Puntadas con hilo

El reto de cambiar de postura

  • El éxito de la Noche en Blanco demuestra la novelería de Sevilla, que mostró ansia de cultura. ¿Es sólo apariencia? De momento es una tendencia que el Ayuntamiento va a rentabilizar esta Navidad

SEVILLA es cuna de la novelería y el postureo. Tiene el arte de parecer lo que no es. Y el pasado viernes pudo demostrarlo una vez más. La convocatoria de la Noche en Blanco, una iniciativa cultural de la asociación Sevillasemueve que se apoya desde el Ayuntamiento, desbordó todas las previsiones. La gente se echó la calle haciendo alarde de eso en lo que los sevillanos también tienen un máster: las bullas y las colas que daban la vuelta a los espacios que abrieron hasta la madrugada.

En las redes sociales no tardaron en saltar mil y un comentarios jocosos que trataban de explicar el fenómeno y que se resumían en un concepto convertido en hashtag: el ya citado postureo. ¿Cómo si no se explica esa hambre de cultura? Seguro que muchos de los que entraron en el Castillo de San Jorge -fueron unas 800 personas- o en el Museo de la Cerámica -otras 600-, por citar algunos espacios, lo hacían por primera vez. Nunca es tarde si la dicha es buena. Tampoco para reflexionar. La Noche en Blanco se convirtió en una tendencia, en las redes y en la calle, para jóvenes y mayores, en una ciudad donde se respira mucho más ocio que cultura y huele a rancio, olor que no a todos disgusta.

¿Y si esa tendencia se consolidara y esa novelería sirviera de reclamo no sólo dentro, sino fuera? Sevilla cambiaría su escaparate: Sevilla, ciudad cultural. Es el eslogan que buscan todos los gestores. Es políticamente correcto, sí. Representa el avance y siempre forma parte de los programas electorales. El que ha llevado a la Alcaldía al socialista Juan Espadas no es una excepción, claro. Al delegado de Cultura, Antonio Muñoz, ver librerías abiertas a la una de la madrugada el viernes le emocionó y, sin duda, ésta es una senda sobre la que pretende profundizar. Ya tiene en mente ampliar y mejorar la oferta para la próxima convocatoria y le brillan los ojos cuando se le pregunta por la posibilidad de organizar más de una noche como la del viernes a lo largo del año.

Es para pensárselo, porque el único sector beneficiado no fue el cultural, también el hostelero, por ejemplo. Sevilla se movió claramente, en otra dirección, y eso siempre es recomendable. La experiencia le sirve al nuevo gobierno municipal para calibrar la que debe ser su primera gran apuesta, porque el calendario no aguanta: la Navidad. La posibilidad de eliminar el exitoso mapping de Zoido -si no aparece una oferta que el gobierno considere proporcionada no habrá- se contrarresta con la promesa de que Sevilla olerá a cultura en diciembre. No sólo a incienso, churros y algodón dulce, por no recordar el hedor a excremento de camello.

La del PSOE es una apuesta arriesgada. La cultura tiene su público, sobre todo, si es gratis total. Pero en esas fechas también hay otras demandas y el reto del Ayuntamiento está ahora en conjugar todas ellas. Porque si algo está claro es que todo está inventado. La clave quizás esté en hacer las cosas de otra manera, en demostrar que se puede gestionar de otra forma. En Sevilla hay muchos que ansían un cambio que permita a la ciudad levar anclas. La convocatoria de la Noche en Blanco fue, sin duda, un éxito. Se pueden hacer muchas lecturas, pero reducirlo sólo a la devoción por el postureo no ayuda. Quizás el sevillano, tan aficionado a criticarlo todo, deba abrirse y cambiar también de postura. Antonio Muñoz ya lo ha hecho. Su éxito dependerá ahora de la capacidad de dar pasos hacia el futuro sin perder el equilibrio en esta ciudad de eternas dualidades.

Retales

El viaje. La aventura americana de Juan Espadas 

El alcalde de Sevilla , Juan Espadas, ha estado esta semana de viaje en Washington y la primera pregunta que salta a la opinión pública es ¿eso cuánto ha costado? El socialista ha viajado acompañado del gerente de Turismo y de un director general en un viaje austero, dicen. Si no hay nada que objetar, la rentabilidad habría que buscarla en otros términos. La minidelegación ha regresado entusiasmada. El argumento era captar agentes de viaje en Nueva York y Los Ángeles para el congreso de la Sociedad Americana de agencias que tendrá lugar en junio de 2016 en la capital andaluza. Pero Espadas también ha cruzado el charco con otras intenciones: establecer contactos con empresarios y políticos influyentes de EEUU (la verdad es que suena mitad cateto mitad presuntuoso) y participar en un foro de alcaldes organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo, de cuyo consejo asesor formará parte Sevilla , lo que se traduce en oportunidades de influir en nuevos negocios entre países que tengan que ver con la sostenibilidad y el medio ambiente. Por cierto, que es más que probable que Espadas ostente en la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) alguna responsabilidad vinculada al cambio climático. Volviendo al encuentro interamericano, Sevilla  se presentó como "Puerta de América en Europa". Quizás podría haberse buscado otro título menos cliché para promocionar el V Aniversario de la primera circunnavegación al mundo, que se conmemorará al final de este mandato. El año Magallanes. ¿Y el de Espadas? De momento, el alcalde ha podido comprobar que Sevilla  no suena a chino en Washington y que sólo pronunciar ese nombre predispone al personal a colaborar y a abrir sus puertas. Desde luego como no se consiguen las cosas es no intentándolas. 

La reapertura. Tres meses para alimentar la polémica en Triana 

El Museo de la Cerámica ha estado cerrado durante tres meses al público. Todo el verano, para pesar de muchos turistas que han querido incorporar esta ruta trianera a su visita. Un paréntesis que le ha servido a la oposición, al PP de Zoido, para criticar la tardanza inexplicable del nuevo gobierno en arreglar un problema con al aire acondicionado. Eso fue lo más urgente, luego el nuevo equipo ha optado por reparar otros daños. ¿Cuáles? Cinco puertas, una tarima, lijar y barnizar una cubierta, reparar tres tapas junto a una escalera y dos registros y cambiar  las bombillas de los proyectores. Así es. Bueno, siete meses se tardó en reabrir el Antiquarium después de caerse una puerta, de los cuales la mitad transcurrieron en el mandato del PP. Culpas repartidas. Las obras son necesarias, por supuesto, pero quizás mayor celeridad evitaría polémicas y la mala imagen que los turistas se llevan de una ciudad donde no sobran espacios culturales. 

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