La crisis ha estallado en la Biblioteca Nacional después de que Mercedes del Corral expresara su rechazo a la última medida del Gobierno que atañe a la institución que ella dirige: rebajar su categoría administrativa. Tras una reunión "muy cordial" con la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, Del Corral aseguró que sólo continuará al frente de la prestigiosa Biblioteca, con sede en Madrid, si el Ejecutivo "revoca" su decisión.

En ese encuentro, según Efe, la ministra le pidió que no abandonara el cargo, le explicó que tanto ella como la institución siguen teniendo el "apoyo absoluto" de su Ministerio y que la medida de la polémica "entra dentro de esa política de restricción y austeridad en la que se halla inmerso el Gobierno para favorecer la recuperación económica"; y le ofreció a Del Corral soluciones, como un "contrato de alta dirección" similar al que tiene el director del Museo Reina Sofía, Manuel Borja-Villel.

Argumentos que no convencieron a Milagros del Corral, que siguió estando en contra de rebajar la categoría administrativa de la Biblioteca Nacional, "la cuarta o quinta más importante del mundo", y de hecho informó a González-Sinde de que abandonará su puesto cuando su cese se publique en el Boletín Oficial del Estado y se sepa quién la sucederá.

"Rectificar es de sabios", aunque es "muy difícil" que eso suceda en este caso, dijo Del Corral, quien en dos años y medio al frente de la Biblioteca Nacional ha emprendido ambiciosos proyectos y ha impulsado definitivo la digitalización masiva de sus fondos. La todavía directora explicó que ese contrato de alta dirección no sería "mala solución". "Pero no con mi cara, porque ¿dónde está el ahorro que pretenden? Es decir, en lugar de crear una dotación para la subdirección general, harían un contrato de alta dirección, que supondría el mismo dinero pero tendría otra consideración administrativa", añadió.

"Dentro de todo, lo menos malo" sería ese tipo de contrato, continuó Del Corral, que se quedará "el tiempo necesario" para resolver estas cuestiones y luego se irá no "enfadada", sino convencida de que ha "cumplido dignamente" sus deberes.