La Policía Local de Sevilla ampliará a los jueves el servicio antibotellón. Hasta ahora, el dispositivo especial contra la movida sólo se ponía en marcha los fines de semana, pero la presión vecinal ejercida en las últimas semanas ha llevado al Ayuntamiento a sacar más policías a la calle las noches de los jueves. Lo hará a base de horas extraordinarias, si bien la partida presupuestaria para pagarlas se agotó antes de finales de verano y los agentes siguen sin cobrar las productividades correspondientes a las fiestas de primavera y a las elecciones europeas. Nadie, a día de hoy, ha comunicado a los agentes cómo ni cuándo se abonarán estos servicios extraordinarios.

El anuncio de la ampliación del servicio extraordinario de los jueves venía reflejado en la orden del cuerpo del pasado viernes 17 de octubre, documento que se reproduce junto a estas líneas. En él, la Jefatura hace un llamamiento a los agentes para que se apunten en la bolsa de productividad, y les hace una serie de indicaciones para ello.

El dinero disponible en los presupuestos municipales para productividades de la Policía Local, que superaba los cuatro millones de euros, se agotó en junio, sobre todo después de una serie de procesiones extraordinarias y eventos deportivos que requirieron la presencia de numerosos agentes. Eso hizo que hasta ahora el servicio antibotellón fuera muy escaso, compuesto apenas por 11 policías para toda la ciudad, repartidos en tres furgones (uno para Los Remedios, otro para el centro y un tercero itinerante para atender las incidencias en otras zonas).

Este dispositivo se antojó insuficiente en los primeros fines de semana del otoño, cuando se celebraron grandes concentraciones de jóvenes bebiendo alcohol en zonas del centro como la Alfalfa, el Arenal o la Alameda de Hércules. La presión que han ejercido los vecinos de estas zonas llevó al gobierno local a improvisar un nuevo plan -especialmente para la Alfalfa-, pero que terminó concentrando a un buen número de agentes en las calles afectadas por el botellón y dejando sólo ocho policías para el resto de incidencias en la ciudad.

Por ello, el Consistorio se ha visto obligado a nombrar productividades, dado que es imposible atender todos los servicios con los agentes a los que corresponde trabajar por turno ordinario. La clave está en la falta de policías que padece la plantilla municipal desde hace años, que además se ve agravada con una carencia absoluta de mandos intermedios, obligando a oficiales (los antiguos cabos) a dirigir un turno entero cuando no tienen la categoría profesional para ello.

El alcalde, Juan Ignacio Zoido, prometió convocar 300 plazas nuevas, pero a día de hoy no ha creado ninguna. Los 103 agentes que se incorporaron al principio del mandato, que apenas sirvieron para cubrir las jubilaciones, correspondían a dos convocatorias de la etapa anterior. El gobierno local tiene pensado sacar algunas plazas antes de que expire el mandato.