Sevilla

Un parque olvidado a la orilla del río

  • Los Jardines del Guadalquivir destacan por la suciedad y su descuido tres años después de su restauración. El Ayuntamiento alega que la poda y limpieza son frecuentes.

De las piedras calizas, las rocas madres, surgió el suelo. Su contacto con el agua derivó en la vegetación. Ya millones de años atrás, los monjes sembraban en sus huertos plantas aromáticas y medicinales. Y siglos más tarde, los reyes renacentistas paseaban por sus grandilocuentes jardines; a la vista están los dominios reales del Palacio de Versalles. Pero con la Edad Contemporánea, las plantas dejaron de tener ese matiz elitista y cualquiera pudo disfrutar de ellas.

Esta introducción servía durante la Expo del 92 para recibir a los visitantes en los Jardines del Guadalquivir. Se inauguraron hace 22 años y hoy basta echar la vista atrás para afirmar que cualquier tiempo pasado fue mejor. A pesar de que sus puertas siguen abiertas -día y noche, pues el recinto tiene acceso libre-, este parque destaca por sus caminos repletos de hojas secas, por la suciedad y por las pintadas vandálicas en esculturas de reconocidos artistas internacionales. Esculturas que, además, dan cobijo a varios indigentes. Un deterioro que no se frena con las actuaciones municipales.

Estos jardines de ocho hectáreas, enclavados en la ribera del río y escondidos tras la discoteca Antique, han sido borrados de la mente de la mayoría de los sevillanos. En 2011, tras 19 años en desuso, la Confederación Hidrográfica los restauró. Pero poco después, con la llegada de Zoido a la Alcadía, el parque cayó de nuevo en el olvido. A las farolas no las corona ninguna bombilla, de las fuentes no sale agua y las únicas cubiertas de las alcantarillas son plataformas de maderas, un peligro para cualquier viandante.

Francisco Oñate, que fue director gerente de la ya desaparecida Fundación Naturalia XXI, explicaba que este parque merece un cuidado y una gestión específicos. Nadie se está encargando de preservar su rica variedad de especies vegetales ni, por supuesto, tampoco se diferencia a las plantas mediante carteles, lo que suele ser común en los jardines botánicos. Desde la plataforma SOS Jardín Americano, en la que Oñate participa, se va a actuar activamente para intentar conseguir que el Ayuntamiento preste atención tanto a este parque como a su contiguo, que da nombre a este conjunto de asociaciones.

Por su parte, el Consistorio señala que en los jardines abandonados de la Cartuja se realizan frecuentemente las labores "pertinentes" de poda, jardinería y limpieza. Sin embargo, no hay más que subir a la escultura que representa el símbolo de la ciudad de Sevilla, el NO&DO, obra de la austríaca Eva Lootz desde la que se puede contemplar una vista panorámica protagonizada por la basura en el suelo. Triste metáfora de la ciudad.

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