Sevilla

Los dueños del Puesto de los Monos denuncian el "lamentable estado" del local tras su entrega

  • Levantan acta ante notario tras constatar que el inquilino se ha llevado hasta "las ventanas y las puertas".

Un sentimiento de satisfacción por la recuperación de una propiedad mezclado con la impotencia por el "lamentable estado" en que han recibido el local que hasta ahora albergaba el emblemático restaurante del Puesto de los Monos. El último inquilino, el hostelero José María Juliá, hizo entrega este jueves en el juzgado de Primera Instancia número 22 de Sevilla de las llaves del local, con lo que evitó el desahucio previsto para el próximo 11 de julio.

Una vez recuperada la posesión del local, el abogado José María Carnero, acompañado de los hermanos Pedro y Patrocinio Torres Calvi, que poseen el 50% de la propiedad, visitaron este jueves las instalaciones, en la que descubrieron una "última y desagradable sorpresa: el lamentable estado en el que los últimos ocupantes del local lo han dejado", afirmó el letrado, que añadió que han tenido que requerir la presencia de un notario para que levanta acta del "infame estado de conservación" del local en el momento de su toma de posesión. Según José María Carnero, el propio notario, al realizar las fotografías e inspeccionar el establecimiento ha llegado a afirmar que "nunca había visto algo así".

El abogado precisó que "se han llevado hasta los marcos de las ventanas y todas las puertas interiores. Sólo han dejado vasos y platos rotos y mucha, muchísima suciedad, incluyendo restos de comida. El último acto de quien ocupaba un local sin derecho a ello y sin abonar renta alguna", aseveró José María Carnero, que destacó el cierre de este emblemático restaurante tras medio siglo de historia. El local estaba en manos de la familia Juliá desde el 11 de marzo de 1965 y eso hacía que muchos sevillanos pensaran que pertenecía a estos hosteleros.

A pesar de la situación en la que han recibido el inmueble, el letrado ha explicado que esto no va a restar un ápice de satisfacción a sus clientes tras varios años de litigio en los tribunales. "Mis representados, de avanzada edad, han podido entrar por fin en su local. Ahora toca disfrutar de la victoria en los tribunales y decidir junto con el resto de propietarios qué destino tendrá un lugar tan emblemático para la ciudad", concluyó Carnero.

En mayo pasado, el juez resolvió el contrato de alquiler y ordenó el desahucio del inquilino por el impago de más de 42.000 euros de la renta.

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