La juez de Instrucción número 8 de Sevilla ha tomado declaración este miércoles, en calidad de "denunciado" al director de la prisión de Sevilla-I, Jesús Miguel Garrido Cordero, en relación con la denuncia del sindicato CSIF, que atribuye delitos de robo y prevaricación por haber ordenado supuestamente que se forzaran unas taquillas de funcionarios. Junto al director, también han prestado declaración un preso y un funcionario de la cárcel, han explicado fuentes del caso.

Los hechos fueron denunciados en el juzgado de Guardia de Sevilla en noviembre de 2014 por el presidente del sindicato CSIF en Sevilla, Rosendo Martínez, a instancias del coordinador de Prisiones de esta organización sindical, Claudio Esteban.

La denuncia atribuye posibles delitos de robo y prevaricación a Jesús Miguel Garrido Cordero, director del centro, por haber "ordenado personalmente a un preso y en su presencia acometer forzando las taquillas cerradas de funcionarios", al tiempo que se "manipuló" lo que había en el interior de las taquillas. En las mismas había numerosa documentación, como objetos e impresos del sindicato CSIF.

Las taquillas fueron forzadas antes de proceder a la realización de unas obras en estas dependencias de la prisión y de las que, según el sindicato, no se había informado al Comité de Prevención de Riesgos Laborales como era preceptivo.

Según los denunciantes, el incidente tuvo lugar el 11 de noviembre de 2014, cuando el director del recinto penitenciario, acompañado de la subdirectora de Seguridad y del jefe del Área Mixta de Mantenimiento se personaron en la zona donde se hallaba la taquilla en cuestión. Los responsables de la cárcel iban acompañados de un interno que portaba herramientas y que recibió, según CSIF, la orden directa de romper las cerraduras, abriéndolas y sacando su contenido. Dos de las taquillas forzadas eran utilizadas por representantes de este sindicato en la junta de personal de los Servicios Periféricos de la Administración General del Estado.

La titular del juzgado de Instrucción número 8 de Sevilla, que investiga estos hechos, decidió citar a declarar, en "calidad de denunciados" tanto al director de Sevilla-I, Jesús Miguel Garrido Cordero, como al interno I. M. T. C., que fue quien forzó las taquillas por orden de la dirección, y a un funcionario.

La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias negó en su día que el responsable de la cárcel sevillana ordenara que se forzaran las taquillas y precisó que, en realidad, no eran taquillas sino "armarios".

La subdirectora general de Recursos Humanos de Instituciones Penitenciarias, Ana María Velasco, remitió un escrito a CSIF en el que negaba que el director del centro ordenara forzar las taquillas, aludiendo en este sentido a un informe elaborado por el propio director de Sevilla-I, que asegura que se trataba de "armarios" y sostiene que los mismos no eran de uso individual. El responsable de la prisión también sostiene que todos los interesados fueron "informados" del inicio de las obras en esas dependencias y de que se procedería a la apertura de dichos compartimentos el día 11 de noviembre.