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Los 11 presos de la cárcel de Sevilla-II abandonan la huelga de hambre

  • La protesta duró 31 días, aunque algunos etarras históricos no la habían secundado

Los once presos de ETA que están actualmente encarcelados en la prisión de Sevilla-II, en Morón de la Frontera, abandonaron ayer la huelga de hambre después de 31 días por problemas de salud, según anunció ayer el colectivo de presos de ETA (EPPK) en un comunicado remitido al portal Naiz y al diario Gara.

Los presos de la banda habían iniciado esta acción para denunciar las que consideran duras condiciones de vida en este centro penitenciario, con salidas por separado al patio y continuos registros, además de que, según sostienen, no tenían garantizada la asistencia médica aún habiendo entre los internos enfermos crónicos.

Los 11 presos que hay actualmente en la prisión de Morón -en Sevilla-I no hay ningún terrorista- son el histórico Iñaki Arakama Mendia, Makario; Juan Lorenzo Lasa Mitxelena, Txikierdi, que fue jefe militar en los 80; Asier Arzalluz Goñi; Iker Agirre; Jabi Agirre; Gurutx Agirresarobe; Juan Mari Etxebarri; Garikoitz Etxeberria; Jesús Goikoetxea; Roberto Lebrero y Urtzi Paul Larrea. La semana pasada abandonó la prisión de Morón Manuel González Rodríguez, al que se había aplicado la doctrina Parot para alargar su condena y que quedó libre tras la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. José Javier Arizkuren, Kantauri, que ahora ha sido condenado por ordenar el asesinato de Alberto Jiménez Becerril y su esposa, también estuvo algún tiempo en la cárcel de Sevilla-II.

Uno de los presos históricos de la banda que no se sumó a la huelga de hambre fue Iñaki Arakama Mendia, Makario, a quien también se aplicó en su día la doctrina Parot, por lo que su excarcelación también puede estar próxima. Este terrorista está condenado por 18 asesinatos y el secuestro del empresario Diego Prado y Colón de Carvajal. Makario fue expulsado de ETA en 2004 por suscribir una carta junto a otros históricos de la banda como Francisco Múgica Garmendia, Pakito, en la que apostaban por el abandono de la lucha armada. Miembro de los comandos Araba y Madrid, Makario fue uno de los tres representantes de la banda en las conversaciones de Argel.

En la prisión de Morón también está recluido desde febrero de 2010 Asier Arzalluz Goñi, miembro de los comandos Ttotto y Vizcaya, que está implicado en una decena de causas judiciales, entre ellas el asesinato de dos guardias civiles en Sallent de Gállego (Huesca) y el crimen del periodista José Luis López de Lacalle, cuando regresaba a su casa en Andoain (Vizcaya).

Las cárceles de Sevilla volvieron a acoger presos de ETA en junio de 2009, después de 14 años sin albergar ningún etarra, dado que los últimos habían estado recluidos en 1995. Cuando en 1989 se inició la política de dispersión de presos terroristas, Sevilla se convirtió en el centro principal en la zona Sur del país de esta estrategia, concentrando el mayor número de internos de ETA, del que posteriormente se trasladarían a otros centros penitenciarios de Andalucía, Ceuta, Melilla y Canarias.

En 1994, la cárcel de Sevilla llegó a contar con 16 internos terroristas, y al año siguiente el número se redujo a 10. La reducción en el número de internos de la banda coincidió con la inauguración de los primeros centros penitenciarios tipo, que incluían departamentos especiales de máxima seguridad para acoger a estos internos. Las prisiones sevillanas han acogido tradicionalmente presos de otros grupos violentos y terroristas.

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