El portavoz de Ciudadanos, Javier Millán (Ceuta, 1969) ha notado el cambio de ser funcionario a político en el Ayuntamiento. Se acabó pasar las tardes con sus tres hijos, que han tomado conciencia de la nueva dedicación de su padre y le requieren detalles de lo que hace cada día.

-¿Cómo se ve el Ayuntamiento ahora desde dentro?

-Hace falta mayor agilidad y mayor transparencia de cara al ciudadano. La maquinaria burocática es pesada: hemos esperado de siete a diez días a que nos acondicionaran el espacio para trabajar y teníamos cierta ansiedad. Aligerar los trámites, más participación ciudadana en los plenos y que los concejales del gobierno comparezcan semanalmente para hacerles preguntas y aliviar los plenos mensuales.

-¿Cómo ha sido la acogida?

-Ciudadanos no despierta rechazo para nadie. Estamos muy agradecidos a los técnicos y funcionarios municipales, porque llegamos con desconocimiento sobre el funcionamiento interno y se han puesto a nuestra disposición. Somos novatos y ahora podemos pecar de inexpertos en ciertos asuntos. He trabajado muchos años en la Administración, pero nunca en política, ninguno de nosotros. Ahí necesitamos comprensión y tenemos la complicidad de todos: desde el Policía Local de la puerta al alcalde, con quien tenemos una relación muy cordial.

-¿Lo más difícil y lo más fácil en el Ayuntamiento?

-Lo más difícil, entender los entresijos del cauce que debe llevar cada iniciativa política, sobre todo estudiar la estructura del gobierno municipal, las áreas, los servicios, el circuito que tiene que llevar una moción. Lo más fácil es la calle, mucha gente se acerca para animarnos y pedirnos cosas que podemos abanderar.

-¿Qué hace falta en transparencia?

-Que el Ayuntamiento sea ejemplo de open data, que cualquier ciudadano, con un clic, tenga acceso a en qué se gasta el dinero público, para qué y por qué. Siempre lo he mantenido y será de las iniciativas que saquemos a la vuelta del verano. Y en la contratación administrativa publicar todos los procesos de licitación con independencia de su cuantía. Ahí tendríamos que dar un paso de transparencia y ser valientes.

-¿Qué otra cosa cambiaría?

-La ventanilla única: que en Sevilla sea muy fácil hacer negocio, iniciar y continuar una empresa coordinando y unificando departamentos administrativos. En Urbanismo y Medio Ambiente se dieron pasos en el mandato pasado pero hay que profundizar en agilizar las licencias y que no sean una pesadilla. Todavía al ciudadano medio lo marean. El Ayuntamiento debe ser facilitador.

-Este mes se estrena en un Pleno municipal...

-Nuestra propuesta de la zona azul no ha recibido votos en contra en la comisión de movilidad y todos los grupos se abstuvieron. Sería una buena entrada en el Ayuntamiento que salga adelante nuestra moción. Sería la primera victoria de Ciudadanos y se visualizaría que ha llegado una nueva forma de hacer política y se ha acabado el frentismo de que todo lo que propone uno se lo tumba el otro.

-¿Qué espera en la zona azul?

-Espero que nos apoyen la propuesta de reducir un 10% del total de plazas para anular un tercio de la ampliación. No conllevaría coste de indemnización a la empresa y es asumible. Son unas 760 plazas. El concejal de Movilidad ha dicho que es una propuesta sensata.

-Pero la opción de reducir un 10% de plazas no es nueva, ya aparece en el contrato...

-¡Es algo previsto en el contrato pero no se hace! Hay esta puerta abierta para modificarlo ¿A qué estamos esperando si no implica coste para el erario público? Se incluiría el cambio en la ordenanza fiscal de 2016. Nos quedarían otros dos tercios de la ampliación para abordar más adelante. Se podrían dar compensaciones a la empresa por esos otros dos tercios y escucharla. Nuestro equipo jurídico lo está estudiando. Ya tenemos el precedente de las setas con una resolución de contrato muy gravosa para los sevillanos. Aprendamos de ese precedente...Hay un clamor en Sevilla de que la ampliación de la zona azul se abordó precipitadamente como medida recaudatoria. En Bami hay que hacer algo para que los 7.000 trabajadores no estén penalizados a diario pero también los vecinos quieren que la zona azul no se elimine.

-Valore el mes de mandato de Espadas

-Ha sido un mes de buenas palabras, pero no he visto hechos. Por ejemplo, sobre Altadis, hay que aclarar con la empresa propietaria qué va a hacer antes de lanzar propuestas como la de Singularity University y ver el planeamiento urbanístico. Espadas está lanzando muchos globos sonda y eslóganes para atraer al público. Habló de restringir el acceso al centro con el plan de movilidad, pero mucho antes hay que hacer un plan estratégico de la movilidad sostenible, reordenar las líneas de autobuses, potenciar el transporte público y mejorar el carril bici. Con los comedores de verano se ha visto muy condicionado por los dos socios, de quienes va a estar rehén. En la bajada de impuestos creo que Espadas no va a tener la complicidad de los dos socios, no creo que lo apoyen.

-¿Hay cordialidad o tensiones con los demás grupos?

-Desde fuera parece que dentro hay más animadversión, pero hasta ahora hay muy buen clima y entendimiento. Es una Corporación con más pluralismo donde hay más necesidad de diálogo. Eso puede condicionar. He tenido más trato con el alcalde que con el resto de portavoces de PP, IU y Participa. Con Espadas tomé la iniciativa para abordar temas prioritarios y se los planteé una mañana con un diálogo distendido y en profundidad.

-¿Y con el PP?

-Desde que entramos hemos tenido menos relación con el PP. Hace unos días el señor Zoido me dijo que a ver si nos veíamos sin concretar el tema. Con IU y Participa sólo hemos coincidido en reuniones.

-Ha entrado en la Diputación que quiere eliminar...

-Ciudadanos defiende la supresión de las diputaciones -y del Senado- pero con 48.000 votos tiene un diputado elegido que soy yo. Mi propósito es intentar fiscalizar la gestión, que haya mayor transparencia y que el caudal de dinero público que gestiona llegue a todos los rincones con independencia del color político de los ayuntamientos. Que la Diputación sea lo más útil posible. Para empezar, aliviar mucho la grasa de su estructura política y emplear el dinero en inversiones y en generar valor añadido a la economía. Pero hemos sido excluidos de cuatro de los cinco entes provinciales y debemos estar dentro para la labor de oposición y fiscalización.