Esta semana acaba de ser reelegido decano de los abogados por una amplia mayoría de votos, duplicando al segundo de los cinco candidatos. Cuando acabe este mandato, habrá estado 24 años ininterrumpidos al frente de la institución. La clave de su éxito: la vocación de servicio a sus compañeros. En esta entrevista urge a buscar una solución al trasnochado proyecto de Ciudad de la Justicia. Tiene un as guardado en la manga sobre la cuestión y avisa de que lo revelará pronto, cuando se lo plantee al consejero de Justicia, Emilio de Llera.

-Usted ha hecho historia en el Colegio de Abogados de Sevilla con este nuevo triunfo. ¿Por qué cree que tiene ese tirón entre sus compañeros?

-Yo no estoy en el decanato para hacer historia, sino para servir a mis compañeros. Ésa es la clave y hay que decirlo claramente, ahora que no se estila eso del espíritu de servicio. Durante 28 años de vida colegial se ha generado una especial empatía de muchos letrados hacia mi persona, que yo correspondo con mi amistad y el más sincero afecto.

-¿Hay Gallardo para rato en la institución? Se lo digo porque los otros candidatos coincidían en la limitación de los mandatos por higiene democrática...

-Eso lo determinarán las circunstancias. No pretendo desempeñar el cargo ni más ni menos tiempo del que resulte conveniente para el colegio. Carece de sentido elucubrar sobre la limitación o no de mandatos, pues en casi tres siglos de historia ningún decano logró ser reelegido en este colegio, hasta que hace quince años los compañeros rompieron conmigo esa tendencia. En el futuro, cuando yo no sea candidato, los compañeros seguirán decidiendo si conceden o no la reelección al decano que pudiese pretenderla. En un colegio de abogados no existe mayor higiene democrática que la de permitir que los colegiados decidan cada cuatro años entre las distintas opciones que se les ofrezcan. Creo profundamente en las urnas y en los abogados, que son los que han de poner, quitar o mantener decanos.

-En estas elecciones ha vuelto a arrasar pero si se hubieran sumado los votos de las otras candidaturas no habría ganado, un cambio de tendencia que se da por primera vez desde que concurre a las elecciones. ¿Cree usted que con un solo candidato habría ganado igualmente?

-Ese planteamiento es erróneo y extemporáneo, pues el resultado electoral no ha podido ser más claro y rotundo. Sumar opciones tan dispares como las ofrecidas en estos comicios es absurdo. Conozco bastante bien el comportamiento electoral del colectivo y le aseguro que en la actual coyuntura los compañeros habrían depositado mayoritariamente su confianza en mi candidatura, incluso con un único oponente fuese éste quien fuese.

-Usted dijo antes de las elecciones que haría una nueva propuesta sobre los juzgados de Sevilla al más alto nivel si revalidaba el cargo, tras los vaivenes del proyecto de Ciudad de la Justicia. ¿En qué consiste esa propuesta?

-No debo desvelar esa propuesta antes de trasladarla a quien corresponde. Los abogados estamos acostumbrados a guardar secreto y confidencialidad en aras de lograr objetivos, que en este caso beneficiarían, y mucho, a Sevilla. Sólo puedo anticipar que mi propuesta trata de romper el cansino binomio del Prado y Los Gordales, para buscar soluciones imaginativas que a corto plazo puedan mejorar sensiblemente la situación de las infraestructuras judiciales sevillanas.

-¿Da por acabado ya el proyecto de Ciudad de la Justicia?

-Lo que me gustaría dar por acabado son los casi tres lustros que llevamos soportando palabrería vana desde la Junta de Andalucía. Ya es inaplazable abordar en serio la creación de un complejo judicial para esta maltratada ciudad de Sevilla. Como decano de los abogados he alzado mil veces la voz sin éxito, pero no podemos dejar de reivindicar aquello a lo que tenemos derecho. Pronto sabremos si por fin surge por vez primera una verdadera voluntad política para resolver este asunto o si la actual Junta de Andalucía opta por continuar maltratando a los sevillanos en este ámbito.

-Su candidatura también propuso reducir las cuotas colegiales al 50%, pero es algo que por lo visto impondrá la nueva ley de colegios profesionales…

-Cuando algún día tengamos una nueva ley de colegios profesionales habrá que acatarla, pero probablemente logremos que no establezca reducciones traumáticas de las cuotas. Independientemente de lo que en su día pueda disponer esa ley, que hoy es sólo un borrador guardado en un cajón ministerial, lo que mi candidatura ha prometido es reducir a la mitad las cuotas a los letrados en ejercicio durante los primeros cinco años de colegiación, desde el próximo mes de enero. Para el resto del colectivo mantendremos congeladas las cuotas y a medio plazo procuraremos reducirlas también.

-¿Qué medidas tiene previsto plantear para mejorar los servicios a los colegiados?

-Crearemos un servicio específico que controle la calidad y el grado de satisfacción de los diversos servicios colegiales y además que centralice las quejas o sugerencias de los compañeros. Vamos a propiciar una mayor fluidez en la comunicación del colectivo con quienes lo representamos, para que así, entre todos, podamos mejorar muchas cosas.