La falta de criterio en las políticas urbanísticas, la arrogancia con la que el hombre europeo contempla a otros pueblos o la corrupción policial son algunos de los temas que asoman por la muestra Tragicomedia, que Cajasol programa hasta el 14 de junio en sus salas de Chicarreros e Imagen y en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. El acercamiento a estos asuntos se hace, no obstante, sin dramatismos: la exposición estudia la elección del humor por parte de los creadores contemporáneos como elemento de denuncia. "En los 90 los autores utilizaban la estrategia del drama, la violencia, la representación del dolor, pero en estos momentos esta vía está agotada. Ahora, lo que se usa es el humor para hacer crítica social", argumenta David Arlandis, comisario de Tragicomedia junto con Javier Marroquí. Las piezas de vídeo que componen el catálogo, advierte el segundo, "no se marcan el humor como fin, van mucho más allá. Lo que mueve a los artistas es lo que quieren comunicar".

Es el caso de Dias y Riedweg, que reinterpretan en Funk Staden el libro True Story and Description of a Country of Wild, Naked, Grim, Man-Eating People in the New World (Verdadera historia y descripción de un pueblo de personas salvajes, desnudas, siniestras y caníbales en el Nuevo Mundo), despiadado retrato de los indígenas que Hans Staden escribió en el siglo XVI. Los artistas han revivido los grabados que contenía este volumen con bailarines de funk de las favelas de Rio de Janeiro para reflexionar sobre cómo el mundo privilegiado continúa rechazando a los colectivos desfavorecidos.

Un proyecto realizado ex profeso para Tragicomedia es el desarrollado por Gustavo Artigas, quien promovió una votación popular para descubrir cuál era el edificio de Cádiz que merecía ser derruido. Con el inmueble elegido, el Colegio Público Santa Teresa, el autor ha elaborado un video en el que simula su demolición.

Entre otras obras de la muestra, el mexicano Yoshua Okon presenta Oríllese a la orilla, en la que pone en entredicho la actuación de la policía de su país a través de distintos agentes que se prestan a las imprevisibles indicaciones del artista a cambio de dinero.