Aznalcóllar

Los análisis de la Junta niegan que la mina vierta agua contaminada

  • Las tomas en el río Agrio indican que los niveles se ajustan a los autorizados por la CHG. Medio Ambiente no tiene previsto que la depuradora vuelva a funcionar hasta 2018.

La Junta apaga la luz de alarma. La mina de Aznalcóllar no vierte agua contaminada al río Agrio, el cual desemboca en el Guadiamar, gravemente dañado en 1998 tras la rotura de una balsa de lodos tóxicos que la empresa sueca Boliden tenía en este yacimiento. Las tomas efectuadas por la Consejería de Medio Ambiente constatan que el agua del Agrio se mantiene dentro de los parámetros establecidos por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) para la corta de Aznalcóllar. Esta comprobación se ha llevado a cabo tras la denuncia presentada hace varias semanas por la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional por un presunto vertido de agua "altamente contaminada" al mencionado río.

El documento de la UDEF se remitió al Juzgado de Instrucción número 3 de Sevilla, cuya titular,  Patricia Fernández, investiga las presuntas irregularidades en el concurso de adjudicación de la mina de Aznalcóllar a Minorbis-Grupo México, un holding empresarial participado por la cordobesa Magtel. Se trata, en suma, de un acta de la inspección ocular realizada el 9 de julio en el citado enclave en cumplimiento del auto dictado por la magistrada seis días antes. Los agentes que efectuaron la inspección remitieron el informe al juzgado "por si pudiera ser constitutivo de un delito contra el medio ambiente".

La Delegación territorial de Medio Ambiente informó ayer de que "no tenía constancia" de ningún vertido en la zona ni tampoco conocimiento de la presentación de la denuncia. No obstante, ha decidido verificar "la inexistencia de incidentes", para lo que ha realizado una toma de muestras en el río Agrio aguas arriba y abajo del punto de vertido autorizado. Medio Ambiente añade que dicha toma y su posterior análisis se han efectuado conforme la metodología establecida para estos casos.

Los resultados de la analítica, según el citado departamento, indican que no hay "diferencias significativas" en los parámetros medidos antes y después del punto de vertido. "Se ajustan a los recogidos en la autorización de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, lo que confirma que no se está produciendo ningún aporte de agua altamente contaminada al río Agrio", asegura la Delegación de Medio Ambiente.

Hay que tener en cuenta, en este sentido, que el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) redactó en 2014 un informe en el que elevaba esta cota de seguridad de la corta de Aznalcóllar hasta el nivel +2,  una propuesta que luego fue aprobada por la CHG. La Junta asegura que el agua del Agrio se encuentra en estos momentos "muy alejada" de ese nivel. Por tal motivo, no se ha depurado agua desde la recepción del informe del IGME ni  se prevé acometer tal labor antes de que se reabra la mina, cuando se lleve a cabo una revisión y adecuación de todo el pasivo medioambiental, cuya gestión recayó en la Agencia de Medio Ambiente y Agua (antigua Egmasa) tras el abandono de la mina. 

En cuanto al estado de "semiabandono" de la depuradora de aguas denunciado también en el informe de la UDEF, el Gobierno autonómico manifiesta que al no generarse ningún tipo de agua por la falta de actividad minera, sólo se depuraban las procedentes del sistema de recogida de lluvia y drenado de la antigua balsa que no pudieran ser depositadas en la corta de Aznalcóllar, siempre que el nivel de éstas se acercara al de seguridad fijado por la CHG. Según Medio Ambiente, la última depuración se hizo en 2014 y no se prevía ninguna otra hasta 2018, cuando Minorbis-Grupo México -la adjudicataria de la mina- ya tendría operativo su sistema de gestión del agua para explotar el yacimiento.

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