los invisibles · Miky Mata Velazco

"Cita en Sevilla' surge como una respuesta al 'la calle es mía' de Fraga"

  • Charnego al revés, teatrero, llegó de Barcelona a Sevilla y vive en Tarifa. Trabajó en el Ayuntamiento y en la Junta, y recupera la juventud de Luis Cernuda.

AMiky Mata (Barcelona, 1952) le llaman así porque es de la quinta de Micky Mouse. Es un charnego al revés. Artífice de Cita en Sevilla, vuelve a la juventud de Cernuda con una obra teatral que presenta en el cincuentenario de la muerte del poeta.

-¿Cómo llega a Cernuda?

-A través de Emilia Vaquero, mi mujer, que falleció hace tres años. Siendo sevillana, le gustaban mucho los novísimos catalanes. Un día descubrió Ocnos y ya no pudo parar. Lo que hago es completar, corregir y publicar un trabajo que ella inició.

-¿Es hijo de emigrantes andaluces?

-No. Yo soy un charnego al revés. Mi padre viene en 1962 a abrir una fábrica de gafas y ya no se va de Sevilla.

-¿Qué recuerda de aquella Sevilla del 62?

-Lo primero que hice nada más llegar a Sevilla fue subirme a una acacia y comerme las flores. Estaban floreciendo.

-¿A qué colegio fue?

-Primero a los Padres Blancos. A pesar de ser absolutamente laico, estoy agradecidísimo a la educación que me dieron. Había instrumentos musicales, teníamos debates públicos en un escenario y el padre Malaquías nos metió el veneno del teatro. Lo vi hace poco. Se salió de cura y se casó. de allí pasé al Fernando de Herrera.

-¿Quién le descubre Cernuda?

-El primer poema me lo lee José María Maldonado, compañero en los Padres Blancos. Con él y con Miguel Ángel Estrada, poeta extraordinario que se volvió loco, teníamos un club de poetitas.

-¿Recuerdos de Barcelona?

-Muy vagos. El más presente, mi madre trabajando. Mi madre cosía puños y cuellos de camisa. Igual de ahí viene el pánico que le cogí a los botones.

-Trabajó en la Fundación Luis Cernuda?

-No he estado nunca en la Diputación. Estuve en el Ayuntamiento y en la Junta de Andalucía.

-¿Y el teatro?

-Estudié Arte Dramático, Interpretación, pasé por Crótalo, Teatro del Mediodía y El Globo. Después hice Filosofía y Letras, especialidad Historia de América.

-¿Hay un Cernuda americano?

-Lo que no hubo es un Cernuda británico. Adora el idioma, pero en Glasgow se sentía fatal y cogía un tren para vivir el ambiente universitario de Oxford. Nunca se sintió británico, a pesar de su relación con Stanley Richardson, al que traía a la playa de Bolonia. Estados Unidos le gustó mucho y México le trastornó del todo.

-¿Allí conoce al boxeador?

-Al boxeador mexicano Salvador Alighieri le decían El Cuerpo. En una entrevista que le hizo Antonio Rivero Taravillo, que hace el prólogo de mi libro, le dijo que nunca fue amante de Cernuda.

-Guerra titula con un verso de Cernuda, Mientras el tiempo nos alcanza, sus Memorias...

-Es una referencia constante. Siempre citan Donde habite el olvido, que es de Bécquer.

-Después de Cervantes, es el más presente en el callejero...

-El otro día fui a su casa de Acetres y no pude entrar. Estaban cortando cristal, irrita los ojos.

-Cernuda nació en 1902, igual que Alberti...

-No tienen nada que ver. Esa generación se asocia con la luz, el calor, la alegría, y Cernuda es un poeta triste a la altura de un Leopardi, un Walt Whitman o un Baudelaire. Está muy por encima de la Generación del 27.

-Nació en Sevilla, como Vicente Aleixandre...

-Más que distancia, entre ambos hubo distanciamiento. Aleixandre lo ve engolado, atildado.

-Media generación se va, media se queda...

-Pero el exilio de Cernuda no tiene nada que ver con la diáspora. Es un exilio interior.

-¿Ha publicado más teatro?

-Puliqué libros de historia de Europa en Santillana. Una historia en la línea de Mariano Anós basada en la cotidianeidad, en la importancia de la indumentaria, del peinado, la alimentación.

-Blatter ha armado un buen revuelo con el peluquero de Cristiano Ronaldo...

-Él también es muy atildado, va a la última. Me recuerda esa imagen de Ramón Gaya que ve a Cernuda entrar solo en un parque y dice que parecía que traía dos galgos afganos a uno y otro lado.

-¿Cómo surge Cita en Sevilla?

-Fue una rebelión contra la frase de Fraga de que la calle era suya. Con Bernardo Bueno en Cultura, trajimos a Nina Hagen, Ravi Shankar, B.B. King, Ian Dury, al que llevé en brazos.

-¿Y da el salto a la Junta?

-Cuando Mateo Revilla se va a la Alhambra. La cultura era mucho escaparate y poca gestión.

-Juan Ramón murió en Puerto Rico, donde nace el padre de Cernuda, el coronel...

-Por él corre sangre boricua, gallega, francesa. No hay nadie tan sevillano como él, nadie menos sevillano que él.

-¿Por qué vive en Tarifa?

-Porque me gusta el viento, me gusta el mar y me gusta Bolonia, como a Cernuda, pero en Bolonia no se podía comprar nada.

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