Una mujer de 41 años falleció ayer de madrugada tras ser atropellada por un conductor que habría perdido el control cuando circulaba cerca del Parque de Los Príncipes, en el barrio de Los Remedios. Según las primeras investigaciones, el coche de la marca BMW circulaba desde la calle Virgen de Luján en dirección a Santa Fe, y tras girar a la izquierda, hacia la glorieta de la Oliva, supuestamente, el conductor, de 30 años, perdió el control, colisionó contra un semáforo y arrolló a cuatro personas, dos matrimonios, que se encontraban subidos en la acera. El presunto autor del siniestro duplicaba la tasa de alcohol permitida al alcanzar los 0,51 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, según informan fuentes del servicio de Emergencias 112 Andalucía.

El accidente se produjo a la una y media de la madrugada de este sábado y en él resultaron heridas de carácter leve otras tres personas, dos hombres y una mujer. Tras ser atendidos por los servicios sanitarios del 061, uno de los dos hombres, también de 41 años, fue trasladado al Hospital Virgen del Rocío. La única víctima del siniestro, identificada con las iniciales A.B.G.E., falleció en el mismo lugar del accidente, a la altura del número 21 de la calle Santa Fe, según informan desde el servicio del 112. 

Tras el incidente, la Policía Local detuvo al conductor del vehículo implicado en el siniestro, que responde a las siglas M.S.T.P., que pasó a disposición judicial. Ya por la tarde, el Juzgado de Instrucción número 17 de Sevilla, en funciones de guardia, ordenó el ingreso en prisión provisional del hombre. La Fiscalía ha solicitado dicha medida cautelar después de que el conductor haya dado positivo en el control de alcoholemia que se le practicó tras el suceso, con una tasa de 0,51 miligramos de alcohol por litro de aire aspirado, según fuentes judiciales.

Desde el Ministerio Público señalan que la prisión provisional es una medida adecuada en casos de siniestros viales con resultado de muerte en los que concurran circunstancias de responsabilidad en el conductor implicado, como sería este caso por circular supuestamente bajo los efectos del alcohol, y ello con independencia de lo que se dilucide en el proceso judicial que se desarrolle a raíz de estos hechos.

En los últimos años, se han producido varios accidentes de tráfico con víctimas mortales en los que el conductor conducía bajo los efectos del alcohol. En 2010, la noche del Sábado Santo, murieron atropelladas en el Paseo de Colón dos jóvenes, Almudena González y Patricia Alfaro. El conductor dio positivo en la prueba de alcoholemia posterior al accidente y además conducía pese a tener el carné retirado por haber perdido todos sus puntos tras ser sorprendido ebrio al volante en varias ocasiones anteriores. En la alcoholemia dio una tasa de 0,57 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, lo que supone más del doble de lo permitido, que es 0,25. En el asiento del copiloto viajaba Adrián del Nido, hijo del ex presidente del Sevilla F. C., José María del Nido.

En noviembre de ese mismo año, moría también Silvia Reyes, de 20 años, en las proximidades de una discoteca ubicada en la zona de Tablada, atropellada por un joven de 23 años que se dio a la fuga. Éste reconoció haber ingerido bebidas alcohólicas esa noche.

Más recientemente, en febrero de 2014, Jonathan Silva Bruno, apodado Yoni el Prestamista, protagonizó un atropello intencionado por el cual la Fiscalía pide 20 años de prisión. Tras una pelea con la víctima, éste circuló 26 metros por encima de la acera con la intención de atropellar a Javier Gómez, el Muñeco, quien falleció en sólo tres minutos. 

Además, en diciembre, un motorista falleció en Kansas City tras sufrir un accidente con un coche que se dio a la fuga tras el siniestro. El suceso tuvo lugar en el cruce de la avenida 28 de febrero con Alcalde Manuel del Valle. El accidentado fue trasladado al hospital, donde sólo pudieron certificar el fallecimiento. En este caso, según los testigos, los responsables del accidente estuvieron bebiendo toda la tarde, pero como no fueron detenidos hasta el día siguiente no se pudo demostrar que hubiese alcohol en la sangre.