Sevilla

De lonja de pescado a 'gourmet'

  • El edificio tardó más de dos décadas en construirse por falta de liquidez.

Los retrasos en los grandes proyectos no son sólo cosa del presente. Más de dos décadas tardó en levantarse el edificio de las Naves del Barranco, cuyo diseño algunos han atribuido a un joven Gustave Eiffel en 1861 y su aprobación por el gobierno municipal de la ciudad tuvo lugar quince años más tarde. La falta de liquidez de las arcas públicas fue el principal motivo por el que la estructura de hierro y cristal no abriera sus puertas hasta 1883. Pero no el único: su ubicación -ya que cuando las lluvias aumentaban el caudal del río Guadalquivir los barcos no podían pasar bajo los arcos del Puente de Isabel II (o de Triana) para dejar la mercancía en la lonja- y su diseño también generaron una fuerte polémica.

"Las Naves del Barranco tienen más garantías de que fueran diseñadas por Eiffel que el Puente de Triana". Rafael Zamorano, que junto a su compañero Javier Cobredos (ambos del estudio Arquemo Arquitectos) han sido los arquitectos encargados de la obra y de levantar el proyecto originario de Rafael J. Cortés, asegura que en la ficha del catálogo del Plan Integral viene su autoría, al igual que su ejecución corrió a cargo de la empresa sevillana Portilla, White y Cía y su finalización al arquitecto local Francisco Aurelio Álvarez.

El edificio es una de las pocas muestras de la arquitectura del hierro existentes en la ciudad. Junto a la antigua lonja de pescado contamos con el Garaje Laverán (almacén para el estudio y conservación de los bienes culturales de la administración local); la Estación Plaza de Armas (hoy en día un centro comercial); y la Estación de Cádiz (reconvertida en mercado de abastos). El más importante representante de la moda del hierro que la revolución industrial trasladó a la arquitectura de finales del siglo XIX es el Puente de Isabel II, construido en 1852 a imagen y semejanza del desaparecido Puente Carrousel de París.

Pese a la variedad de usos que ha tenido en las últimas décadas, el diseño original ha permanecido intacto y "en muy buen estado", garantiza Zamorano. Cuatro bóvedas paralelas sobre una estructura de hierro y paredes de cristal donde se subastó el pescado hasta el segundo tercio del siglo XX, cuando cayó en el olvido de los políticos. Tras ser rescatado como oficina de información turística después de varios años en el que fue albergue improvisado de indigentes, la estructura también ha sido sala de exposiciones y sede de la televisión municipal Giralda Televisión, quedando en proyecto la intención de Alfredo Sánchez Monteseirín de instalar en su interior un Centro de Interpretación de la Semana Santa. Desde este martes es un mercado gourmet.

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