Los dos artificieros de la Policía Nacional que resultaron heridos el pasado viernes en una explosión estaban realizando unas prácticas. Así lo confirmó este lunes el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, durante una visita a los agentes heridos. Uno de ellos, el más grave, que perdió una mano, pasó ayer a planta en el Hospital Virgen del Rocío. El otro sufrió heridas leves y permanece a la espera de que le den el alta en el Hospital Nisa Aljarafe. 

Cosidó destacó la experiencia y la profesionalidad de ambos funcionarios pero apuntó que su trabajo siempre conlleva un riesgo. "Es un subinspector muy experimentado, pero cuando se manejan este tipo de artefactos siempre hay un riesgo inherente, y en esta ocasión la fatalidad ha querido que hayamos tenido este accidente", indicó Cosidó, a la salida del Hospital Virgen del Rocío. 

El director general del cuerpo aseguró que el agente sufre lesiones irreparables en una mano pero aseguró que lo encontró bien de ánimo y acompañado por su familia, con ganas de recibir el alta para trasladarse a Málaga, su ciudad natal. Cosidó descartó que los agentes estuvieran desactivando un artefacto encontrado en la calle -en un primer momento se pensó que había explotado una granada de la Guerra Civil hallada en el mercadillo del Jueves-, y confirmó que estaban trabajando en unas "prácticas o adiestramiento". 

El director general estuvo acompañado por la delegada del Gobierno, Carmen Crespo, por el jefe superior de Policía, Francisco Perea, y otros responsables del cuerpo en Sevilla.