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La excelencia en Santa Justa

  • El IES Isbilya es el único centro de la provincia que ha conseguido cinco años seguidos que un alumno obtenga un premio de Bachillerato

La excelencia académica está en Santa Justa, cerca de la estación de trenes. El instituto público Isbilya ha logrado que durante cinco años un alumno obtenga uno de los premios extraordinarios de Bachillerato que otorga la Consejería de Educación. Se trata del único centro de la provincia -incluyendo los privados- que ha conseguido esta marca, un triunfo en el que, además de la cualidades de los estudiantes premiados, influye la experiencia de la plantilla docente y la filosofía educativa del instituto.

Guillermo Ramírez fue el primer alumno del IES Isbilya que inauguró esta senda. Lo hizo en 2011, cuando logró el premio extraordinario con 33,6 puntos. Su nota media en Selectividad fue de 13,08 (sobre un total de 14) tras concluir el Bachillerato con un 9,21. Durante estos años Ramírez se ha graduado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla, estudios que ha culminado con una media que supera un ocho. Ahora es el director y editor de la revista cultural elRespirador, que elabora junto a Antonio Sánchez. Para Ramírez, el paso por el Isbilya -donde entró con 17 años- ha sido un "pilar maestro" en su vida, "no sólo en lo académico, sino en lo personal".

Para Diego Ferreras, el Isbilya fue su "segunda casa". Este joven de 19 años cursa ahora el doble grado de Derecho y Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Pontificia de Comillas (Madrid). Superó la Selectividad con un 13,515. Su objetivo ahora pasa por trabajar en el ámbito financiero. Confiesa que le atrae mucho el mundo empresarial y corporativo, de ahí que desee "ocupar puestos directivos en alguna empresa nacional o internacional". Para este futuro experto en finanzas, tres han sido los pilares básicos de la educación recibida en el Isbilya: los profesores, la implicación de las familias y los alumnos. De ellos destaca la labor docente, "pues sin el trabajo de los profesores, el potencial que nosotros teníamos como estudiantes no se habría desarrollado al nivel logrado".

Los profesionales de la enseñanza suponen también la base del éxito educativo para Eduardo García, el último alumno del Isibilya en conseguir un premio de Bachillerato con una nota de 32,9. García, que entró en este instituto con 12 años, accederá a la universidad con una media de 12,67 puntos. Estudiará Geología en la Universidad de Granada para especializarse en Paleontología. De su paso por el instituto destaca la "buena formación" recibida, tanto en el aspecto profesional como humano, y el empeño de los profesores en fomentar actividades fuera del currículum académico, como los premios mencionados o el concurso de matemáticas que convoca la Universidad de Sevilla.

El fomento del interés por aspectos que van más allá de los incluidos en el currículum de las asignaturas es uno de los aspectos en el que coincide Guillermo Ramírez a la hora de valorar el modelo educativo del Isbilya. "La formación impartida fue realmente buena, basada en la invitación a la curiosidad y en una docencia bien dirigida", refiere el primer alumno de este centro en conseguir un premio de Bachillerato, que menciona el nombre de profesores "clave" para alcanzar el éxito: Eduardo Bermúdez, Manuel Yruela, Rosario Pérez, Emilio Balbuena y Emilio Fontanilla, sin dejar de mencionar "el empeño y tesón" del director Antonio Buzón. "Ellos han sido artífices de este espléndido lustro de premios extraordinarios", remata el recién graduado en Bellas Artes.

Estos jóvenes de excelencia, no obstante, son conscientes de que el mercado laboral español no les ofrece a día de hoy demasiadas opciones de un trabajo acorde con su expediente académico, de ahí que ya piensen en marcharse al extranjero, bien para completar allí su formación o para encontrar un empleo. Eduardo García lo tiene claro. "No es una prioridad para mí, pero sí es el único medio para conseguir trabajo en aquello que me gusta, pues no lo rechazaré", dice este joven que acaba de concluir sus estudios en el Isbilya, a quien más que trabajar en el extranjero, le gustaría formarse fuera "al ser una buena manera de abrirme puertas para mi futuro laboral".

Ésta es la razón que lleva a Diego Ferreras a plantearse a cruzar las fronteras españolas. "Tener experiencia laboral en el extranjero enriquece personalmente y destaca en el currículum. Después de un tiempo, volveré a España", asegura este joven. "El extranjero es una oportunidad para aprender nuevos métodos, técnicas, conocimientos o culturas", destaca Guillermo Ramírez, quien aconseja dicha experiencia a todos los estudiantes y a los que hayan concluido ya la carrera "para abrir la mente".

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