La Guardia Civil ha detenido en La Rinconada a tres personas que presuntamente blanquearon más de 115.000 euros procedentes de más de una veintena de robos en establecimientos comerciales de las provincias de Sevilla, Cádiz, Huelva y Málaga. Dos de los tres detenidos ahora fueron ya arrestados en la operación Platanito, desarrollada en los primeros meses del año 2014.

Fruto de aquella investigación fueron detenidas cinco personas, a las que se acusaba de cometer los robos mediante el procedimiento del butrón. El equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de La Rinconada intervino además multitud de efectos. Sin embargo, los agentes observaron que los ladrones, meses después de los hechos, seguían llevando un elevado nivel de vida. Habían comprado cuatro vehículos de alta gama y una vivienda, así como alquilado varios locales. Ninguno de ellos trabajaba ni podía acreditar unos ingresos para poder adquirir tantos bienes.

La Guardia Civil abrió una investigación patrimonial sobre los miembros de este grupo organizado, que habían pasado una temporada en prisión preventiva y ya habían salido de la cárcel. Los agentes solicitaron mandamientos judiciales y pidieron datos a organismos oficiales y entidades bancarias, para poder comparar los ingresos económicos de los sospechosos en los últimos años con los gastos que habían afrontado en los últimos meses.

Los investigadores certificaron que los ingresos eran muy bajos en comparación con los gastos y que los sospechosos habían blanqueado una cantidad de 115.000 euros. En esta nueva fase de la operación han sido detenidas tres personas, cuyas identidades responden a las iniciales I. L. M., de 29 años; J. E. L. C., de la misma edad; y M. S. V. S., de 27. Esta última es la novia del segundo de los detenidos, que habría prestado su nombre para facilitar el blanqueo del dinero.

El juzgado ha intervenido un domicilio y cuatro vehículos adquiridos por los arrestados en los últimos meses. Los detenidos pueden seguir haciendo uso de estos bienes, pero el juzgado ha prohibido su transferencia, para así impedir que puedan lucrarse vendiéndolos. Con esta investigación, la Guardia Civil ha permitido desarticular al grupo de personas que intentaban ocultar la procedencia ilícita del dinero que conseguían gracias a los robos que llevaban a cabo.

El instituto armado también investiga si los sospechosos han vuelto a robar tras su paso por la cárcel. En la primera fase de la operación sí pudo imputárseles más de una veintena de delitos. Siempre practicaban un butrón para acceder a las tiendas y se llevaban principalmente teléfonos móviles, aparatos electrónicos, ordenadores y dinero en efectivo.