Calle Rioja

La niña que remontaba panderos

  • Memoria. Rosalía Torres lleva 95 años sin moverse de Nervión. Nació en 1919 en Villa Rosalía, casa con la rúbrica de Aníbal González que terminó el arquitecto Rafael Arévalo.

SE llama Rosalía por su bisabuela y el día que cumplió 95 años, el pasado 21 de agosto, se fotografió con sus cuatro bisnietos: Daniel, Fabiola, Esperanza, Luis. "Otros dos vienen en camino". Pocas personas pueden presumir de llevar 95 años viviendo en la misma calle. Rosalía Torres Ríos nació en Villa Rosalía, una de las primeras casas del barrio de Nervión cuyo primer plano está firmado por Aníbal González, aunque el proyecto definitivo lo realizó el arquitecto Rafael Arévalo.

A sus padres, Juan Torres Pérez y Rosalía Ríos Alba, malagueños, se les quedó pequeña la casa de la calle Luchana donde nacieron sus dos primeros hijos: Juana, en el 12; José, el varón, en el 14. Arriba tenían la vivienda; abajo, el taller de estuches de joyería en el que esta mujer ha estado trabajando hasta los 83 años. En 1918 llegan a Nervión y en 1919 nace Rosalía. Seis años después nace su hermana María Luisa, que vive en Villa Rosalía y cruza todos los días la calle para jugar a las palabras cruzadas con esta nonagenaria en Villa Gracita.

Rosalía Torres Ríos se fue de Villa Rosalía en 1950. El 19 de septiembre de ese año contrae matrimonio con Pedro Benítez, de Linares, que los once años de noviazgo los pasó trabajando en Barcelona en el sector textil. Se casaron en la iglesia de la Inmaculada Concepción de la Gran Plaza. "La vi construir, la hicieron para la Exposición del 29. La segunda boda que se celebró allí fue la de mi tía Margarita".

Rosalía tenía 10 años en la Exposición de 1929. "Ese año el Carnaval que todos los años se hacía donde pusieron la Exposición lo trasladaron a la calle Eduardo Dato". El marqués del Nervión fue el ideólogo de aquel barrio, bajo el lema de "una casa para cada familia, un jardín para cada casa". "Al marqués no lo conocí; a la marquesa sí, era clienta nuestra". Esta parte de Sevilla era campo, pero parecía Nueva York. "Las calles no tenían nombre, tenían número". La calle 1 era la calle Marqués del Nervión; la 2, la avenida Cruz del Campo. Rico Cejudo era la 3. Las hijas de Rosalía dicen que los vecinos de más edad todavía le llaman a la calle Cardenal Lluch calle 16. La misma donde vivía el marqués de las Cabriolas, relacionado con una desternillante anécdota de la vida de Rosalía rubricada en su álbum de fotos con el epígrafe Los corredores de San Fermín.

En la foto se ven dos parejas de novios: Rosalía y el viajante de Linares; su hermano Francisco y una novia inédita. "Fue una Feria de Abril que visitó Franco. Había una exposición de ganado en el Prado y se escaparon varios toros, eran torazos. Salimos corriendo, yo estrenaba unos zapatos que rompí ese mismo día. Nos refugiamos en la caseta Los del 77". La misma de la que era socio el marqués de las Cabriolas y otro grupo de "guasones" a quienes Rosalía recuerda en el traslado procesional del piano, en reuniones en la bodeguita Morales o el ingenio de sacar vino del pozo del Moyate.

Rosalía conserva entera una dentadura con la que ha dado cuenta de un "bastón", como le llaman al salchichón que Rosalía, su hija, fue a buscar a Jabugo como regalo de cumpleaños. "Cuando salía con mi marido no me paraba ante los escaparates de tejidos, zapatos o pasteles. Me paraba en los de chacina y el chorizo de Cantimpalo era mi delirio".

Será el hambre de la guerra, que la cogió con 16 años y una madurez obligada por las circunstancias. De niña fue al colegio de doña Humildad; jugaba "al fútbol o a remontar panderos (cometas), a los juegos de los varones, no me separaba de mi hermano". El mismo hermano Paco que, pese a librarse por hijo de viuda, fue incorporado a filas en la guerra civil. Con 17 años, esta mujer se marchó con una tía a Córdoba a buscarlo. "En el tren nos enteramos de que habían bombardeado el hospital de Córdoba y el manicomio que estaba enfrente". Noticias que le habían llegado a su madre por Queipo de Llano en la radio. Finalmente, el niño, como siempre le llamaron "incluso cuando tenía 68 años", dio señales de vida desde Azuaga, Badajoz.

Sólo dejó Rico Cejudo sus nueve primeros años de matrimonio. En 1959 volvió a la calle matriz, a la acera de los pares, con sus tres hijos: Francisco, Rosalía y María José, que nació ese mismo año. Fue cabeza de familia a su pesar. "Mi hermana mayor se casó antes de la guerra, mi hermano fue movilizado y mi padre murió de una úlcera de estómago en febrero de 1936. La República fue muy mala para nosotros, nadie compraba joyas. Me tuve que hacer cargo de la casa, del negocio, de mi hermana pequeña y de mi madre, medio invidente".

De luna de miel fueron a Madrid. "Mi marido me preguntó mi impresión. Yo me sentía como el título de una película que ponían en Madrid, Diez días millonaria. Cuando volvimos ya habíamos encargado al primer hijo". Rosalía nació el mismo año que Evita Perón y el Sha de Persia. Historia viva con una cabeza tan bien amueblada como su dentadura.

El marido era bético y se lo llevó a vivir junto al estadio de Nervión. Una tía le alquiló una casa a Rosario Guerra. "Era la tía de Alfonso Guerra, que de chiquitillo venía por aquí con sus hermanos". Creció en la Sevilla del 29 y no se perdió la del 92. Sus nueve nietos le regalaron en su cumpleaños un marco con fotos.

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