La delegada de Hacienda no fuma, vapea. Echa más humo sano que un tren perdido. En su mesa hay un cerdito de cerámica modelado en Olivenza, la tierra de la técula mécula, con el lema que inspira su área de gobierno: "No hay mejor ahorrar que poco gastar". Asunción Fley Godoy (Sevilla, 1961) forma parte de esa pequeña guardia pretoriana de profesionales llamados a la política para dedicarse a la gestión pura y dura sin ser políticos al uso ni tener la aspiración de serlos. Hay quien cree que ahí radica su carencia. Pero no faltan quienes precisamente ven un valor añadido en esa inocencia. En cualquier caso, el camino de vuelta lo tiene en casa: su puesto de funcionaria en el Ayuntamiento.

-Dice una mala lengua que está usted ahorrando todo lo que el PSOE se gastará en cuanto recupere la Alcaldía.

-(Risas) Eso me lo dijo una vez Juan Espadas. Y yo le dije que sí, pero que eso le iba a pillar muy mayor. El me decía que yo siguiera haciéndolo así, como lo hago, que eso le iba a venir muy bien. Pero yo le volvía a insistir: "Juan, te va a pillar ya muy mayor, de verdad".

-¿Se siente la mala de la película del gobierno por aquello de dirigir la Hacienda?

-No. Me siento ejerciendo la responsabilidad que se me ha encomendado. Y trato de hacerlo lo mejor que puedo. Pero nunca me siento la mala. Sé que cuento con la confianza del alcalde y con el apoyo de mis compañeros. Mi papel es difícil, sí; pero no me siento la mala.

-¿Da más votos una buena política fiscal o un buen mapping?

-No lo sé. No me preocupa ahora qué es lo que realmente da más votos. Ejerzo mi responsabilidad en los asuntos que son de mi competencia. Y creo que un político tiene que hacer todo lo que está en sus manos por hacer las cosas bien, haciendo un mapping y haciendo las cuentas.

-¿Hay brotes verdes en el Ayuntamiento?

-Yo soy optimista por naturaleza. Cuando llegamos le dije al alcalde que estaban las cosas regular. Le dije que necesitaríamos seis años por lo menos para poner orden y que las cosas empezaran a funcionar. Pero en dos años hemos conseguido muchas cosas. Hemos logrado que la Hacienda esté saneada y sea estable, que tengamos informes continuos que indican que estamos dentro de la estabilidad y el equilibrio presupuestario. Si esto me lo dicen al principio, yo no hubiera apostado por que iba a producirse en dos años. Pero es un hecho y una realidad.

-¿Se puede afirmar que el Ayuntamiento de Sevilla está ya saneado?

-No se puede decir que no tengamos deudas. Existía una deuda cuando entramos en el gobierno que se amortizará en su momento. Pero de una tesorería negativa de 33 millones hemos pasado a un remanente positivo de cerca de 47 millones. Y de una inestabilidad o necesidad de financiación de 99 millones hemos pasado a una de 13 que, además, es coyuntural. Podemos decir que estamos absolutamente en equilibrio. Los números son los números y no es cuestión de interpretaciones. Las matemáticas no fallan.

-El PSOE suele hacer insinuaciones a sus años de ejercicio como funcionaria, precisamente en puestos de responsabilidad relacionados con la Hacienda local… ¿Por dónde van los tiros? ¿Qué cree que quiere poner de manifiesto la oposición cuando en los Plenos alude a su pasado?

-Yo era jefa de servicio en una primera etapa. Después fui directora del servicio de Gestión de Ingresos de la Agencia de Recaudación. Es cierto, el PSOE hace esas referencias en los Plenos. La verdad es que no entiendo mucho esas alusiones. Durante veinticinco años he ejercido mis funciones como funcionaria con objetividad y con una colaboración absoluta a la persona, política o no política, a la que me debiera. Actué siempre con objetividad. Ahora estoy haciendo otras funciones de servicio e interés público. Lo que tengo muy claro es que para el ejercicio de mis actuales funciones jamás utilizo información obtenida durante aquellos años, bajo ningún concepto. Tal vez con esas insinuaciones quieran sembrar alguna duda. No lo sé. Pero no me afectan.

-En los presupuestos recién presentados hay prevista una partida de casi cuatro millones en concepto de ingresos patrimoniales. ¿Vuelven a confiar en alguna venta?

-Hay contemplada una partida por ingresos patrimoniales de 3,8 millones. Cada empresa y cada organismo aporta el dinero que le corresponde para el pago a sus proveedores. Ese dinero figura como ingresos patrimoniales, pero no está referido a una posible venta de un edificio. Es un dinero para la amortización del principal y de los intereses de la deuda del plan de pago a proveedores. No hay prevista ninguna enajenación patrimonial como la que hicimos en su día porque pensábamos que podíamos vender el edificio de la Gavidia.

-Los gastos en personal de 2014 se mantienen prácticamente iguales.

-Se reducen en cuatro millones como consecuencia de la pérdida de aportación de la Junta al plan de dependencia y empleo. El capítulo primero sólo se reduce en esa cantidad y por ese motivo.

-¿Usted alberga alguna esperanza en que los ingresos mejoren a lo largo de 2014?

-En el presupuesto somos muy realistas. Vista la última sentencia, hemos quitado hasta lo que se preveía ingresar por la tasa de telefonía móvil. Se ha disminuido lo que corresponde a la bajada de impuestos. Nunca sé cómo va a resultar el plan de ingresos, sí sé que hemos sido muy realistas.

-¿Al Ayuntamiento de Sevilla le queda grasa por eliminar?

-Nada más llegar hicimos una reducción de más del 20% del personal de confianza. Y se han bajado los sueldos. La Administración local está bien ahora mismo. No estamos como la Junta. No creo que quede grasa.

-¿Los clubes de fútbol son rebeldes fiscales?

-No. Los clubes de fútbol, en Sevilla y en todas partes, siempre intentan hacer valer lo que en sí llevan de la marca de la ciudad. Y eso es lógico. Tanto el Betis como el Sevilla van a hacer frente a sus obligaciones fiscales. Estoy convencida. El Betis está prácticamente al día y el Sevilla si no lo está ya, poco le falta. El Ayuntamiento debe reconocer que ambos clubes hacen una gran labor de venta de la marca Sevilla. Una labor que le viene muy bien a la ciudad. Estamos en conversaciones para afrontar el pago fraccionado de impuestos atrasados.

-Cuando un ciudadano deja de pagar el IBI es embargado, no se entra en conversaciones.

-Hasta hace poco me han achacado lo mala que era por embargar al Sevilla. Cuando llegamos al gobierno, el Sevilla tenía un plan de pago fraccionado de impuestos atrasados que no estaba cumpliendo. Lo primero que hicimos fue quitarle el fraccionamiento y se actuó como con cualquier contribuyente, exactamente igual. Se embarga lo que se puede y se actúa hasta donde se puede. Es verdad que si alguien hace una publicidad de nuestra ciudad, se le debe pagar. Porque vendemos la marca Sevilla. ¿Y por qué no se va a hacer esa promoción por medio de los clubes? ¿Por qué no? No hay que tener miedo a ello, lo que no quita en absoluto que quien tenga una obligación fiscal, deba cumplirla. Y los clubes lo saben.

-¿Y lo sabe el Consejo de Cofradías, que quería dejar de pagar la tasa de ocupación de la vía pública por la carrera oficial?

-Igual, exactamente igual. Y con Emvisesa. Hace poco me han acusado de embargarle a Emvisesa. Y lo que se ha hecho es tomarle una garantía como se hace con cualquier ciudadano que se acoge al pago fraccionado. Es un embargo preventivo en garantía, no se ha ejecutado ningún embargo. Porque Emvisesa no es diferente de cualquier ciudadano. Ni el Betis, ni el Sevilla.

-¿Cuál es el perfil de los mayores deudores del Ayuntamiento de Sevilla? ¿Conoce expertos en no pagar entre las empresas y particulares?

-La gente que más trabajo da para cobrar es la que siempre aparca mal. La cuantía no es significativa. Se tiende a pensar que se multa por afán recaudatorio, nadie parece pensar que las normas están para ser cumplidas. Pero no es Sevilla una ciudad especialmente de morosos. Con carácter general está muy asumida la obligación de contribuir. No hay grandes defraudadores por sistema. También tenemos la suerte de contar con un cuerpo de inspectores y una Agencia de Recaudación muy eficaces.

-¿Su esfuerzo por meter en cintura las cuentas de la ciudad choca con el perfil de un alcalde muy popular que quiere contentar a todo el mundo?

-La verdad es que el alcalde siempre me lo pone muy fácil. Su confianza en mi es absoluta. Y él me ayuda muchísimo, a pesar de que es verdad que es difícil compaginar las cuentas con querer hacerlo todo. Él me ha dejado claras las claves. Y es esencial tener claras la claves cuando se tiene poco. El alcalde lo que quiere es que los colegios y las calles estén arreglados. Y que los asuntos sociales no tenga sólo lo que ya tienen, sino mucho más. Y eso se refleja en los presupuestos. Para lo demás me dice que me las arregle como pueda, que quite los gastos que tenga que quitar. El alcalde ni me cuenta historias ni me habla de grandes proyectos, sino de que la ciudad funcione con esas instrucciones concretas. El encargo para 2014 era complicado: cumplir la promesa de bajar los impuestos. Y se ha hecho, de tal forma que ingresaremos 30 millones de euros menos.

-¿Y para 2015 habrá que aprobar una nueva rebaja, no?

-No, ahora estamos en la media española, que fue la promesa del alcalde.

-Y esos 30 millones de menos, ¿de dónde se compensan o a qué partidas se le quitan?

-Salen de quitar la amortización anticipada a los bancos. Al bajar los ingresos, bajamos el techo de gasto, por lo que no tenemos que pagarle anticipadamente a los bancos sin incumplir los períodos de amortización. Hemos elevado muchísimo el grado de confianza de los bancos en el Ayuntamiento. Antes no podíamos hablar con los bancos y ahora sí. Porque tenemos las cuentas saneadas.

-Pero aún no se pueden pedir nuevos préstamos, no.

-Si estamos dentro de las normas y no nos pasamos en la cantidad, podríamos pedirlo. Pero tenemos todavía pendiente el prestamón que se pidió en 2010 y una deuda inmensa. Pero lo más importante es que no hace falta ahora pedir nada.

-¿Cuáles son las inercias más difíciles de romper en una estructura mastodóntica como el Ayuntamiento y en un puesto clave como el suyo?

-A mi me preocupaba mucho desde el principio todo lo relacionado con la administración electrónica y la innovación, que no quedara como venta de humo el intento de acercar la administración al ciudadano. La gente oye hablar de la smart city, pero… A mí lo que me preocupa es la realidad, que el Ayuntamiento tenga un servidor correcto y útil. Para eso hay que tener un presupuesto que respalde ese objetivo. Lo hicimos el año pasado y lo hemos vuelto a hacer este año. Eso es de verdad tener una intención clara en fomentar la transparencia y que los ciudadanos lo conozcan todo, que puedan pagar tributos desde casa, que puedan realizar trámites administrativos, fomentar las facturas y los registros electrónicos, ahorrar el papeleo… Todo esto era lo que más me preocupaba.

-¿Cómo se fomenta la creación de empresas desde su área?

-Presupuestando en inversiones, fomentando el empleo, estableciendo las bonificaciones precisas. Mi área tiene que ver con la maquinaria interna del Ayuntamiento. Y, por supuesto, lo que ya hemos dicho de la mejora de la accesibilidad del público a la administración.

-¿Siguen siendo Tussam y Lipasam los dos grandes lastres del Ayuntamiento a la hora de confeccionar cada presupuesto?

-Sí, pero menos, sinceramente se lo digo. Tussam está llevando a cabo un saneamiento notable. Está dando un cambio de la noche a la mañana. Y eso reduce su capacidad de lastre. Y Lipasam está funcionando bastante bien.

-El Ayuntamiento no termina de pagar a los proveedores en el plazo que marca la ley, inferior a 30 días. Se está pagando en casi 75 días. ¿Se conseguirá alguna vez cumplir la ley o es que la ley marca un plazo imposible de cumplimiento?

-Yo estoy volcada en conseguir ese objetivo. Tenemos que conseguir que el canal burocrático en el que se tramita cada factura sea más electrónico que físico. Es verdad que todavía tardamos mucho, pero no tanto ya como antes. La prueba es que las reclamaciones son poquísimas.

-En mayo de 2015, cuando acabe el mandato, ¿qué le gustaría haber conseguido tras cuatro años de gestión?

-Me gustaría que se pueda decir que se ha notado un cambio en la política de mantenimiento de colegios, que se pueda decir que se atienden más y mejor las necesidades de los niños y de sus padres. Que se pueda decir que hemos hecho del Ayuntamiento una estructura administrativa transparente, saneada y equilibrada. Y, por supuesto, que se pueda decir que los sevillanos pagan menos que nunca en impuestos.

-¿Qué es lo que más le repele de este mundillo de la política en el que decidió meterse en mayo de 2011? ¿Se lo imaginaba como lo está viendo?

-Yo no me imaginaba nada cuando entré. Me convenció Juan Ignacio Zoido en tres segundos. No tenía idea de ese gran mastodonte que es el Ayuntamiento, a pesar de ser funcionaria, porque yo siempre he estado en el servicio de ingresos. En este período tampoco he tenido mucho tiempo de pararme a pensar en el lío en el que me he metido, porque hemos trabajado mucho. Las dificultades se sobrellevan mucho mejor cuando se tiene la confianza del alcalde y de los compañeros. No me ha repelido nada, de verdad.

-¿Cuánto dinero tiene la Hacienda local calificado como de dudoso cobro?

-Sé que hay mucho dinero por cobrar, siempre se va arrastrando. Pasa en todas las administraciones. Pueden ser más de 50 millones de euros los que tengamos como de dudoso cobro.

-¿Tiene ya claro cuál será su modelo de pago de productividades?

-Intentamos una modernización de los conceptos retributivos, pero estamos sufriendo muchos cambios normativos y sabemos que habrá más cambios. Por eso hemos decido de acuerdo con los sindicatos esperar a que se produzcan los cambios previsibles para no tener que hacer un segundo cambio en muy poco tiempo. No hay más prisas.