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Los invisibles. Rafael López Palanco

"A Suárez lo conocí en el mitin que dimos en el Casino de la Exposición"

  • Como en 2015, en el 79 un tripartito se unió (y gobernó) para que no cogiera la Alcaldía la lista más votada. La que encabezaba este ingeniero de caminos.

UN alcalde de UCD para una ciudad mejor. Era el lema de la candidatura que encabezaba Rafael López Palanco (Badajoz, 1933), el más votado en las municipales del 3 de abril de 1979 para la Alcaldía de Sevilla. El tripartito acabó con su sueño y puso fin a su pesadilla.

-¿Quién le ofreció encabezar la lista de UCD?

-Un día antes de que finalizara el plazo no había candidato. Me ofrecí y fui cazado. No era profesional de la política, pero no tuve más remedio de acuerdo con mi forma de ser.

-¿Entraba en un mundo nuevo?

-Una experiencia fascinante con el único precedente de las generales de 1977. En las municipales hubo un añadido que a última hora metió Santiago Carrillo.

-¿Saben hoy que usted fue el candidato más votado?

-Se enteró todo el mundo. El acuerdo de la izquierda no fue fácil, se repartieron y cambiaron las alcaldías (Sevilla por Granada). Sevilla tuvo un muy buen alcalde como Luis Uruñuela.

-¿Le felicitaron a usted?

-Muchísima gente. Y en la UCD me lo agradecieron mucho.

-¿En algún momento se sintió alcalde?

-No llegué. Sabía que no lo era.

-¿Conoció a Adolfo Suárez?

-Lo conocí en un mitin en el Casino de la Exposición.

-¿Era usted hombre de mítines?

-Estaba acostumbrado a dar clases cada año a un grupo distinto de alumnos. Eso te ayuda.

-¿Dio muchos mítines?

-Dos cada día en la campaña en sitios extrañísimos como las asociaciones de vecinos. Conseguí que todos los días hubiera un acto en el que estuviéramos los cuatro candidatos. Nos llevábamos muy bien. Fue algo insólito y muy enriquecedor.

-¿Dónde vivía entonces?

-En uno de los bloques de la Estrella. Era vecino de Antonio Rodríguez Almodóvar, el segundo más votado en esas elecciones.

-Era profesor en la Escuela de Arquitectura y cada uno de los cuatro grupos tenía un concejal arquitecto...

-Menos Paco Pavón, que estudió la carrera fuera, y luego me sustituyó como portavoz, los demás fueron alumnos míos: Pérez Escolano, Vicente Sanz y Queraltó.

-Del Ayuntamiento a la Expo...

-Desde el 85. Estuve en la Oficina del Comisario en el equipo de Manuel Olivencia. Cuando no había nada construido ni pensado. Sólo se sabía el sitio.

-Luis Yáñez fue el más votado en 1991 y se quedó sin cortar la cinta...

-Parece una tradición que el más votado no sea el alcalde.

-La cortó Rojas-Marcos. ¿Qué tal se llevaba con Alejandro?

-Él estaba más metido en el Parlamento, en Madrid. La relación no fue especialmente buena ni abundante. Mi interlocutor era siempre Luis Uruñuela.

-Dicen que Suárez dinamitó el franquismo y Podemos, que reniega de ese periodo, quiere dinamitar la Transición...

-El que compare a la UCD y Adolfo Suárez con Podemos y Pablo Iglesias no tiene ni idea de lo que está hablando o a uno de los dos no lo conoce bien. Los que pasamos por la UCD, yo llegué desde el PSLA de Clavero y Otero Luna, éramos unos románticos de la política. No creo que sea el caso de los de Podemos.

-De aquel grupo de la UCD el que más tiempo aguantó fue Felipe Rodríguez Melgarejo...

-Yo me aparté pronto, al año más o menos, casi me cuesta la vida.

-¿Volvió a las clases?

-Nunca las dejé. Sólo pedí excedencia cuando fui a la Expo.

-¿Alguna intervención en sesión plenaria?

-Allí los concejales no cobraban y el alcalde me parece que tampoco. Yo fui el que regulé el tema de los sueldos y todos quedaron muy contentos.

-¿Fue un año perdido?

-Para nada. ¡Lo que yo aprendí, madre! Y corroboré por qué no me gustaba la política.

-36 años después, Juan Espadas vuelve a gobernar con el apoyo de un tripartito...

-Pero lo va a tener más difícil, porque no van a tripartitear. Son once, ¿no? Van a tener que trabajar más que si fueran más.

-¿Cómo llega a Sevilla?

-En 1968, por la cátedra. Convocaron tres plazas en las tres Escuelas de Arquitectura para once candidatos. La de Madrid tenía a un profesor veteranísimo; en Barcelona la sacó Joan Margarit, poeta y gran arquitecto. Pedí Sevilla. Tengo un hermano arquitecto y le dije que yo me iba a dedicar a formar arquitectos, porque soy ingeniero de caminos.

-¿Como Juan Benet?

-Lo conocí. Era de un par de cursos anteriores al mío.

-¿Le marcó la nueva ciudad?

-Yo soy de muchos sitios. Nací en Badajoz, pero tengo sangre del Andévalo. Mis hijos han nacido en Santander, Madrid y Sevilla. El cambio fue más en el alumnado. En Madrid enseñaba a futuros ingenieros de caminos, y aquí daba Cálculo de Estructuras para futuros arquitectos.

-¿Tenía que poner un hálito de humanismo?

-O por lo menos que no tuvieran la sensación de que había demasiados números y poca poesía.

-Apenas hay arquitectos en el nuevo Ayuntamiento, y al Urbanismo le llaman Hábitat Urbano.

-Esos cambios de nombres no los entiendo. Lo que hay que hacer es lo que hay que hacer.

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