Desde que en 2000 comenzaran las obras del desdoble de los 157 kilómetros de vía que separa Sevilla de Cádiz, la alta velocidad ha ido avanzando a un ritmo anual de 10,4 kilómetros. La idea inicial tuvo su germen ocho años antes. Fue en 1992 y vino motivada tras la apertura de la primera línea de alta velocidad construida en el país para unir Sevilla (que celebraba una exposición universal) con Madrid. Tres años más tarde fue redactado el proyecto del desdoble.

Siendo ministro de Fomento el popular Francisco Álvarez-Cascos se realizaron los primeros trazos y se aprobó el estudio de impacto ambiental para extender la alta velocidad entre ambas ciudades andaluzas. En 2003 la provincia de Sevilla contaba con 32 kilómetros construidos en dirección a Cádiz. Se trataba del tramo que unía Dos Hermanas con Utrera. En el papel quedaban por adjudicar los 68 kilómetros que afectaban a Las Cabezas, Lebrija y El Cuervo. En 2008 y con los socialistas al mando del Gobierno central, la alta velocidad entre Sevilla y Cádiz volvió a sonar con fuerza y se anunció su terminación para la celebración del Bicentenario de la Constitución en 2012. Todo quedó en nada. Poco después, Fomento se vio obligado a meter la tijera en los Presupuestos Generales del Estado previstos para obra pública y los diversos proyectos que se desarrollaban en distintos puntos del país (como era la conexión por alta velocidad entre Sevilla y Cádiz) empezaron a sufrir grandes retrasos.

Volviendo la mirada a los primeros años del siglo XXI en Cádiz, la alcaldesa Teófila Martínez fue capaz de lograr una de las obras más importantes que se han desarrollado en la ciudad: el soterramiento de 3,6 kilómetros del trazado ferroviario que dividían la capital. Tras su finalización en 2002, volvió a tomar fuerza la implantación de la alta velocidad hasta Sevilla. El impulso fue aprovechado para que la provincia tomara la delantera de las obras y comenzaran los trabajos en El Puerto de Santa María, Jerez y San Fernando, mientras que Puerto Real negociaba con el Ministerio de Fomento imitar el soterramiento realizado en Cádiz.

El Gobierno socialista admitió a mediados de 2011 que era imposible acabar el proyecto en el plazo anunciado (antes de 2012) y ya se advertía en el horizonte la posibilidad de culminar la obra en 2014. Con la llegada de nuevo del Partido Popular al poder en noviembre de 2011, la línea sufrió una reprogramación que fue anunciada por la ministra de Fomento Ana Pastor en marzo de 2012: a las obras le quedaban aún dos años de trabajo. El último plazo conocido apunta a que la apertura estará muy cerca de las elecciones municipales previstas para mayo de 2015.