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Cultura

Bellver continúa sin noticias de la tasación de su colección de pinturas

  • Desde que el coleccionista ofreció su conjunto pictórico del XIX a la ciudad han pasado más de dos años · El peritaje de sus obras, en manos de la Junta, se inició en marzo · Su ubicación definitiva aún se desconoce

Desde que se encargó el peritaje de las pinturas del siglo XIX que Mariano Bellver atesora en su casa de Sevilla el pasado 12 de marzo hasta hoy han pasado más de nueve meses. Y la paciencia, si no se agota, sí se resiente.

En declaraciones a Diario de Sevilla, el coleccionista de origen bilbaíno (llegó a Sevilla en el año 1938, con 12 años) señaló, con tono grave, que cualquier noticia relacionada con la tasación de su patrimonio "la tiene que dar la Consejería [de Cultura]". Fiel a su discreción, la misma con la que ha ido forjando su importante legado artístico, las (escasas) palabras de Bellver sobre este asunto denotan su enfado por la dilación con que las administraciones públicas están actuando. "Son ellos los que deberían hablar. Hasta que ellos no digan nada, yo no voy a abrir la boca, porque es lo que me parece más prudente", dice. No obstante, el coleccionista confía en que "a pesar de la crisis", el peritaje de sus obras "ya se ha solventado", aunque reconoce también que "nadie, ni de la Junta ni del Ayuntamiento", le ha explicado en qué punto se encuentra el trabajo de los técnicos que evalúan sus obras.

El proceso para que los fondos de Bellver se integren en el patrimonio artístico sevillano está siendo más complicado de lo que, a primera vista, podría parecer si se tiene en cuenta que el único requisito que pedía a cambio de su ofrecimiento era que el conjunto, de indudable valor artístico, se mantuviera unido en Sevilla. La ubicación definitiva de esta serie de cuadros parece ser ahora el escollo que hay que resolver.

Desde el principio de las conversaciones, en mayo de 2007, entre las administraciones implicadas -la Junta y el Ayuntamiento- y el propietario se barajaron varios emplazamientos: que la colección engrose los fondos de la futura ampliación del Museo de Bellas Artes por el Palacio de Monsalves (lugar en el que está previsto que se expongan las pinturas del XIX, entre otros usos) y la posibilidad de que ésta se quede en la misma casa de Mariano Bellver, en la plaza del Museo (una vivienda de tipología sevillana). La primera opción tiene la ventaja de que reforzaría los limitados fondos del siglo XIX con que cuenta el Bellas Artes (máxime tras el fracaso que supuso ver pasar de largo la colección Thyssen que ya se exhibe en Málaga); la segunda permitiría crear un pequeño museo monográfico en el ámbito para el que fueron concebidos: una casa burguesa sevillana de estilo decimonónico.

Poco amigo de las polémicas y las alharacas del relumbrón social, Mariano Bellver ha seguido incorporando a sus fondos nuevas joyas pictóricas. Las últimas, en la reciente subasta de Arte, Información y Gestión, de Cajasol: una de ellas, Festejo en la puerta de Carmona, del pintor romántico francés Blanchard, la compró por 130.000 euros, el precio más alto alcanzado en la subasta (por encima del murillo que salía a puja). También adquirió una obra de Pinelo Llul, otra de Lafita y un lienzo de una bailaora del inglés George Owen Wynne Apperley, trabajos que se corresponden con su gusto por la creación de pintores extranjeros y españoles que han tratado temas andaluces.

Estas cuatro piezas lucen ya junto a cuadros que ha ido adquiriendo, pieza a pieza, desde 1965, año en el que compró la primera obra de su espléndida colección: San José dando de comer a los pobres, del sevillano José Gutiérrez de la Vega, por 300.000 pesetas de la época. Hoy, el valor del arte ha variado y, sin embargo, su ofrecimiento gratuito a Sevilla es, sencillamente, dice, "por amor a mi museo".

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