El empleo se genera a un ritmo pausado en Sevilla. Aún no se ha conseguido un reflote en la creación de puestos de trabajo en la ciudad hispalense, por ello 27.327 sevillanos optaron o se vieron abocados, en el primer trimestre del año, a emigrar a otras comunidades autónomas para buscar un oficio.

Los últimos datos publicados por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) indican que, entre enero y marzo, entraron 19.587 trabajadores frente a los más de 27.000 que salieron. Esto indica un resultado negativo de 7.740 profesionales para la provincia. La tasa de movilidad de la Sevilla durante estos tres meses fue de un 12,28%. Además si se comparan estas cifras con el mismo periodo de 2013, fueron 19.930 los sevillanos que abandonaron la región, frente a los 16.623 que entraron.

La empresa especialista en soluciones de recursos humanos Randstad, con el objetivo de conocer la movilidad de los trabajadores y su relación con el acceso al mercado laboral, detectó que Sevilla se posiciona como una de las provincias en España que más trabajadores exporta. Esto significa que salen de la provincia más profesionales de los que entran en ella. Comparte esta situación con Cádiz, Toledo, Zaragoza y Lérida. Todas estas regiones tienen una diferencia negativa superior a los 5.000 trabajadores que se han desplazado a otras zonas de España para acceder al empleo.

Con mayor profundidad, según datos de la SEPE, de esos 23.327 empleados que decidieron marcharse, 14.646 fueron trabajadores no cualificados. El siguiente grupo ocupacional con mayor saldo migratorio, un total de 3.074 profesionales, es el de artesanos y trabajadores cualificados de industrias manufactureras, construcción y minería. Le sigue el sector de empleados de los servicios de restauración, personales, protección y vendedores de comercio, con 2.924 emigrados. Después, 1.597 técnicos y profesionales de apoyo. Le siguen los 1.582 técnicos y profesionales científicos e intelectuales. Otros 1.334 trabajadores cualificados en la agricultura y en la pesca. En séptimo lugar, 1.175 operadores de instalaciones y maquinaria y montadores. Otros 914 empleados de tipo administrativo y, por último, llama la atención los 80 profesionales del sector de la dirección de las empresas y de las administraciones públicas.

El informe Randstad destaca que el primer trimestre de 2014 registra la tasa de movilidad más alta desde 2010 en España, que alcanza el 12,48%. La tasa de Sevilla se sitúa una décima por debajo, con un 12,3%. Esta medida se obtiene de la relación entre los contratos que implican movilidad a otra provincia y el número total de convenios firmados.

De las 3.557.000 contrataciones realizadas durante los tres primeros meses de 2014 en España, más de 440.000 vienen motivadas por los movimientos migratorios. Esto quiere decir que el trabajador accede a un nuevo empleo en una residencia diferente al anterior.

El sector servicios es el que más contratos de movilidad engloba en términos absolutos. Sin embargo, tiene una tasa de movilidad inferior al resto de sectores. El 76% de los trabajadores españoles desarrollan su actividad en este sector, pero sólo el 57% de los contratos firmados implican que el profesional tenga que desplazarse a otra provincia. La tasa de movilidad más elevada la ostenta el sector de la agricultura porque un 27% de los convenios registrados han motivado un cambio de domicilio por parte del empleado.

Otros de los factores que tienen relación directa con la movilidad de los profesionales son la edad y el sexo. De ese 12,48% que engloba la tasa nacional, se aprecia que un 14,8% pertenece a los hombres, mientras que un 9,4% compete a las mujeres. Asimismo, el estudio refleja que las edades con mayores índices migratorios comprenden los 25 y los 34 años, con un 14,1%, y de 35 a 44, con un 12,8%.

En cuanto a la recepción de profesionales, Randstad a partir de datos de la SEPE, indica que Madrid ha sido el principal destino de los profesionales, con un saldo positivo de 37.532 trabajadores. Le siguen Andalucía con 7.531; Murcia, con 4.146, y País Vasco, con 2.624 empleados. Completan esta clasificación Baleares con 1.651 empleados y Navarra con 1.492.

En el otro lado de la balanza, destacan los datos de Castilla-La Mancha, con un saldo negativo de -16.443 profesionales; Castilla y León con -7.469 y los -6.569 trabajadores de Aragón.