. Y debemos reflexionar por qué pasan estas cosas...".

En cuanto a la programación en sí (que puede consultarse, íntegra, en 17festival.zemos98.org), destacan el doble concierto del sábado 18 (entradas a 5 euros) en el Teatro Alameda a cargo de María Salgado y Fran MM Cabeza de Vaca y Niño de Elche, que acaba de publicar el disco Voces del extremo; la participación de Belén Gopegui, una de las voces más interesantes y combativas de la literatura española actual, el jueves 16 en una de las sesiones de Código fuente audiovisual en el Teatro Duque-La Imperdible; o la celebración, el día 18 en el CAS, de una Hackcamp Copyparty, que reunirá a más de 80 activistas, hackers, creadores, profesores y escritores para debatir (íntegramente en inglés) sobre asuntos relacionados con la economía social y la defensa de los espacios públicos.

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