Cultura

Los mitos de la expulsión: conspiración paranoica o real

  • El congreso 'Los moriscos: historia de una minoría' llega a su fin con un guiño a los investigadores: "El río es tan enorme aún quedan muchos arroyos por descubrir"

El mito de la conspiración sigue pululando cuatro siglos después de la expulsión de los moriscos. Algunos expertos, como el profesor de la Universidad de Harvard Francisco Márquez Villanueva, lo consideran una "paranoia", y otros, como el profesor Bernard Vincent, de la Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales de París, lo explican como "un miedo fundamentado en una conflictividad real". La última jornada del congreso internacional Los moriscos: historia de una minoría, celebrado estos días en Granada, sirvió para poner sobre la mesa los puntos más relevantes de la cuestión morisca.

Ricardo García Cárcel, de la Autónoma de Barcelona, repasó en su ponencia sobre Los moriscos y la memoria histórica varios de los mitos que rodearon a la expulsión. Se hablaba de unidad entre los moriscos, "y en realidad hay una enorme pluralidad y causística dependiendo del territorio". Se hablaba de unanimidad cristiana y no era tal porque en este caso, subrayó, "hay que hablar de una baraja de actitudes tanto por parte de los defensores como de los críticos". Cuando hace 30 años se celebró un congreso con el objetivo de reflexionar acerca de la expulsión, estos dos mitos todavía seguían rondando en la cabeza de los expertos, pero "hoy afortunadamente no es así".

Lo que aún queda, dijo, es el mito de la conspiración, que Bernard Vincent rescató fijándose en la España que fue (y no en la España que pudo ser) porque para defender su opinión se basa en documentos anteriores al decreto de expulsión que lo demuestran. Fue, dijo, "un mito de los coetáneos y no algo que se ha inventado después". El experto redundó en la idea de que no es labor del científico dejarse llevar por lo políticamente correcto y lanzar ideas simplistas como que la expulsión fue drástica o se pudo evitar. "Hay que estudiar las causas" y, en este sentido, apuntó que ni "nuestros antepasados fueron tan generosos con los moriscos" ni los moriscos fueron tan conspiradores.

El tema del complot con los turcos o los berberiscos estuvo presente desde mucho antes de 1609. "De hecho, los momentos clave se dieron en 1607 y 1608. En estos años el Consejo de Estado recibió múltiples denuncias". Vincent leyó ayer la historia de uno de los casos que llegó a este consejo. El de un hombre llamado Jerónimo Zúñiga, natural de Lucena y de 32 años, preso en la Cárcel Real de Madrid, y que se hizo pasar por un morisco descendiente de la familia Venegas, entrando en una mentira de la que luego no podría salir. "Los moriscos le trataron muy bien y finalmente pasó meses con ellos hasta el punto de llegar a tener noticias de una supuesta conspiración. Él decidió descubrir el secreto contando que los moriscos de Úbeda, Cazorla y Quesada pretendían aliarse con los reyes de Fez y Marruecos, pero que éstos, por encontrarse en sus propias guerras, les recomendaron hablar con el de Túnez..." ¿Puro invento o realidad?

"Tenemos que cuestionar la existencia del odio del morisco al cristiano viejo, pero la asignatura pendiente es el odio que los cristianos sentían o no hacia los moriscos", avisó Vincent. La conspiración está presente e instrumentaliza el odio de uno y otro lado porque recordó casos como el que promovió el obispo de Segovia y que proponía mandar a los moriscos a Terranova y castrar a los varones. "Propuestas extremas y llenas de locura pero que fueron presentadas". Vincent, que tomó como metáfora un río para dar su charla, concluyó que en este río "tan enorme quedan muchos arroyos por descubrir".

Queda fijar, a juicio de García Cárcel, el número exacto de los moriscos que permanecieron o volvieron tras la expulsión y estudiar la dimensión del posterior catastrofismo económico o no. Falta un análisis del mito de la conspiración sin tener en cuenta la polémica de las dos Españas (la que fue y la que pudo ser) y es necesario tener en cuenta que, "le pese a quien le pese, Andalucía no sería lo mismo sin los musulmanes pero también hay que decir que es absurdo explicar Andalucía sólo en clave musulmana".

Siempre "sin magnificar Al-Ándalus", Jerónimo Páez, director del congreso y presidente de la Fundación El Legado Andalusí, recordó algunos capítulos de la historia que hay que tratar "sin vernos maniatados por el territorio para tener en cuenta que unas veces los dos pueblos estuvieron enfrentados y otras convivieron hermanados".

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