Las vacaciones estivales no llegan a las Urgencias hospitalarias, donde las plantillas no paran de recibir pacientes. El Hospital Macarena ha reducido el número de camas que tenía previsto cerrar en la segunda quincena de julio y sólo ha clausurado, de manera temporal, 139 de las 197 que, en un principio, estaban previstas según el plan de verano del Servicio Andaluz de Salud (SAS). Los responsables del hospital reabrieron un ala ubicada en la séptima planta ante las necesidades de ingresos hospitalarios, una medida que forma parte de la dinámica habitual, explicaron ayer fuentes hospitalarias.

Tras las denuncias realizadas la pasada semana por los propios pacientes y por el sindicato de Enfermería Satse por las demoras en la asistencia; ayer lunes el hospital universitario, además, dotó con un profesional de enfermería más a las Urgencias, lo que ha permitido, en gran medida, aliviar la sala de espera.

Los lunes suelen ser la jornada más complicada en las Urgencias hospitalarias, después de un fin de semana sin altas médicas en las plantas de hospitalización. Durante la mañana de ayer, no obstante, las Urgencias no llegaron al colapso, si bien la afluencia de pacientes fue constante durante toda la mañana, según explica Reyes Zabala, portavoz del sindicato de Enfermería Satse.

Los delegados de esta central en cada uno de los hospitales reseñaron que las salas de espera permanecieron "muy concurridas" durante toda la jornada. A las dos de la tarde, 33 pacientes aguardaban en las Urgencias del Macarena la asignación de una cama en planta, mientras que otros 16 enfermos se encontraban en la denominada sala de clasificación, donde la demora media no superó la hora. "Se ha reforzado la enfermería con una profesional más, de modo que ahora son cuatro las consultas que trabajan en Urgencias, en lugar de las tres que funcionaban hasta el pasado viernes", asevera Zabala, quien la semana pasada ya denunció la necesidad de refuerzos en esta área hospitalaria, donde la presión asistencial es caprichosa y muy variable, también en verano. En otro punto de la sanidad sevillana, en el Hospital Virgen del Rocío, las 29 camas de Observación quedaron ocupadas al 100%, y la zona de sillones quedó con sólo cinco puestos asistenciales libres a última hora de la mañana. "La presión asistencial es muy alta sin llegar a la saturación porque hay camas libres", explicó la portavoz sindical.

En el Hospital de Valme, la llegada de pacientes también fue muy elevada durante la mañana de ayer, incluso superior a la demanda asistencial registrada en los últimos días, al superar los 200 pacientes. Aunque la demanda fue alta durante toda la jornada, el área de Observación no llegó a llenarse: de las 20 camas que tiene esta zona se ocuparon 13, a última hora de la mañana; mientras que en la sala de pendientes de ingreso, se ocuparon 21 camas de las 28 que funcionan.

Ante la denuncia de los sindicatos y de los propios usuarios de los servicios sanitarios, los responsables hospitalarios ya explicaron que el plan de verano se diseña cada año en función de las necesidades de la población registradas el año anterior. Al concluir el verano, los responsables evalúan el plan cada año para estudiar si se han cumplido o no los objetivos del SAS. El cierre temporal de camas y de quirófanos es habitual en los hospitales durante el periodo de vacaciones estivales. Se trata de medidas criticadas por los sindicatos, que recuerdan que las listas de espera siguen creciendo.