Sevilla

De Pino Montano a la gran pantalla

  • Said Chatiby, sevillano de familia marroquí, debuta como Halil en 'El niño' El joven, que nunca fue un buen estudiante, aspira a seguir su carrera en Madrid

Rodar una escena con las hélices de un helicóptero rozándole la cabeza, trabajar con Luis Tosar o que su película esté entre las preseleccionadas para optar a representar a España en la próxima edición de los Oscar. Poco de esto se podía imaginar Said Chatiby, hace cuatro años, cuando acompañó a su amigo a presentarse una prueba en la que pensaba que buscaban figurantes. En un portal del barrio de Pino Montano, este joven de 21 años, sevillano de nacimiento aunque de origen marroquí, recuerda con sus amigos el día en que le cambió la suerte y le abrió de repente la puerta a una carrera en el mundo del cine. "Fui con mi colega al instituto Velázquez, donde había un casting, y aproveché para darme una vuelta por el centro, yo no quería ser figurante de ninguna película", relata.

Su amigo es Ángel Riado. Ese día pasó la primera selección y le dieron un guión para la siguiente fase, en la que tenía que interpretar a un chico con nombre árabe. Rubio y con los ojos azules, Riado pensó que posiblemente no encajaba con el perfil que necesitaban en la película. Pero Said, sí. Él, que nunca ha brillado por su excelencia en los estudios, pensó que Pino Montano y las clases podrían esperar y se dio la vuelta esperanzado en que el papel fuese para actor, principal o de reparto. Se presentó a un primer casting. Y sonó la flauta.

El parkour, la gimnasia acrobática y ser actor. Son las tres grandes apetencias en su vida desde que era pequeño. Hasta hace cuatro años, la última se diferenciaba de las otras dos en que no era una afición, sino un sueño. "En una de las escenas, hice una acrobacia aunque al final no salió en la película", recuerda Said mientras charla con sus amigos en un bar de su barrio. Entre ellos, Alejandra Cornejo, una amiga de la infancia, que revela que Said quería estudiar en la Escuela Superior de Arte Dramático de Sevilla, pero que destacaba por ser un deportista callejero, que entrenaba en el club Hytasa y al que todavía le gusta saltar muros y dar volteretas en el Parque de Miraflores. Los libros nunca fueron su fuerte: "Sólo tengo la ESO y un curso de cocina", confiesa quien es uno de los actores revelación de El niño.

Said equipara la adrenalina que experimenta al saltar obstáculos por la calle con la que sintió al rodar las escenas de acción en el mar: "Aunque no tuviera el sonido espectacular del cine ni los efectos de la posproducción, vivirla en directo fue mucho mejor". Después de haber interpretado a Halil, un narcotraficante del Estrecho de Gibraltar, de haber abusado de la biodramina para superar sus mareos en las escenas que se rodaron en el mar y de aparecer en la gran pantalla con la cara desfigurada, Said ha expandido sus metas y ya no sueña con estudiar en la escuela de la calle Pascual Gayangos. Ahora el joven tiene la vista puesta a 600 kilómetros del barrio donde se crió y desea formarse en la capital española, en la escuela por la que pasó Javier Bardem. La idea de ampliar sus horizontes se la dio el hermano del oscarizado actor, Carlos Bardem, que, en palabras de Said, "es alguien grande".

Él, de momento, se acaba de estrenar en el cine. Le da un bocado a una palmera de chocolate, bebe un sorbo de Sprite en su bar preferido de Pino Montano y se para a agredecer la amabilidad de una vecina que le repite una y otra vez que es "un máquina". Said admite que, para seguir abriéndose camino en su carrera profesional, antes tiene que conseguir dinero. Él procede de una familia humilde y, de momento, no puede costearse la matrícula para ingresar en la escuela de Madrid. No descarta que próximamente le salgan ofertas para trabajar en alguna serie española. Pero, mientras tanto, el joven prefiere mantener los pies en el suelo y comenta, entre risas, que no le queda otra que acostumbrarse a que le pidan fotos por la calle y que se ha apuntado a un grado medio de Sanidad. Pese a la poca confianza que siempre ha tenido para avanzar académicamente, Said advierte que quien quiere, puede, y está aplicándose el mensaje que Halil transmitió al niño: "Los grandes viajes empiezan con un paso".

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