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La cultura como motor de desarrollo

  • El Pedroso aspira a ser la segunda 'villa del libro' de España tras inaugurar el Ayuntamiento un centro cultural en colaboración con la Fundación Lara

Trinidad Sáez se emociona al regresar medio siglo después al que fue su colegio. Su madre fue profesora durante 40 años de la escuela de El Pedroso, la misma que ella abandonó cuando tenía 11 años. Casi los mismos tenía José Manuel Lara Hernández, el hijo del médico del pueblo, cuando entró en el seminario de Sevilla, del que intentó escaparse y del que, tras acabar a duras penas el primer curso, se marchó ignorando que sería uno de los mayores empresarios del país. Recuerdos infantiles con sabor en leche en polvo recorrieron ayer el viejo colegio, las Escuelas Nuevas de El Pedroso, uno de los mejores exponentes de la arquitectura civil de la comarca construido en la primera mitad del siglo XX por Aurelio Gómez Millán, colaborador del prestigioso Aníbal González. Una joya que desde ayer alberga un centro cultural municipal donde se encierra otro de los tesoros más preciados de los pedroseños: la apuesta por el pueblo realizada por uno de sus hijos más ilustres, el editor José Manuel Lara, fundador del Grupo Planeta.

Sin duda, ayer fue un día de fiesta en El Pedroso, con convite popular incluido y la presencia de la consejera María Jesús Montero, en representación de la Junta de Andalucía, y varios alcaldes sevillanos. Este municipio de la Sierra Norte tiene poco más de 2.000 habitantes, pero llegó a tener más del doble de vecinos a principios de los años 60, antes de que el hijo de Fernando Lara y de Inés Hernández, convertido ya en un editor de éxito en Cataluña, fuese colocando en su empresa y en otras de Barcelona a todos los paisanos que le escribían. Los hijos y nietos de muchos de éstos recordaron ayer la generosidad de este pedroseño que mantuvo a lo largo de toda su vida una estrecha relación con su pueblo.

Un compromiso que mantuvieron su hijo, José Manuel Lara Bosch, recientemente fallecido, y su familia. Su viuda, Consuelo García Píriz, asistió ayer acompañada por su hijo José, presidente de la Fundación José Manuel Lara, y su nieto Lucas a la inauguración del nuevo centro cultural. El edificio alberga también un aula dedicada al ingeniero Elorza, que asumió la dirección técnica de la siderurgia en el pueblo en el siglo XIX, y una biblioteca que homenajea a la figura de los editores y que ha sido dotada por la fundación.

Manuel Meléndez, alcalde de El Pedroso, asegura que no hay un solo día en que no recuerde a José Manuel Lara Bosch, el empresario y mecenas que cada semana le llamaba para preguntar qué necesitaban en su pueblo, donde se han sufragado obras públicas, se ha becado a alumnos y se ha socorrido a muchas familias gracias a sus donaciones. El centro Escuelas Nuevas era su deseo personal, según explicó ayer su viuda, que no evitó lamentarse de que una iniciativa que trasciende de la política no hubiera logrado el respaldo unánime de la corporación municipal. La iniciativa del Ayuntamiento pedroseño pretendía además conmemorar el centenario del nacimiento del fundador de Planeta, de la que hoy son embajadores todos sus vecinos.

"Mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas pueden cambiar el mundo". La cita del escritor uruguayo Eduardo Galeano le sirvió a Tomás Chaves, de la asociación cultural local La Fundición, para explicar que, sin la ayuda de muchas personas, Escuelas Nuevas no hubiera sido posible. Al margen de la inversión y el legado de Lara, muchos vecinos del pueblo se han ido desprendiendo de trocitos de historia que atesoraban en sus casas para dar contenido y sentido a este museo: desde fotografías y cartillas escolares a antiguas máquinas de escribir y libros que se han ido dejando en herencia de generación en generación.

La idea de crear este centro cultural tiene su germen en 2008 y fue compartida desde un primer momento por este colectivo. Ya en esa fecha el colegio estaba cerrado -las aulas fueron sustituidas por unas caracolas prefabricadas- y el Ayuntamiento planteó la idea de restaurar este inmueble. La Fundación se encargó de organizar el proyecto donde se narra la historia de la escritura con dos argumentos paralelos: la historia de la enseñanza de la escritura, en un claro guiño a los maestros que han impartido clases en el municipio, y la historia de la edición de la escritura, un gesto para honrar a la familia de editores.

Escuelas Nuevas se convierte ahora en un poderoso argumento para cumplir la aspiración del municipio: convertirse en villa del libro, distinción que sólo tiene en España el municipio vallisoletano de Urueña, inspirado en otros proyectos europeos como el de Hay-on-Way, el más antiguo en País de Gales, Redu, Montolieu o Bredevoort, entre otros. Una atractiva propuesta de turismo cultural que servirá también a El Pedroso para dar un vuelco al municipio con una nueva imagen más allá de las tramas políticas en los que se ha visto envuelto. Un horizonte que se expande además más allá del parque natural y que convierte la cultura en un nuevo argumento de desarrollo.

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